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18 DE NOVIEMBRE DE 2021 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Participé en la polla-gol organizada por Yerko Torrejón en el Club de los Viernes, puse los veinte mil pesos de rigor y pronostiqué que Kast gana en primera vuelta, con el 50,5 % de los votos. Es lo que creo y por eso pongo mi corazón donde está mi billetera. En los diarios veo que todos los candidatos a parlamentarios que pueden y tienen plata para el aviso se retratan con Kast y ninguno con Sichel, porque todos saben lo mismo que yo. Mañalich, de Evópoli, que apoya a Sichel, tiene más avisos que ninguno y tampoco lo pone, porque también "sabe".

Pero tengo mucha pena, porque ayer se murió mi mejor amigo desde primer año de la universidad. Yo lo había destituido como mejor amigo después de la primaria de Chilevamos o Vamos por Chile (ya ni sé cómo se llaman los piñeristas), porque me llamó para decirme que teníamos que bajar a Kast y apoyar a Sichel. Entonces le quité el saludo, como hice con todos los que votaron por Piñera y no por Kast en 2017, pero poco después él me llamó para decirme que ahora apoyaba a Kast y entonces le restituí el saludo y seguimos conversando por teléfono hasta el domingo, en que hablamos por última vez y le predije, sin convencerlo, que Kast iba a ganar en primera vuelta.

Pero mi mujer cree que va a ganar Boric y se ha dedicado a vender acciones y comprar dólares. Yo no vendo mis acciones ni nada porque soy "un gato escaldado" (de esos a los que les han tirado agua hirviendo) y ya pasé por todo esto en la UP. En 1973 hice que mi papá vendiera un edificio de seis departamentos que tenía en la calle Huelén porque los arrendatarios ya no le pagaban y le habían pedido al ministerio de la Vivienda de Allende que lo expropiara y les diera a ellos los departamentos. Forcé a mi papá a venderlo a como diera lugar antes de que se lo quitaran los comunistas, como en "Doctor Zhivago", y encontramos un gil que le pagó diez y medio millones de escudos, que eran como 3.500 dólares en el mercado negro. Fui con el paquete de billetes donde Covarrubias, un corredor de bolsa que, con muy buena puntería, lo tiró desde su sillón del escritorio adentro de una caja de fondos empotrada en la pared y le apuntó. "¿No los va a contar?", le pregunté. "Yo no cuento nada", me dijo, y me dio los 3.500 dólares. Se los llevé a mi papá, vino el golpe y después el edificio ya valía como medio millón de dólares, pues éstos habían bajado de precio y el edificio se había ido a las nubes. Todo lo que me dijo mi papá hasta que falleció en 1974 me convirtió en un gato escaldado que no vende nada porque sabe que va a salir Kast y si no sale Kast y los comunistas se roban la elección junto con los DC, como en 1970, van a venir "otros mil días" y entonces la gran mayoría, con los kerenskys a la cabeza, como en 1973, van a llamar a un "caudillo enigmático", como decía Orlando Sáenz, y se van a volver a arreglar las cosas hasta que los kerenskys y algún futuro Sebastián de nuevo vuelvan a traicionar a los milicos y así sucesivamente. 

Los chilenos estamos condenados a vivir entre el cielo y el infierno, porque la mayoría no es leal, siempre las nuevas generaciones son mayoritariamente tanto o más imbéciles que las anteriores, la clase dirigente es entreguista y prefiere a tipos como Piñera o Sichel, que le regalan el país a los rojos y por eso volvemos a tropezar con la misma piedra y a estar amenazados de pasar por el purgatorio de los mil días una y otra vez. Salvo que el voto oculto o una mayoría silenciosa vayan esta vez a votar y gane el domingo en primera vuelta Kast, como yo, en lo más profundo de mi alma, creo que va a suceder. 

Y lo creo sólo porque muchos hemos rezado infinitos rosarios, como en 1975 hicieron los católicos portugueses y la "revolución de los claveles" los libró del comunismo sin que ni siquiera ellos mismos supieran, hasta hoy, cómo y por qué así sucedió

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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