Carlos Bombal Otaegui


Señor Director:

¿Es lícito negociar el destino constitucional de Chile entre cuatro paredes, después del categórico rechazo a la Constitución propuesta por una Convención, en la elección más votada de la historia de Chile? ¿Dónde quedó la voz de casi los dos tercios del pueblo chileno?

El acuerdo político de noviembre de 2019 que embarcó al país en un proceso constituyente fue claro y explícito: de no aprobarse el texto de una nueva Constitución propuesta a la ciudadanía, seguiría rigiendo la Constitución del Presidente Ricardo Lagos.

Es más, advirtiéndose un inminente rechazo popular a la propuesta de la Convención, en los días previos al plebiscito de septiembre pasado se optó por reformar aquella Constitución, modificándose los quorum para facilitar a futuro —pos plebiscito— la introducción de nuevas reformas a su texto, en el evento de ser derrotada la opción Apruebo.

Los partidos políticos pretenden ahora embarcar al país en una nueva Convención Constituyente, donde además, el gran derrotado, el Partido Comunista, desembozadamente se está dando el lujo de arbitrar, una vez más, el escenario político nacional. ¡Basta!

Arrastrar al país a más incertidumbre, a más inestabilidad, a más tensiones, en un nuevo proceso electoral en medio de una precaria situación como la que estamos viviendo en todos los planos, es de una irresponsabilidad política inadmisible, que acarreará impredecibles consecuencias. Me temo que seguir polarizando a este país nos llevará a un despeñadero.

El Congreso Nacional debe asumir en plenitud su potestad constituyente, la que en los hechos le fue restituida plenamente el 4 de septiembre pasado.

Una Constitución, esta vez discutida en el Parlamento, con la asesoría de expertos de todas las tendencias, que se haga cargo de la realidad social política del país y de su realidad, recogiendo todo aquello que fue rechazado por el pueblo en el plebiscito de salida, nos parece el camino correcto. Una nueva Convención cocinada en pasillos, a espaldas del pueblo, más se parece a una nueva trampa política.

Hago un llamado a todos los políticos a que aprovechen esta grandiosa oportunidad constituyente que les entregó el pueblo en septiembre pasado, para recuperar la confianza de la ciudadanía.

Una democracia sólida es aquella donde se respeta la voz del pueblo.

Lo contrario, es totalitarismo político, de muy mal pronóstico.

Fuente: https://www.elmercurio.com/blogs/2022/10/05/101854/y-la-voz-del-pueblo.aspx

.