30 junio 2022

 

 

 

 

 

Tomas Bradanovic


Haciendo memoria
Hace un año o más, no recuerdo bien, tomé en Coursera Securing Digital Democracy del profesor J. Alex Alderman de la Universidad de Michigan. Un curso formidable que trataba el espinudo problema de los sistemas electorales y sus dificultades. Se repasaban los distintos sistemas usados en la historia desde el voto censitario hasta el sufragio universal y se mostraba como ningún sistema conocido: proporcional, mayoritario, cifra repartidora, etc. puede garantizar que los elegidos representen completamente la voluntad popular, todos los sistemas que se conocen presentan problemas de representatividad y dependen mucho e valores y supuestos a priori que casi nunca se discuten.

Esto lo pongo en cursiva porque es textual, copiado de mi entrada Voto electrónico y reelección infinita, publicado originalmente el 27 de octubre de 2014, donde comentaba sobre los peligros de fraude del voto electrónico. 

Cuando la corrupción se masificó en Chile
Resulta que hasta el año 2000, antes que entrara la corrupción masiva a Chile, a nadie se le pasaba por la mente que pudiese existir un fraude electoral. En esos años el Servicio Electoral era muy prestigioso, serio y estrictamente apolítico. 

En esa época tampoco nadie sospechaba que en el gobierno de Ricardo Lagos los ministros y otros altos funcionarios públicos empezarían a recibir puntualmente cada mes -igual como los traficantes de drogas o policías coimeros- sobres con suculentas sumas de dinero. Creo que cuando eso se descubrió y a los felones no les pasó absolutamente nada, fue un punto de inflexión en el país. A partir de entonces cualquier cosa era posible en Chile, hasta lo impensable.

La corrupción se extendió desde entonces como una mancha de aceite por todas las instituciones del país. Hoy ya puede pasar cualquier cosa porque perdimos la capacidad de asombro. En el servicio electoral por ejemplo, existe un cuoteo político estricto, miren

La corte de los milagros
Pamela Figueroa
, durante Bachelet fue  Jefa de la División de Estudios del Ministerio de la Secretaría General de la Presidencia
María Cristina Escudero durante Bachelet participó en el Ministerio Secretaría General de Gobierno entre 2008 y 2010, y fue subdirectora nacional del Instituto Nacional de la Juventud (2006-2008)
Alfredo Joignant, es un histórico operador político y activista que ha alabado "la intuición programática" del segundo gobierno de Bachelet
David Huina Abogado de RN y LyD, ex asesor de Piñera en asuntos constitucionales
Andrés Tagle, ingeniero comercial UDI, director de empresas y ex asesor de Piñera en sistemas electorales

Empleados al servicio de los partidos
Con el nivel de corrupción institucional que atraviesa hoy al país y con esta gente en el Servicio Electoral, que no ofrece la menor garantía de imparcialidad, la figura de fraudes electorales es totalmente factible. Joignant  incluso ha perdido la vergüenza y hace campaña abiertamente por una de las opciones del próximo plebiscito. El problema real es que toda nuestra "clase política" ve como cosa natural y correcta que el Servel sea un instrumento al servicio de sus intereses.

El problema del fraude
Ante esta probabilidad de fraudes, pasados y futuros, creo que es bueno parar un minuto a pensar cómo podemos los ciudadanos evitar o minimizar esta posibilidad. A mi que me interesa la seguridad informática, creo que se pueden  aplicar muchas de sus ideas para el control de las elecciones limpias. En Chile el sistema electoral es teóricamente perfecto, de hecho uno de los mejores del mundo por la posibilidad de auditoría descentralizada y paralela, pero una cosa es la teoría y otra la práctica

Donde no se hace fraude
Como militante del Partido Republicano, yo participé en las dos últimas elecciones como apoderado de mesa para "cuidar los votos". Entiendo algo de seguridad y tengo cierta experiencia en analizar o prevenir riesgos. la cosa es que me di cuenta al poco rato que mi trabajo de vocal era inútil y que la idea de tener un vocal en cada mesa "defendiendo los votos" es una completa estupidez.

El conteo público y sobre todo la dificultad de coordinar a miles de vocales de mesa , hacen imposible un fraude significativo en los escrutinios, cualquiera que haya sido apoderado o vocal, sabe que pueden ocurrir unas pocas jugarretas en los conteos, pero deberían tender a anularse naturalmente por lo mismo que hace funcionar la regresión estadística: la no coordinación. Por eso centrar el control en las mesas es una idea descabellada, que da una falsa sensación de seguridad y solo contribuye a validar en caso de fraude. Por eso yo no seré más apoderado de mesa.

Donde si se puede hacer el fraude
Visto así, el sistema parece inviolable, sin  embargo presenta una vulnerabilidad gigantesca a la hora de consolidar los escrutinios de mesa: si se hace un fraude, este ocurrirá a ese nivel, no en el conteo de las mesas.

La seguridad en cualquier sistema es una cadena de varios eslabones, algunos son más fuertes otros débiles, esos últimos son los críticos porque comprometen a todo el sistema. Los consolidados normalmente se computan en tres niveles: de local, de circunscripción y a nivel nacional. Mientras no exista un sistema de conteo paralelo prolijo, que sume la información de las mesas, locales, circunscripciones y del país, el fraude electoral va a ser pan comido, Basta con un puñado de funcionarios estratégicamente colocados en Servel y que ingresen 387 mil votos en lugar de  837 mil, con unos pocos "errores" de este tipo se de vuelta el resultado de cualquier elección-

He leído varias veces a ingenuos diciendo que "es imposible" que Servel altere los resultados. No entienden nada de seguridad, no solo es posible sino que resulta facilícimo, y si los pillan no les pasará nada, alegan error de tipeo y se acabó. Es como quitarle el dulce a un niño.

¿Y por qué no se lleva el conteo consolidado en paralelo?
La consolidación de votos en paralelo con Servel es sencilla, especialmente ahora que todo el mundo tiene un computador y acceso al Excel o algo de ese tipo, incluso se requiere menos gente y logística que para equipar cada mesa con un apoderado, cosa que hamás llega a hacerse. Los apoderados de mesa están bien, pero basta con un puñado por local que vayan revisando al azar los escrutinios. Lo realmente importante es la consolidación y me asombra que en Chile, con la amenaza cierta de fraude electoral, a ningún partido político se le haya ocurrido hacerlo. Les dejo la idea por si a alguien le interesa.

Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/

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