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Claudio Moran Ibáñez


Lo dije en columna anterior: que Carabineros y Chile entero están condenados a muerte. Nuestro país esta entregado a ser campo de experimentación del nuevo orden globalista que se trata de imponer en el planeta, y ese globalismo ha cooptado a toda nuestra clase política. Lo que ha ocurrido esta semana además de vergonzoso, si aún quedara vergüenza, es la demostración de aquello. La tramitación de la llamada Ley Nain-Retamal, y lo que resultó en ella, es la demostración que no se trata de leyes, el problema de seguridad en Chile no se soluciona con leyes y, en especial ese proyecto, fue de facto abortado por la llamada “derecha” que lo promovía y defendía pero que terminó entregándolo al gobierno y al globalismo onunista. La “legítima defensa” de los policías es un chiste malo que satisfizo al gobierno y la ONU.

Porque ante la abierta y descarada intervención de la ONU y sus burócratas de “derechos humanos”, dirigentes “de derecha” dieron solo tímidas expresiones. Y en el Senado, pese a tener mayoría, terminaron haciéndola inocua, solo aplicable en caso de delitos contra las personas y no contra la propiedad, un absurdo sin sentido sino fuera porque esos personeros “de derecha” responden igual que los de izquierda ideológica a la intromisión onunista en nuestros asuntos internos cercenando nuestra soberanía. La ministra del interior hizo el show de retirarse molesta, pero el ministro de justica manifestó la satisfacción del gobierno. Otra ley más, inútil a lo que se necesita. Y que no va encontrarse nunca en este gobierno, porque esos que se llaman “de derecha”, por cobardía, por ignorancia o ambos, hacen caso omiso de la relación directa entre criminalidad y la ideología gobernante, que protege al delincuente porque lo considera una “victima” del sistema.

En efecto, este gobierno, de clara orientación ideológica marxista pero “a la moderna”-se llaman “progresistas”-, llegó al poder con la colaboración de la delincuencia, la violencia y terror que generaron en la insurrección octubrista, ejecutándose las acciones por delincuentes que, algunos fueron encarcelados y el actual gobierno los indultó en un acto profundamente inmoral que demostró el compromiso con ellos. La izquierda ideológica siempre ha considerado que la revolución se hace con el hampa, tanto la chilena como la extranjera, que entra a raudales por nuestras fronteras cada día abiertas e inseguras. En ningún país del mundo se puede combatir el crimen sin cerrar las fronteras, se sabe vienen criminales desde afuera, se ha constatado ingreso de armas, en fin, cualquiera con un dedo de frente entiende esto. Los del gobierno lo saben y por eso promueven la invasión disfrazada de inmigración. Al gobierno no le interesa la seguridad, la revolución se hace con los delincuentes, por ahora dedicados premeditadamente a asesinar a carabineros. Al momento de escribir este artículo otro funcionario ha sido asesinado en Santiago, va uno por semana, luego llegaremos a uno diario. No hay ley que proteja, si el gobierno que los manda da órdenes en contrario, recuérdese los gruesos insultos que por años dirigieron estos gobernantes, créanme no pasaron a “amarlos” por haber asumido, solo son un “mal necesario y por ahora”. Los hechos lo demuestran.

He sostenido que la culpa de lo malo que acontece y destruye nuestro país no es de la izquierda cuya pasión y dogma deconstructivo es su ADN, sino de esa llamada “derecha” que, una vez más, incumple su papel, traiciona su pasado histórico y las ideas de las que ya ni habla, y que, con este resultado legislativo ha demostrado sin lugar a dudas obedecer a los designios globalistas antinacionales. ¿Por convicción? Quizás algunos pocos, como “los progres” de derecha, los “imbéciles satisfechos”. La mayoría de ellos, por cobardía, por miedo, pero tenemos derecho a pensar mal: por lucro. En eso si son especialistas. Y en negociar con el enemigo.

Todos sabemos que nadie defiende a un carabinero si este cumple su deber y es acusado. Esa llamada “derecha” tiene acceso a recursos que podrían financiar una buena defensa judicial a los uniformados perseguidos. Pero nada hacen, son tan “antipacos” como los mismos Apruebo Dignidad y la periodista grosera, y tan onunistas como aquellos. Y no quieren entender ni les importa, que en el símbolo de carabineros y la seguridad pública se juega el país mismo. De la derecha chilena, cultura, valores e ideas, hoy no queda nada. La derecha se entregó a la Onu.

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