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Por Enrique Subercaseaux
Director Fundación Voz Nacional


“Por sus obras los conoceréis”. San Mateo, cap.7.


Recientemente el mundo conoció el nuevo informe de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en Venezuela.  Sus contenidos no fueron novedad para nadie, tan solo una confirmación más de lo que se vive en países del mundo que han tenido que acoger la diáspora venezolana, quizás la mas numerosa de la historia moderna.

Cada uno de los refugiados es una historia inmensa. De atropello a sus libertades, a su dignidad, al hambre que existe y a la arbitrariedad de un gobierno narco-terrorista.

No es necesario indagar para ver una realidad evidente. En la prensa, en las redes sociales y en los rostros de quienes han tenido que abandonar su patria.

La nota discordante fue la divergencia en las declaraciones, en Chile, de algunos miembros del Frente Amplio, que condenaron (de manera algo tibia) el (des)gobierno de Maduro, y la dirigencia del Partido Comunista, que condeno el informe, como carente de objetividad y falto de “pruebas fácticas” (las mismas que han falseado en Chile desde el 18. Oct hasta ahora).

Curiosamente, las diputadas Vallejo y Hertz fueron más rápidas y condenaron a Caracas antes de esta declaración. Ahora, seguramente, guardaran un prudente silencio.

Es curioso como en Chile la clase política, al completo, vive y suspira con declaraciones, muchas de ellas grandilocuentes, sobre cualquier tema; pero no se atienen a las pruebas o a lo que muestra lo cotidiano.  Una declaración bonita es mas que mil obras concretas.

Y así, estamos como estamos.

Lo cierto es que incluso desde antes del 18. Oct los políticos del progresismo local hacían romería a Caracas. Está todo documentado en las hemerotecas. A cambio recibían apoyos explícitos para cooperar con su “lucha”. Por lo que la vuelta de chaqueta del Frente Amplio y otros es curiosa.

Venezuela esta en sus horas bajas.  Un gobierno que está apoyado por Rusia e Irán, que han enviado pertrechos militares y petróleo, y China, que ha hecho millonarias inversiones, y con el hilo conductor de diversos movimientos del narco-terrorismo global, evidentemente que, tarde o temprano se iba a enfrentar a problemas y a una oposición frontal, que no siempre ha sido clara en sus intenciones.

Lo cierto es que el binomio Cuba-Venezuela ha ido muy lejos en sus acciones desestabilizadoras en la región, y en España también, con efectos muy negativos que se suman y emporan las posibles secuelas del Covid-19.

Entre los múltiples esfuerzos para cambiar el curso de los acontecimientos, Estados Unidos, que lidera el proceso de cambio en Caracas, se encuentra en plena recolección de antecedentes, pruebas irrefutables digamos, de los casos de corrupción más emblemáticos que involucran no solo a Maduro y su camarilla, en Caracas, sino a un puñado de destacados líderes políticos en Hispanoamérica.

No olvidemos, por ejemplo, que el partido Podemos de España, que cohabita en el actual gobierno con el PSOE, fue financiado, documentadamente, por Venezuela e Irán, y sigue atentamente los dictados de Caracas y La Habana, cuyo libreto de subversión y desestabilización incluye la mayoría de los países de la región.

Como fuentes adicionales de información, Estados Unidos esta gestionando la extradición del testaferro de Maduro, Alex Saab, desde Cabo Verde, y ya se sabe que esta negociando un acuerdo con la justicia de los EE.UU., por lo que mucha, y muy interesante información está fluyendo.

Paralelamente, y en días recientes, el gobierno de Donald Trump se encontraría negociando “el perdón” de Julián Assange, de WikiLeaks, por la contraprestación de información valiosa para ellos.

Allí hay mucho, y muy contundente. Y estas dos fuentes de información servirán de estimulo para que otros procesos judiciales que se encuentran demorados, salten a la palestra. El caso Odebrecht en Brasil, por ejemplo.

El hecho que Estados Unidos se haga cargo del B.I.D. a partir del 1 de octubre es señal adicional que allegara más información sobre los casos de corrupción regionales.

La explicación para este proceso catártico es muy simple: en un mundo cada vez mas complejo, donde la información fluye en un caudal cada vez mayor y, simultáneamente, se puede estar cotejando la veracidad y calidad de la misma, la mentira ya casi no se sostiene. Se dificulta su existencia misma.

Con el globo ad-portas de una crisis económica de magnitud impredecible, la verdad y el buen hacer vuelven a adquirir su valor y su relevancia.

Esta nueva corriente de información que se abre, cuidará de desmontar las mentiras y poder enjuiciar a los responsables de tanto desmán político y económico.

Porque, al final, y, en conclusión, los regímenes progresistas no tienen nada que mostrar. Solo declaraciones y slogans vacíos. Huecos. Pero ni una sola política pública exitosa. La nada misma.

La sociedad global exige resultados, nadie desea ya quimeras que se han devaluado en revoluciones impulsadas por un puñado de psicópatas.

Es el derrumbe de la mentira.

Pero como en Berlín el 9 de noviembre de 1989, el Muro de Berlín cayó porque la mentira que lo sostenía fue derribada. Pero fueron las personas de Berlín, con sus propias manos, que terminaron de tumbar y aniquilar un sistema basado en la palabra corrupta y nefaria.  En Chile, tanta gimnasia dialéctica y son incapaces de redactar una sola ley en condiciones.

Es nuestra tarea terminar con la mentira. Cada cual de acuerdo a sus capacidades. Ahora mismo.

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