Gonzalo Ibáñez Santamaría


Hace unos días, la Comisión Constituyente ha decidido comenzar formalmente el trabajo de redactar el proyecto de nueva constitución destinado a ser sometido al escrutinio de los chilenos durante el próximo año 2022.

Muchos, en su interior, han manifestado de manera pública que el propósito final es el de refundar al país. Deberíamos partir de nuevo, según estos constituyentes, en el camino de la historia. Ciertamente, no es así, pero cualquiera sea el propósito que exista detrás, él exige desde luego una serie de precisiones acerca de puntos fundamentales que deben ser tenidos en cuenta, a cualquier evento, en un trabajo como el de esta Comisión.

1.- Lo primero que han de advertir estos constituyentes es que, a pesar de sus ínfulas, Chile se encuentra ya constituido, y ello desde hace muchos años; desde antes, incluso, de que se dotara de una primera constitución. Un país, para dotarse de alguna constitución, ha de estar ya constituido. En este sentido, las constituciones, a pesar de su nombre, son leyes donde están recogidos los fundamentos de la constitución real de un pueblo. Son leyes muy importantes, pero cuyo contenido no está entregado a las divagaciones ideológicas de un grupo de iluminados, sino que, como toda ley, recogen lo que nuestra naturaleza humana nos enseña como fundamentos de organización social.

Por eso mismo, aunque las constituciones hayan recibido aprobación mayoritaria, pueden y deben ser sometidas a juicio para contrastarlas con la realidad con la que trabajan, esto es, nuestra realidad como personas humanas.

2.- La sociedad política está exigida por nuestra naturaleza como el medio fundamental para que entre todos procuremos el máximo bien humano posible y de él todos podamos participar. Nos asociamos para encontrar remedio a nuestras necesidades: vivienda, alimentación, salud, recreación, seguridad, etc. son algunos de los objetivos para conseguir los cuales vivimos en sociedad.  Para que, con ellos, cuidemos nuestras vidas, nuestra integridad física y nos desarrollemos integralmente procurando ser siempre mejores personas humanas.

3.- Como las personas somos seres libres, ese bien supone que todos contribuyamos en el cumplimiento de las tareas necesarias para ese fin; y que también participemos en los beneficios que de ellas se produzcan según un criterio de justicia. Es decir, tanto en un aspecto como en el otro, que se haga realidad el precepto de dar a cada uno lo suyo, su debida proporción.

4.- Precisamente, como el principio del éxito para que una sociedad cumpla con su tarea es el ejercicio de la libertad de cada uno de sus miembros, debe agregarse que ese ejercicio ha de ser responsable, es decir, que en cada aspecto de la vida humana él se sujete a los principios que enseñan las diferentes ciencias. Así, en lo referente a la salud de las personas, la libertad debe ser orientada por lo que enseñe la ciencia de la medicina y así sucesivamente en otros campos de la vida humana.

5.- El ejercicio de la libertad supone la propiedad sobre los medios en que va a ejercerse. Los bienes exteriores están todos ordenados a la satisfacción de las necesidades de todos; pero, para que cumplan con esta tarea, la experiencia enseña la absoluta conveniencia de que sean objeto de apropiación privada, lo cual significa que su gestión queda entregada a la prudencia de quien es el propietario. Propiedad viene a ser así sinónimo de responsabilidad. De que los bienes sobre los cuales se tiene dominio realmente produzcan en beneficio común, los propietarios deberán dar estrecha cuenta.

6.- El cumplimiento de las distintas misiones al interior de la vida social exige la posibilidad de asociaciones menores que permitan ese cumplimiento. En primer lugar, la familia como el resultado de la unión de por vida de una mujer y un varón, abierta a la procreación y al mutuo auxilio entre los cónyuges. Esa procreación, junto con la formación y educación de los hijos, es la tarea fundamental de los padres.

También, corresponde la posibilidad de organizar empresas destinadas a cumplir tareas parciales como son las de producir bienes y servicios, económicos, culturales, recreativos, de educación, de salud. Abrir espacios a la iniciativa y al ejercicio de la libertad de las personas constituye así un factor fundamental para cumplir con las tareas de la sociedad.

7.-Es indispensable para el cumplimiento de las tareas sociales la presencia de un gobierno que incentive y oriente el ejercicio de las libertades en la tarea de procurar el bien común. Gobernar significa orientar e incentivar todas las actividades de las partes de la comunidad -los particulares- para que entre todos procuremos el bien que buscamos. Esa orientación, el gobierno la hace a través de leyes por las cuales aplica a distintas situaciones de la vida social los grandes principios contenidos en la constitución; lo hace asimismo a través de un trabajo judicial por el cual resuelve los conflictos que puedan surgir en la vida comunitaria; y a través de un trabajo para aplicar las leyes y hacerlas respetar. Excepcionalmente le corresponde, en situaciones de efectiva emergencia y mientras dure ésta, reemplazar a algún particular en el cumplimiento de su misión.

Le corresponde una función primordial en la custodia de la seguridad interior a través de las fuerzas de policía, y de la seguridad exterior a través de Fuerzas Armadas debidamente equipadas. La vida de los miembros de una comunidad es el factor esencial para el progreso de todos. Ella debe ser cuidada desde el momento en que comienza a ser tal y es al gobierno al cual le corresponde como tarea primordial arbitrar los medios para prestarle una total e incondicional protección.

A las personas gobernadas les corresponde obedecer los mandatos gubernamentales como si emanaran de su propia decisión, pero no incondicionalmente. Ellas están asistidas por el derecho a ser bien gobernadas, esto es, a que las leyes sean expresión de racionalidad y no de capricho o de manifiestos errores. Es un derecho que se prolonga en el derecho a exigir ser bien gobernado y, eventualmente, a dotarse de un buen gobierno.

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Hemos llegado a este punto de elaborar una nueva constitución por muchos motivos que no es del caso discutir. Pero, hemos de dejar en claro que en esta oportunidad Chile no se refunda, sino que se dota de un instrumento idóneo para enfrentar el futuro durante un espacio de tiempo prolongado. Después de décadas de subdesarrollo y de atraso, Chile logró ubicarse a la cabeza de los países del continente. Detrás, hubo y hay un esfuerzo enorme al cual debe acoplarse esta tarea que hoy comienza. Es con este propósito que se han escrito estas líneas.

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