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Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Luego de leer el proyecto que llama a un nuevo proceso constitucional y de lo ya explicado en el artículo anterior titulado “Camino al Socialismo” hay otros aspectos que la ciudadanía debe saber y entender.

En primer lugar el parlamentarismo imperante niega, modificando la constitución actual, el derecho de la ciudadanía de decidir si desea o no un nuevo proceso de esta naturaleza. Es decir nos negaron el derecho soberano de construir el futuro que como Nación deseamos y no permitieron un plebiscito de entrada.

Cuando los países caen en las garras de las élites políticas y económicas  y hacen tabla rasa de la voluntad popular, estamos presenciando un golpe de estado blanco donde con los argumentos sustentados en los intereses partidistas y apoyados por los medios de comunicación, se  tergiversa la verdad y se pone  fin al estado de derecho.

De la misma manera, han ideado un mecanismo perverso ya que en la estructura del proceso implementado se buscará elegir a 50 miembros constituyentes para con ello dar legitimidad popular, llamado Consejo Constituyente. Sin embargo, han enmascarado la verdad de su función ya que sólo será un órgano  que actuará como buzón de lo que un comité de 24 expertos elegidos por los partidos políticos elaborarán como proyecto  constitucional. Pero lo peor no termina ahí. Este grupo de expertos, una vez redactado su proyecto, se integra al Consejo Constituyente sin derecho a voto, para cautelar que lo realizado no sufra cambios de ninguna  naturaleza. Serán sin duda los interventores de los partidos políticos que protegerán lo por ellos propuesto.

Recuerden además, que en dicha elección de 50 consejeros nacionales usando la fórmula senatorial y proporcional por número de electores de cada región más los supranumerarios pertenecientes a las etnias de acuerdo a la votación obtenida, no habrá posibilidad alguna que los sectores independientes, organizaciones gremiales y civiles puedan participar si no van incluidos en la lista de algún partido político. Este consejo tendrá por único objeto discutir y aprobar la propuesta de texto de nueva constitución disolviéndose una vez cumplido su objetivo

Pero hay más, existirá un comité técnico de admisibilidad compuesto por 14 personas elegidas por el Senado en virtud de una propuesta única que formulará la cámara de diputados y que tendrá la tarea de revisar las normas aprobadas en las distintas instancias, ya sea en la comisión de expertos o en el consejo constitucional a fin de determinar una eventual inadmisibilidad cuando sean contrarias a las bases constitucionales llamadas eufemísticamente limites o bordes. En otras palabras, lo que quieren y decidan los parlamentarios que sea la nueva Carta Magna, agregando además la nueva fórmula de paridad, mecanismo que sin lugar a dudas daña la dignidad de la mujer

En todo este complejo intríngulis que ha organizado la élite política para burlar la soberanía popular hay un punto muy relevante que han dejado ex profeso sin considerar.

En la propuesta que se someterá a plebiscito de salida con los rótulos: A favor o EN CONTRA, en la modificación del artículo 142 y siguientes no hay un cierre del proceso. Es decir y cómo será lo más probable que el pueblo castigue a la clase política marcando la opción EN CONTRA , los  políticos han dejado abierta la puerta para seguir abusando del poder y llegaremos a un proceso de lucha constitucional por mucho tiempo, como ocurre en Islandia que lleva 8 años sin resolver el problema. Y si a ello sumamos la contumaz acción del presidente de no respetar la constitución vigente, como ya lo demostró abiertamente en el caso indultos que vulneró la potestad de otro poder del estado, estaremos en una situación de dura crisis institucional

Sin embargo no debemos claudicar ante el peligro que todo este proceso encierra y mantener firme la opción EN CONTRA y con ello presionar para que funcione el estado de derecho y todos estos políticos que han burlado la norma constitucional vigente reciban su merecido castigo.

No es la primera vez que Chile sale de una profunda crisis, ya se hizo en varias oportunidades en el siglo pasado y en el siglo 19 O’Higgins y luego Portales, nos legaron el respeto por la soberanía popular y el orden. Por eso, una vez más, con la única arma que tenemos digamos valientemente…

¡EN CONTRA!

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