Osvaldo Rivera Riffo
Vamos tejiendo y cantando reza el dicho popular para referirse a la trama de sucesos y acciones producto del alma humana.
Como suele suceder en todos los rincones del mundo hay hombres honestos, limpios, transparentes y justos; son por lo general aquellos que crean libremente: crean trabajo, dan trabajo, crean empresas de producción o servicios, investigan, comunican, y así avanza el desarrollo de los pueblos
Se destacan personas que educan, que construyen viviendas, edificios, parques y jardines, otras cuidan enfermos, otras se preocupan de viejos y niños, otras en los confines más remotos hacen soberanía, otros buscan la redención divina abrazando religiones y expandiendo la palabra sagrada, otros cantando, bailando , pintando, esculpiendo, buscando la belleza.
Así construimos el mundo, buscando el equilibrio, la paz y las oportunidades, para todos, respetando los derechos y cumpliendo con las responsabilidades y deberes.
Sin duda que hay injusticia, pobreza y falta de oportunidades en muchas partes del mundo, pero sin duda la peor carencia de todas, es la falta de libertad.
Pero el ser humano es débil, se corrompe fácilmente, motivado por la ambición, el poder, la envidia, la maldad, la intriga, la mentira y el odio, desatando las más bajas pasiones que el hombre es capaz de cometer.
Se han olvidado los principios rectores de la conducta humana: ética, estética, moral, filosofía y conceptos arraigados en la enseñanza clásica de la que las generaciones de más de 50 fuimos privilegiados.
Hoy han cambiado los paradigmas ya no importa si sabes o tienes méritos. Importa tu ideología o tu condición mecánica carente de valores. Uno de los ejemplos recientes es el seminario organizado por la Universidad Adolfo Ibáñez sobre “Diversidad sexual y Derecha” publicado por Movhil Chile y patrocinado por la Secretaria General de Gobierno. ¿Que pretende la Universidad al seguir promoviendo la política de odio a aquellos que no piensan como ordena la izquierda? La misma diversidad cuyo trapo fue izado en los lugares públicos de la administración del estado, sin pudor ni respeto por nuestro emblema nacional y ahí, autoridades indignas de su función, posaron con esta manga de forajidos rindiendo honores al odio contra quienes no piensan como ellos.
Este es el camino Lihgt que está siguiendo Chile donde se desprecia la experiencia y se privilegia el vacío intelectual. Se prefiere al ignorante cuyo templo del saber es el reality show y su traje, por cierto de marca, su hábito distintivo.
Las Universidades han perdido su capacidad de formación integral del individuo, entregándolos a la sociedad de la cual son parte, sin las competencias necesarias para ejercer su profesión. No, ahora se exige una “expertis” mayor, trasformando a las universidades en simples colegios mayores, incluso en especie de preuniversitarios, donde se impone la necesidad comercial de un posgrado para poder ejercer la profesión. Así nos encontramos con licenciados al por mayor, a magister en las más increíbles consideraciones, doctores en todo tipo de líneas de investigación conducentes a NADA. Pero todos con un denominador común, incultos: la cultura no reditúa beneficios económicos inmediatos y se la confunde con la entretención o simplemente con la moda de turno.
El mercado laboral privado y público, privilegia por consecuencia el mercado intelectual vacío y falso, pero consecuente con lo que el sistema requiere. Jamás se reconoce el mérito ajeno. Nunca se premia realmente la meritocracia. Son por lo general los amigos de la dedocracia, buscan aduladores y en el mejor de los casos algún “Yes Men”. De estos especímenes está plagado el espectro político actual. De esto deriva cuanto desastre y escándalo podemos encontrar en la administración del estado, de las instituciones, de las empresas, etc.
Es una política absolutamente absurda la que se sigue sólo con las reglas mercado y el cálculo electoral. Este es frío, impersonal, totalitario; sólo impone el criterio “tanto tienes tanto vales” moralmente repudiable y que ha logrado un individualismo insoportable y una indiferencia aterradora por la sana convivencia. Lo importante es competir, no importa medio ni pensamiento.
Tanto tienes, tanto vales, la regla maldita del Chile de hoy.
Por eso se hace urgente el resurgimiento de líneas políticas de sólidos principios. Donde los valores familiares se reafirmen en la fraternidad, en el cariño pero por sobre todo en la admiración y el respeto. Donde el concepto de soberanía y Nación importe y sea motivo y razón de unión del pueblo. Donde la moral, la estética, la filosofía y la historia, formen parte esencial de la formación del individuo y con ello se logre una sana convivencia social. Donde el valor de la amistad se funde en la lealtad y la confianza.
Donde los parámetros económicos no sólo permitan el desarrollo, sino que la realización material y espiritual de la gran mayoría de nuestros connacionales y no sólo de grupos que absorben el poder a través de la manipulación y distorsión de las reglas del mercado.
Se hace urgente un gran movimiento de derecha nacional, que erradique el legado fatal de los tecnócratas totalitarios “tanto tienes, tanto vales”.
Es nuestra obligación y nuestra esperanza Salvar a Chile de la torpeza política de hoy.
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