Gian De Biase
Si algo caracteriza cualquier civilización decente, es tener una aristocracia fuerte, pero como bien ya relató Aristóteles, un hombre muy sabio y brillante, todas las formas virtuosas tienen su forma degenerada, por eso es natural, cuando la aristocracia se corrompe, derive en caquistocracia que, si bien el primero es el gobierno de los mejores, el segundo es el gobierno de los peores.
Y, por supuesto, toda gran nación necesita un líder, porque todo cuerpo necesita una cabeza ¡Y solo debe ser una! Esto no excluye la labor que realiza la aristocracia, mantener la moral, la jerarquía y el orden natural ¿Qué podríamos considerar en un aristócrata? Aristocracia, del griego “aristos” que quiere decir excelencia, los mejores, y “kratos”, que es poder, hace referencia a un sistema sugerido por el maestro Platón y seguido por su discípulo, el anteriormente nombrado y forjador del Emperador Alejandro Magno, Aristóteles, la esencia de este gobierno recae que los nortables que gobiernan sobresalen por su profunda sabiduría y por su elevada virtud.
En resumen, un buen aristócrata debe ser alguien que defiende y apoya la tradición de su cultura, en este caso, hablaremos de la tradición chilena. Si bien la aristocracia se debe a su Dios, sus valores y su nación, estos deben ser el ejemplo a seguir, por eso se dice que en el país que se respeta la tradición, el pueblo es fiel reflejo de sus líderes ¿Cómo es eso? Que sus autoridades son quienes dan el ejemplo, porque cuando estos se corrompen y desnaturalizan sus funciones, entonces empieza la degeneración a todo nivel y se construye una sociedad llena de cómplices.
Por eso es normal ver a las personas quejándose la corrupción de sus políticos, los cuales hoy son fiel reflejo del pueblo y se supone que a estos se someten ¿Quién elige a esos líderes, corruptos y perversos? Pues el pueblo ¿Entonces cómo es posible que, si el pueblo goza de moral fuerte, siempre elija malos líderes? Y la historia de Chile tiene muchos ejemplos de estos pésimos líderes, por poner algunos ejemplos, el socialista suicida Salvador Allende, que era un agente del comunismo soviético-cubano o Michelle Bachelet, otra agente del comunismo.
Pero hablemos de aquellos líderes, que han tomado las decisiones más importantes de Chile, que han sido fiel reflejo de la tradición chilena, y han guiado Chile en sus momentos cumbres. Hablemos de don Bernardo O´Higgins, nuestro libertador, que libró una batalla fuerte contra ese trono usurpado por los Borbones, que habían reducido a los Reinos de las Indias a simples colonias de las cuales querían parasitar los nobles continentales.
Don Bernardo tomó la determinación de libertar Chile, en nombre de la Santísima Virgen del Carmen se encomendó esa batalla y se ganó ¡Y una vez ganada tuvo que poner orden! Y este, como líder natural, lo hizo excelente ¿Y qué ocurrió? Que cuando la casta apátrida y perversa vio la labor de O´Higgins materializada, vio como el pueblo lo amaba y aclamaba, estos conspiraron contra él, llamaron a un CABILDO para destituirlo, quisieron manipular al pueblo en su contra y lo amenazaron con guerra civil. El Libertador, como chileno que ama su país, prefirió hacerse a un lado. Y allá murió, lejos de su tierra, en Perú. La misma casta que lo apoyó le había clavado el puñal.
Ahora hablemos de algo más reciente, del nuevo padre de la patria, el general Augusto Pinochet, que ante la deriva comunista que había entrado a Chile ¡Por culpa también de la casta! que quisieron darle el poder a Allende y luego no sabían como revertirlo, apoyaron al general Pinochet para destituir forzosamente al comunista Allende, debido a que este irrespetaba todas las leyes chilenas ¡Así fue! Llegó el glorioso 11 de Septiembre de 1973, donde triunfó el pueblo chileno movilizado y sus Fuerzas Armadas.
Así como don Bernardo puso orden, don Augusto tuvo que hacer lo propio. Ambos lo hicieron excelente, pero sobretodo lo hicieron a la “Manera Chilena”, porque la manera chilena, la propia, es lo que siempre ha dado ese impulso a Chile para levantarse ante la adversidad. Y así como el general O´Higgins tuvo que organizar un país naciente que salía de una guerra fratricida, al general Pinochet un país destruido por un comunista perverso, que recibió el apoyo de una casta que siempre conspira contra Chile.
Y así fue, y el Gobierno Militar lo hizo de maravilla. Incluso, cuando Chile fue bloqueado internacionalmente, el general Pinochet tuvo que poner a todo al país a producir ¡Y lo hizo y le fue bien! Pero la casta, que estaba cerca él, y siempre está afilando el puñal para destruir a cualquier chileno que quiera liderar el país hacia la grandeza, lo envolvió y le convenció de convocar un PLEBISCITO ¿Recuerdan el Cabildo de O´Higgins? Esto fue lo mismo, una forma de poner al pueblo contra su líder, manipulado por la casta, así como los líderes judíos manipulando a su pueblo para crucificar a Nuestro Señor Jesucristo, guardando la distancia de los personajes, el actuar de la casta es el mismo. Ya sea en la Provincia de Judea, en el Chile naciente o el Chile que fue arrasado por el comunismo y sacado de la miseria por la actuación del general Pinochet.
Fue así como la casta dijo: si apoyamos el NO al general Pinochet, podremos gobernar junto a la izquierda, porque la falsa derecha siempre conspira con la izquierda, porque ambos quieren mantener su estatus quo de poder y corrupción. Todos conocemos la historia, los millones de dólares que se invirtieron nacional e internacionalmente contra el general Pinochet, como su gente de confianza lo traicionó, y hoy se vanaglorian, muchos de los beneficiados por el Gobierno Militar, de haber votado NO a continuar con el Chile grande y libre, como, por ejemplo, Lavín o Piñera, porque de Judas están llenas las cortes.
Y con estos dos casos ilustrativos y profundamente chilenos, podemos aseverar que existe una cultura de la casta apátrida que conspira contra Chile, que siempre está buscando aprovecharse de la situación para sacar provecho de las crisis. Son quienes generan guerras, conflictos y problemas, para que venga un chileno de tomo y lomo a repararlo, y luego clavarle el puñal. Esa casta es burguesa, porque solo le importa el dinero; también es apátrida, porque conspira contra Chile y los chilenos; son la caquistocracia, corrupta y corruptible, que díganse comunistas o ChileFuimos, lechan en la misma cama, porque defienden los mismos intereses: poder, dinero y fama.
¿Qué hacer ante la casta? ¿Dónde está nuestro líder de derecha chileno? ¿Dónde estamos los que vamos a sacar Chile del agujero donde nos quiere condenar la casta que lleva 30 años conspirando contra los chilenos? Están a punto de lograr su objetivo, cambiar la Constitución y anexarnos a Cuba y la ONU, porque los apátridas son entreguistas ¿Lo vamos a permitir? Debemos seguir la labor de nuestros héroes devotos y patriotas, y demostrar ¡Una vez más! de lo que los chilenos están hechos. De la valentía hispana, del bravío araucano, del amor a nación chilena. Porque como dice nuestro lema chileno original: aut consiliis, aut ense! ¡Por la razón o por la fuerza! Así se resuelven las cosas a la manera chilena.
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