Cristián Labbé Galilea


Son tantas las cosas que están sucediendo que, si los más duchos analistas tienden a confundirse, es fácil figurarse lo que pasa por la mente del ciudadano común: no entiende nada de nada, pero comprende que todo le afecta. ¡Vaya incongruencia!

Si el refrán reza… “el hombre propone, Dios dispone, pero llega el diablo y todo lo descompone”, en nuestra realidad habría que cambiarlo por uno más corto y criollo… “el hombre propone, la calle dispone y el gobierno se pone”.

Así las cosas, y debiendo estar preocupados del efecto que tiene el que China compre empresas estratégicas en nuestro país, o de como se está enrareciendo “el barrio” con los sucesos de Perú, Bolivia, Argentina, o de cómo vamos a recuperar el crecimiento… la sociedad política, que vive en el limbo, lleva semanas discutiendo un segundo retiro de los fondos de las AFP, los quorum que regirán en la Constituyente, la incorporación de los pueblos originarios, y de pronto…. ¡oh Sorpresa! viene el diablo (“la calle”) y se lleva al Director de Carabineros.

La caída del General Rozas es la mejor demostración de que aquí manda la calle… “las palabras sobran cuando los hechos hablan”.

Es cierto que el Director de Carabineros, como se dice popularmente, “estaba pedido”, pero la forma en que el gobierno manejó la situación… es vergonzosa, y seguro tendrá insospechadas proyecciones.

De partida, esto no va a terminar aquí: las agresiones a Carabineros seguramente aumentarán en frecuencia e intensidad y, dado lo ocurrido… éstos evitarán defenderse -ellos y sus cuarteles-; es difícil entonces suponer hasta donde se llegará. Como todo esto ocurre sin que las autoridades, los políticos, y menos los medios de comunicación, digan las cosas por su nombre… es válido preguntarse:

¿Nadie se atreve a decir que era una turba de jóvenes violentistas los que agredieron a carabineros quienes, ante el riesgo de sus vidas, hicieron uso del arma de servicio que la ley les provee para su defensa y el de la comunidad?

¿Nadie se atreve a relatar los hechos tal como sucedieron y decir que es una mentira falaz, que: “menores del Sename fueron baleados por carabineros”?

¿Nadie se atreve a decirle al Ministro de Justicia que, en vez de querellarse contra Carabineros, es él quien debe renunciar ya que el Sename es de su responsabilidad y, de paso, preguntarle cuándo fue la última vez que visitó un Hogar del Sename?

¿Nadie se atreve a preguntar qué ha hecho el Estado de todo aquello que se prometió cuando, hace algunos años, se destapó la olla del Sename?

Muchas preguntas sin respuestas, pero lo que está claro es que se vienen días difíciles, no sólo para Carabineros (que al parecer tendrán que defenderse como el Chapulín Colorado con un “Chipote Chillón”), sino para el gobierno porque “la calle” ya llegó a la Moneda y eso es un mal presagio…

Sin carabineros y sin gobierno… una última pregunta: ¿Y ahora quien podrá defendernos?

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