Magdalena Merbilháa
La apuesta de Jeannette Jara va a lo afectivo para dejar de lado lo racional. Por eso baila, eso la hace cercana, humana y visible. Por ideas es invisible y sin duda poco realista.
Jeannette baila y baila sola. Promete lo que sabe que no va a cumplir. Sueña, como todo comunista, con una utopía que, ha quedado una y otra vez demostrado, no funciona. Si no funcionó en Alemania, no funciona, ni funcionará en ninguna parte, menos en Chile. Pero ella promete e intenta ser lo que no es. Ella baila y se disfraza de “socialdemócrata moderada”, pero no lo es. Su incongruencia e inconsecuencia ha sido tan evidente que entonces ella decidió desaparecer. Hacer una campaña B bailando. Como dice la canción del grupo que lleva el nombre de esta columna: “Me alegra tanto escuchar tus promesas mientras te alejas. Saber que piensas volver algún día. Cuando los sapos bailen flamenco”. Sus promesas sucederán cuando el sol deje de salir y el día no amanezca.
"Su ausencia sólo evidencia falta de consistencia y sustancia. No es más que una voz vacía (flatus vocis). Ella dijo que quería “menos discurso y más compartir con las personas”, por lo que entraba en una nueva etapa como candidata del pacto Unidad por Chile"
Su partido pareciera ser que la ha abandonado, que consideran que reniega de su esencia, por lo que, para marcar el punto, van en la dirección opuesta. Jadue de candidato al Parlamento y ella, quien se supone que lidera, sólo dice en condicional simple “habría preferido que se dedique a su defensa”. Pero más que dedicarse a su defensa, ellos van al ataque. Dejan claro que ella no manda y que no es lo que dice ser. Asesorada en imagen cambió todos sus modos, su maquillaje y hasta su ser. Temperó la voz, pero claramente no tiene consistencia, por eso prefiere bailar sola. Esta semana la hemos visto bailar una y otra vez. Sus seguidores apelan a un “si gobierna como baila, vamos por ella”. La pregunta es si un buen bailar es suficiente para liderar y gobernar. Los eventos pasados en la Municipalidad de Maipú dejaron claro que un “buen bailar”, no es suficiente, menos para pensar en la presidencia.
No quiere enfrentarse a sus contendores. No quiere contrastar ideas. Tampoco quiere ser sometida al escrutinio público y se niega a ser entrevistada por quienes no le acomodan. Su ausencia sólo evidencia falta de consistencia y sustancia. No es más que una voz vacía (flatus vocis). Ella dijo que quería “menos discurso y más compartir con las personas”, por lo que entraba en una nueva etapa como candidata del pacto Unidad por Chile. “Un repliegue de los debates y un despliegue en las regiones”, con esa idea Jeannette se mueve por Chile. Asegurando que su “campaña se construye con el diálogo directo con la ciudadanía… priorizando la voz de la gente común por sobre la presión de los grupos económicos y foros cerrados” como un modo de “equilibrar los espacios”.
El gran problema es que sus contendores también se han desplegado en regiones sin tener que ser lo que no son. Su postura es falsa y claramente ella teme mostrar lo que es y nunca ha tenido ni apoyo de los propios. Su apuesta va a lo afectivo para dejar de lado lo racional. Por eso baila, eso la hace cercana, humana y visible. Por ideas es invisible y sin duda poco realista. Los comunistas nunca lo son, ya que desde la esencia odian la realidad por eso la quieren transformar. Sueñan con una utopía que quieren hacer realidad cueste lo que cueste y por Dios que ha costado caro en la historia.
Su gran drama es que ha quedado sola, los propios, tampoco la apoyan, por lo que baila sola. Este aislamiento evidencia aún más su debilidad y falta de contenido real. Su alianza es simplemente una unión estratégica para lograr el poder. Los partidos que la integran desconfían de los comunistas, algo muy humano y racional. Los comunistas quieren ser aún más comunistas y la vía al poder desde lo democrático les incomoda. Para qué decir cuánto les molesta que la candidata sea mujer. Tal vez lo que más les molesta es que ella baile bien y que conquiste corazones.
La paradoja es que Jeannette no quiere salir, no quiere aparecer, sólo quiere bailar. No hay que olvidar que como muchos dicen “para salir sin bailar, mejor me quedo en mi casa”. Tal vez ella quiere quedarse en la casa y perder esta elección, pero continuar bailando. Sin duda será recordada por sus cumbias.
Fuente: https://ellibero.cl/
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