Freddy Blanc Sperberg
Consejero Nacional PRCh
Los zombis han dado para verdaderos best Sellers llevados a la televisión. Más allá de parecer una película de ficción, la verdad es que científicos de todo el mundo han investigado varios casos en Haití.
En 1929 se publicó La Isla Mágica, un libro de viajes sobre Haití del escritor norteamericano William Seabrook. A partir de ahí la fama de los zombis no ha parado de crecer en el primer mundo. Tal es así que varios científicos han realizado trabajos de campo en la ex colonia francesa, intentando determinar la verdad sobre los misteriosos muertos vivientes.
En la década de los ochenta el antropólogo canadiense Wade Davis, tras conseguir testimonios de primera mano, propuso que la zombificación era causada por la administración de veneno de pez globo, suministrada como castigo en las zonas rurales alejadas del dominio estatal, a quienes transgreden las leyes comunitarias, convirtiéndolos en trabajadores sin voluntad. Los test químicos, no obstante, no mostraron rastros del poderoso veneno en la pócima suministrada por los brujos locales.
Aunque parezca descabellado, y la ciencia se muestre en contra de tal escenario, existen en la Biblia diversos pasajes en los que muchos encuentran una advertencia, o profecía, relativa a un apocalipsis zombi. Dice la Biblia en algunos de sus pasajes:
“Y los sepulcros se abrieron y los cuerpos de muchos que habían muerto resucitaron".
“Tus muertos se levantarán, sus cadáveres se levantarán, ¡moradores del polvo, despierten y den gritos de júbilo!, porque tu rocío es como el rocío del alba y la tierra echará los muertos. Ven pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras de ti las puertas, escóndete por corto tiempo, hasta que pase la ira".
“En aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la hallarán, y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos".
“Esta será la plaga con que el Señor herirá a todos los pueblos que han hecho guerra contra Jerusalén: se pudrirá su carne estando ellos aún de pie, y se pudrirán sus ojos en sus cuencas y su lengua se pudrirá en su boca".
Todos estos pasajes encajan a la perfección con las ideas que popularmente se tienen sobre los zombis. Entonces, ¿estaba la Biblia anticipando su llegada?
Volviendo a lo científico, en 1997 un antropólogo y un médico británicos viajaron a la isla para estudiar el fenómeno. Tras realizar diversas pruebas científicas a supuestos muertos vivientes, llegaron a la conclusión de que se trataba de individuos aquejados por diversas patologías mentales, como esquizofrenia catatónica. Otros investigadores creen que el zombi representa llanamente una metáfora de la esclavitud.
Vamos al análisis.
A propósito de la formalización del Director General de la PDI, Sergio Muñoz Yáñez, según lo informado por la Fiscalía a cargo del proceso por haber entregado información relevante respecto de los hechos que involucran al abogado Luis Hermosilla en caso audio, un querido amigo, Cristian Rozas, aportó al sano debate en un grupo con la frase “Los corruptos no tienen voluntad propia. Son extorsionados y se convierten en títeres de los extorsionadores”.
La verdad es que me llamó la atención y decidí compartirlo con ustedes, previa autorización del citado para dar su nombre aclarando así el origen del tema.
Ocurre que en nuestra sociedad tenemos muchas evidencias de que, de una u otra forma, los zombis existen.
A quien le caben dudas que muchas de las autoridades se han convertido en verdaderos esclavos o zombis de alguien que los manipula y exige, y lamentablemente también obtiene, acciones u omisiones de pleno y total interés del amo. En general, creo que quedan muy pocas autoridades que no se comporten o no se encuentren sometidas a una dosis de veneno del pez globo.
La verdad es que no creo que sea tal veneno, sino algo que puede resultar mucho peor. En vez de veneno, les han suministrado una gran dosis de inhibidor de sentido común, mezclado con un bloqueador del sentido de moral, de corrección y de vergüenza, además una dosis que les permite discriminar con el concepto de respeto y, para desgracia del pueblo, un borrador absoluto de la memoria, con lo que logran olvidar que se deben a sus electores, a sus ciudadanos, a su patria, a su familia, a sus amigos y, en general, a la gente de bien que los vieron, en algún momento, con la esperanza de ser representados por alguien que lo merecía.
Esa mezcla ya fue suministrado en forma de dinero, de puestos de poder, de gran presencia mediática o de promesa de puestos de trabajo, por grupos de poder que usted puede llamar globalistas, totalitarios, narcotraficantes, traficantes de influencias, empresarios ambiciosos, por los que disfrutan del mal del ojo, cúpulas políticas y otros que se escapan, mientras los de a pie pagamos las consecuencias, tratando de comprender el origen de la catástrofe y asustados por el destino que nos espera.
Muy pocos de quienes dirigen nuestros destinos obedecen los conceptos y parámetros que comprendemos nosotros, porque han caído bajo el efecto nocivo y ya son parte activa de algo que nos arrastra a un verdadero apocalipsis, con antropófagos incluidos. Como dice mi amigo Cristian Rozas, estos modernos zombis, voluntarios unos y no tanto otros, “son extorsionados y se convierten en títeres de los extorsionadores”. Mientras la sociedad confiaba en ellos, “los corruptos perdieron su libertad”.
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