3 DE AGOSTO DE 2019
Algún día le van a tener que otorgar a Piñera la Medalla de Honor como el Presidente más fresco de la historia de Chile. Esa condición le ha rendido frutos, pues por algo fue reelegido en medio de un vendaval de facturas falsas, tras haber sido la primera vez elegido después de su condena por comprar de acciones LAN con información privilegiada. Y sin duda merece la Medalla de Honor de la Frescura Nacional al acusar a los Tribunales de Justicia de no aplicar las leyes, cuando él ha sido coautor y cómplice activo de esos tribunales precisamente al cometer junto con ellos ese delito en los juicios contra militares (r), tipo penal que en el código se llama "prevaricación".
Hay dos casos notables de coautoría entre Piñera y la Corte Suprema: el del general (r) Orozco, por completo inocente, pero condenado a diez años de presidio, que sufre demencia senil y, como nonagenario, no puede atender siquiera sus necesidades fisiológicas básicas. Pese a ello y en flagrante atropello a sus derechos humanos, la alianza entre Piñera - jueces izquierdistas lo mantiene preso; y el otro caso fue el de los oficiales del Cuartel Ancla 2 de Talcahuano, que habían sido (mal) condenados en primera instancia y Apelaciones a 541 días de pena remitida, pero para quienes un rebuscado recurso de casación del subsecretario Rodrigo Ubilla obtuvo de la Corte Suprema aumentar la condena a cinco años y un día de presidio efectivo.
En este último caso los querellantes de extrema izquierda y los abogados defensores de los uniformados se habían conformado con el fallo de 541 días remitidos, pero el gobierno de Piñera pidió se les subiera a cinco años, para poder internarlos en Punta Peuco. Y su ilegal recurso fue acogido por los jueces de izquierda y DC, lo que hicieron atropellando las leyes. La sentencia fue tan prevaricatoria que ¡confesó textualmente no saber lo sucedido a un terrorista entrenado en Cuba, Rudy Cárcamo, del MIR, siendo que el código obliga a probar que existe el delito! Pero el fallo "fingió" que los uniformados tienen al mirista secuestrado hasta hoy.
Suponer un delito que no se puede probar y condenar a alguien a cinco años y un día por ello es, a su vez, otro delito. Y fueron coautores de éste los jueces que condenaron y el querellante que les pidió que lo hicieran y delinquieran. "Ejemplo republicano": las cabezas del Poder Ejecutivo y del Poder Judicial coludidas en perpetrar un delito.
En mi libro, recién presentado, "Miserias Morales de la Chilenidad Actual", reproduzco la parte del fallo de la mayoría izquierdista de la Suprema donde ésta confiesa la prevaricación, que dice: "Lo que el tribunal no ha podido determinar es si la víctima muríó o bien recuperó su libertad. De allí que no puede hacer otra cosa que entender que subsiste el estado antijurídico creado con la detención del ofendido". Confesión palmaria de que los jueces no han cumplido su obligación básica, que es probar el delito, sin acreditar lo cual no pueden condenar.
Debo decir que en el acto de la presentación de mi referido libro había unas cuatrocientas personas presentes (un asistente las contó), pese a una cero publicidad previa en diarios, radios o TV, medios en los cuales el oficialismo tiene poder de veto.
Quiere decir que todavía subsiste un "minoría silenciosa" partidaria de la vigencia de la honradez y la legalidad.
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