Claudio Moran Ibáñez


Esta semana quedó en evidencia como el actual gobierno es una seguidilla de mentiras sobre mentiras en sus actuaciones, pero ya perdimos la capacidad de asombro, y aunque esas mentiras trataron de encubrir la muerte de niños por pura negligencia del Estado, ya pasó, ya fue, se cambió un subsecretario y dar vuelta la página. “Mentir, mentir, que siempre algo queda” decía un antiguo dirigente del partido comunista, y claro, si el fin justifica los medios, y ese fin es la revolución, obviamente mentir es un medio necesario. Lo terrible es que buena parte del país y sobre todo de su archi desprestigiada y deplorable clase política, se niegan siquiera a usar la palabra, “revolución”: si no se dice, no existe.

La izquierda gobernante no tiene interés en hacer una buena gestión, eso es un concepto “colonialista” propio de la cultura que están demoliendo. ¿Por qué la salud iba a funcionar bien, si todo en el país funciona mal o no funciona? Nuestra -de los patriotas y quienes amamos a Chile- gran equivocación y obstáculo para recuperar el país, es precisamente querer seguir viendo lo que ya no es. Se acabaron el crecimiento en economía, se terminó el casi pleno empleo, subió sustancialmente el costo de vida, las calles de nuestras ciudades son cada vez más inseguras: hay terrorismo, y está superando al Estado, hay corrupción, y de la peor clase: la que se niega, la que ni se menciona, porque al igual que todo lo demás, la hemos normalizado, eso es peor que la del resto de Latinoamérica donde si se habla del tema, acá es tabú. El común de los chilenos está perdiendo la esperanza de un futuro mejor, ya no hay sueños, solo se aspira a seguir vivos, pagar las cuentas; crecer, invertir, arriesgar, eso quedó en el pasado. Y no es que ese pasado deba ser referente, porque también en él se gestó silenciosamente esta insurrección revolucionaria que sigue ganando espacios.

Esos buenos e inocentes chilenos viven pendientes de las encuestas. Estas muestran coincidentemente, que el actual gobierno tiene un apoyo real promedio de 30%. No baja. Con la situación desastrosa del país y que es claramente imputable a un gobierno al que no le interesa gobernar, el porcentaje de apoyo no debiera subir del 9%, mínimo de Piñera en su segundo gobierno, pero se sostiene en ese 30 mencionado. ¿Cuál es la razón? Este gobierno y su acción y de sus grupos de apoyo, no es democrática, las mayorías no le importan ni respeta. La extrema izquierda en la Moneda, llegó ahí a fuego, sangre y destrucción, mintiendo y dando volteretas, otra forma de mentira, y así se sostiene. Posee un núcleo “duro”, ese porcentaje fanático de apoyo que además se nutre de los 90 mil nuevos empleos públicos, más los que se aspiran a crear, pero sobretodo, un núcleo que cree en esa revolución que jamás se ha detenido. Dos pasos adelante, uno atrás, es otro eslogan comunista, y así vamos. La gran mayoría del país ha dicho dos veces que no quiere cambio de constitución y de su contenido, pero ahí estamos, en otro proceso que el pueblo no pidió ni se le consultó, y lo que ha dicho dos veces seguidas importan contrariar todas las pretensiones de este gobierno. Pero este y la revolución continúan, impávidos, porque nunca les ha interesado la opinión de la nación, a la que vinieron a destruir. Es verdad lo que dijo Kast, “no hemos ganado nada”, por eso este gobierno sigue destruyendo al Estado, a las nuevas generaciones, a la economía, a la confianza, a la seguridad, han hecho de este un país de opereta donde nada funciona, porque sobre esa frustración colectiva están de a poco estableciendo su nuevo sistema, son mucho más sutiles de lo que se cree, y avanzan día a día. Nadie defiende a un niño en Chile, los que mueran son solo una estadística para esta pandilla, cuando el aborto sea libre si lo imponen, morirán centenares diarios, solo dirán que sin nacer no existen, mientras en nuestro país casi no nacen chilenos, pero no nos despoblamos porque para eso mantienen abiertas las fronteras.

Es cómodo creer que vendrá un candidato Mesías que ganará las próximas elecciones. Faltan dos años y medio, fácil de imaginar el grado de destrucción en que quedaremos, con enormes demandas sociales. Vendrá otro débil gobierno de “derecha” incapaz de revertir nada, y entonces ese núcleo duro de ultra izquierda comenzara a crecer e impulsar el caos pero también el regreso de Boric y sus grupos. Para eso el globalismo eligió un símbolo joven que aguante para muchos años, porque ese regreso se espera sea…definitivo. Pero para parar y después revertir esta revolución neomarxista globalista, no basta ni remotamente con tener candidato o candidatos. Primero hay que entender qué realmente ocurre, luego buscar las recetas y construir la alternativa, conformando equipos serios y comprometidos. Esto no se termina con campañas y elecciones, la revolución podrá perderlas todas e igual ganar el poder total que busca.

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