Freddy Blanc Sperberg
Consejero Nacional PRCh
Hace unos días comentábamos lo complejo que se le venía el tema de la credibilidad a las actuales autoridades, así como la inquisidora mirada de los ciudadanos hacia el Parlamento, hacia la Contraloría General de la República -que rápidamente reculó en su “enérgica” medida de “congelar” los “toma de razón”, evidenciando una falta absoluta de claridad en sus deberes al haber reaccionado tan torpemente en caliente, al punto de que tuvo que dejarla sin efecto antes de 24 horas-, hacia el Ministerio Público, hacia la Corte Suprema, hacia el gobierno, a través de sus representantes electos y designados en todo el país, y hacia todas aquellas instituciones que tienen la delicada tarea de velar por la correcta utilización de los recursos públicos, además de sancionar a aquellos que incurren en abusos, robos, corrupción y violación a los derechos de los chilenos.
Si ya resulta impresionante ver la cantidad de cientos de miles de millones de pesos transferidos en forma al menos sospechosa desde el Estado a organizaciones cuyos fines son aún más sospechosos, resulta aún más impresionante la forma en que los involucrados intentan pasar “piola” ante lo innegable. Negar las responsabilidades que les caben cuando, a vista y paciencia de todos, las pruebas son evidentes, es de una calaña que supera a los más avezados delincuentes comunes. Pretender desconocer cosas que hacía la persona con la cual mantenías una permanente relación de pareja, ignoro si también sentimental, comercial o sólo carnal, es de una niñería extrema. Lo doloroso resulta cuando los ciudadanos vemos que la reacción de los encargados de velar por el correcto uso de los recursos es casi nula, tardía o ambigua. Conforme a la experiencia a que nos tiene acostumbrados el Poder Judicial, siendo los involucrados gente de izquierda y, además, bastante radical, las “investigaciones” seguramente durarán tantos años como sea necesario para que nadie vaya a la cárcel. Es cierto que se han allanado viviendas, decomisado teléfonos y computadores, archivos y un cuánto hay de, se supone, pruebas para adjuntar a la “Carpeta Investigativa” pero, como ya dije, la experiencia nos indica que eso no es suficiente garantía. Eso, en realidad, aparte de lo mediático no tiene mucho efecto. Sin embargo, lo verdaderamente escandaloso es que tampoco se dispone la restitución de esos recursos al Estado como sí lo ha dispuesto la Justicia en otros casos. Sería muy interesante poder lograr el levantamiento del secreto bancario de todos los involucrados, en una de esas se logra terminar con el problema de una vez por todas. No es fácil gastar $ 386.000.000.000 (TRESCIENTOS OCHENTA Y SEIS MIL MILLONES DE PESOS). Creo que los chilenos merecemos la verdad completa y no sólo lo que queda en la playa tras la ola.
La mentada Reforma Procesal Penal, dirigida por la Sra. Soledad Alvear, terminó en un rotundo fracaso para los chilenos. Fue implementada aun cuando muchos advertimos que el sistema era garantista y sólo protegería a delincuentes de todo tipo. Hoy, ella disfruta de la poco merecida tranquilidad mientras los chilenos nos comemos su basura bajo la cual se amparan delincuentes, terroristas, corruptos, prevaricadores y otros, con ese gran manto que aporta impunidad a los “amigos” del establishment mientras que los chilenos de a pie sufren su ponzoñoso efecto.
Resulta poco creíble que el Presidente, el Ministro Montes, la Ministra Vallejos y hasta los Gobernadores Regionales no hayan sabido o al menos sospechado el desfalco que ocurría, por escrito y bajo sus ojos, dado que gente de su mismo sector reconocen los fondos recibidos y utilizados en campañas políticas. Hoy, los Winter, los Andrade, las Pérez, los Latorre y otros hacen sus propias declaraciones en los medios declarando su inocencia, mientras los Marcel, los Boric, los Tohá, los Elizalde y otros tratan de apagar el incendio de Chernobyl. Por su parte y silenciosamente, los Tellier, los Basa, los Barraza, los Jadue, los Carmona y otros sonríen y se soban las manos mirando la debacle en las enemigas fuerzas amigas.
Primero Antofagasta, luego Los Lagos, luego Maule, luego Bío Bío. Conforme al “esquema” de la trama es dado esperar que lo mismo haya sucedido o esté sucediendo en las demás Regiones del país. Como buenos chilenos no corremos ni para los terremotos. Esto tampoco nos asustará, total, mientras quede plata pa´l fin de semana está todo bien.
Esto suma, sigue y seguirá.
A propósito, ¿alguien sabe si Torrealba fuma?
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