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 Dos Caras de una misma Moneda

 

 

 

 

 

 

 

Por Enrique Subercaseaux.
Director Fundación Voz Nacional


Las elecciones en Venezuela son el domingo 6. Al Parlamento. Las de Estados Unidos, presidenciales y parlamentarias fueron el 3 de noviembre pasado.

Ya por adelantado una cantidad de países, incluyendo Chile, han declarado el fraude de las elecciones venezolanas (que aun no se llevan a cabo), mientras que niegan las denuncias (muy extensas y documentadas) de fraude en las de Estados Unidos.

Ambas tienen el común denominador de usar el sistema de votación “smartmatic” (en Estados Unidos solo algunos estados lo utilizan), un sistema de software y hardware que fue diseñado, bajo la supervisión de Chávez, para defraudar elecciones.

Adelantan el fraude venezolano porque, la verdad, es que Maduro es un líder incómodo. No solo ha arruinado a su país, con la consiguiente miseria para sus habitantes, sino que también ha impulsado una corriente migratoria que, en números, no tiene parangón en la historia de las Américas. Al mismo tiempo, ha fomentado la rebelión y el golpismo en casi toda Hispanoamérica, y sus huellas digitales se aprecian incluso en los Estados Unidos.

Maduro debe ser reemplazado de alguna manera, eso dicen entre líneas las denuncias de fraude electoral, pero nadie esta seguro como.  Y que Maduro siga en el poder se debe exclusivamente a lo pusilánime de la región y sus foros multilaterales, y la inepcia de la oposición venezolana.

En el caso de Estados Unidos, Trump ha sido incomodo para el establishment global.  No solo ha sido un presidente exitoso en lo económico y en temas de política exterior, sino que también, juzgando por los números provisionales de votos, tremendamente popular.

Pero esta interfiriendo en los planes del progresismo internacional que quiere “imponer” un gran reseteo, que nadie sabe muy bien lo que significa (ha sido elaborado por” lideres intelectuales”, que son cada vez mas pequeños, como los champiñones que crecen con luz artificial), cuyo único propósito evidente es restringir libertades y hacer a las elites económicas aun mas ricas y poderosas.  Hay vínculos de esta “elite progresista” con mafias variadas y satrapías de distinto signo a lo largo y ancho del mundo.

A juzgar por el manejo lamentable de la pandemia, no nos aguarda, exactamente “un mundo feliz” al decir de Aldous Huxley.

Dos fraudes y un distinto rasero. Quizás porque los principios y valores son algo pasado de moda. Y por lo tanto las opiniones y dictámenes se toman y consideran de cualquier manera.  Evidentemente así no puede funcionar la justicia, que, en su esencia, no ha variado en siglos. Solo hay más leyes, códigos y demases que estudiar.

Esta relativización conceptual se debe a que se intenta borrar lo espiritual, lo religioso y lo trascendente. Para así tener a una persona mas sumisa y mas maleable. De ahí la urgencia en robotizar nuestras propias vidas, hasta hacerlas irreconocibles, sin voluntad propia, esclavas de quien las programe. Y quien las controle.

A juzgar por como terminan las obras de Huxley y Orwell, vamos por mal camino.  El individuo siempre conservara algo de libertad en su yo interno. Y conservara la memoria. Y ello será su salvación.

Fue su salvación y sobrevivió los horrorosos campos de concentración en la Alemania Nazi, en los campos de reeducación de la China de Mao, y en las praderas agrícolas de PolPot en Cambodia. Sobrevivió su voluntad de libertad, y su memoria le permitió reconstruir lo que fuera imperfectamente destruido.

Un tejido social es una creación colectiva. Una especie de mito fundado en la cultura, la experiencia y la historia compartida.

Que ahora venga un grupo de iluminados, que se reúnen en la montañosa Suiza (uno de los países de mas alto standard en el mundo) y pretendan, en su arrogancia infinita, negar al resto de la humanidad las posibilidades que tuvieron ellos mismos para triunfar en la vida, no merece el menor análisis. Ni la más mínima compasión. Quienes se creen dioses terminan todos en el basurero de la historia. El mundo no puede ser el diván psiquiátrico de egos desmesurados o de verborreas elípticas.

Así, condenan a Venezuela “ex ante” por su fraude. Y miran para el lado en el caso de Ee.Uu.  Que cara pondrán si la Corte Suprema revierte los resultados electorales?  Porque la certeza del fraude ya esta en el ambiente, y, con el tiempo, no hará mas que acentuarse.

La Venezuela chavista ha traído oprobio y miseria para su gente y para la región.

Trump, con su cruzada por la verdad, ha elevado a Estados Unidos al sitial de líder global con los temas que realmente interesan: luchar por la verdad, luchar por elecciones limpias, que son la base de un sistema democrático, luchar por la cultura y la historia de su país. Que ha sido construido de manera colectiva por muchos millones, que han utilizado el don divino de la libertad y la espiritualidad para construir un futuro mejor para ellos, para sus familias y para su país completo.

Lucha Trump por las familias, que son el núcleo de cualquier sociedad exitosa, armónica y pujante.

Eso se llama patriotismo, una palabra que ha caído en desuso porque horroriza a las hordas progresistas que quieren homogeneizarnos, anestesiarnos y esclavizarnos.

Muchos, en Chile y en otros países se preguntan: ¿Que nos importan las elecciones de los gringos?

La respuesta es simple, y visto lo visto: ellos son los que realmente están defendiendo lo que mas nos debiera interesar: Libertad/esclavitud, Verdad/mentira, Espiritualidad/ateísmo.

Pensemos por un momento en estos conceptos, comparemos lo que nos ofrece la defensa de estos simples conceptos con la utopía vapida del progresismo.

Reconozcamos con modestia que aun hay mucho que aprender en la vida. Priorizar lo esencial para nuestra existencia es la primera lección.

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