10 abril 2023 

 

 

 

 

 

por Tomas Bradanovic


Falta menos de un mes porque el próximo 7 de mayo será la elección de los "consejeros constitucionales", que son una versión sanitizada de los constituyentes, la mayoría de ellos de triste memoria: Baradit, Atria, la Tía Picachú, Rojas Vade.... en fin, para que sigo.

Con versión "sanitizada" me refiero a que esta vez no se pudo presentar cualquier payaso a la elección y no estuvieron arregladas con cupos reservados para indígenas ni nada de eso. Los candidatos ahora van con similares requisitos de los candidatos a parlamentarios y eso hace una gran diferencia.

En teoría la democracia directa donde cualquiera puede ser candidato es una maravilla, pero en la práctica eso convierte la cosa en un "festín de los audaces", la elección es tomada rápidamente por los demagogos y todo el asunto se va al diablo. Eso explica el tremendo desprestigio de la anterior asamblea constituyente.

El lado B de todo esto es que la elección arreglada por los partidos políticos -que también están desprestigiados- se convierte en una charada donde son elegidos a dedo por un club de amigos, igual de ladrones y sinvergüenzas pero al menos salvan las apariencias.

Creo que esta es la elección más irrelevante de todas las que he visto en mi ya larga vida, en pocas palabras no le interesa a nadie, existe mucha apatía porque el cambio de constitución ya perdió todo su mojo. Por más que los rojos traten de revivirlo, es un asunto que está más muerto que una piedra.

Para colmo, en las condiciones que se diseñó este segundo proceso aseguran que nadie va a quedar contento. Bueno, tal vez algunos socialdemócratas como los amarillos podrán tener algún entusiasmo, pero son muy pocos y aseguradamente irrelevantes.

A propósito, uno de mis grandes amigos está juntando firmas para constituir el partido político de Los Amarillos, que son un intento por reflotar la vieja social democracia. Yo que estuve en eso, juntando firmas para el Partido Republicano se lo que cuesta el asunto, especialmente cuando no se hacen cuchufletas como acostumbra a hacer la izquierda dura.

Yo creo que es bueno que exista un partido socialdemócrata en Chile, siempre y cuando no lleguen al poder, porque al final terminan siempre como una encarnación de los antiguos pipiolos. La social democracia le viene haciendo un tremendo daño a Chile, por lo menos desde 1920, ojala no vuelvan a tener poder en muchos años. 

Bueno, la cosa es que en estas elecciones -aunque a nadie le interesa el resultado- serán una vista previa de las elecciones municipales que vienen y las posibilidades del Partido Republicano -donde yo milito- se ven excelentes. Incluso podrían superar en votos a la centro derecha, que considero nuestro principal enemigo.

Muchas presiones que se han venido acumulando por décadas están a punto de estallar y José Antonio Kast fue un precursor que anunció todo lo que venía. Cada día que pasa las ideas de una gran masa de chilenos se van acercando a las ideas de Kast, una gran responsabilidad y un desafío para los republicanos.

Estas elecciones que vienen, las que vendrán después y también las siguientes estarán marcadas por el horror a la inseguridad, el delito y el desorden. El recuerdo de la violencia callejera de octubre de 2019 hoy causa nauseas a una gran cantidad de chilenos, la tortilla se está dando vuelta aceleradamente.

Habría mucho que hablar sobre esto pero me hice el propósito de escribir entradas cortas. El gobierno lo está haciendo muy bien, lo mismo la izquierda para cavar su tumba, cada día dan una palada nueva como la Tohá poniendo en duda el actuar del carabinero que mató a un delincuente. 

Nadie en su sano juicio podría empatizar con ella, tampoco con lso izquierdistas heroicos que se mantienen con el cuento de los derechos humanos. Se están inmolando, Chile no quiere saber de derechos humanos y si aparece un loco como Bukele, humillando y matando delincuentes lo nombrarían presidente vitalicio o rey así como están las cosas.

Ese es el espíritu de los tiempos por estos días. Se ha producido un viraje de la opinión pública en 180 grados en solo un par de años, tal vez en un par de meses cuando la cosa ya explotó y colmó la paciencia de la gente.

Yo siempre he sido optimista y no me sorprende este cambio, sabía que era inevitable y solo cuestión de tiempo. 

En fin, ya veremos si tengo razón o me equivoco, falta poco para salir de dudas.

Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/

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