24 agosto, 2020
Alejandro Alarcón
Economista
El Presidente de la República se dirigió al país recientemente para anunciar medidas de reactivación. Estas incluyen inversión pública, incentivos a la inversión privada y extensión de los subsidios de cesantía para los próximos meses. Creemos que este es el camino correcto para promover la reactivación de la economía y la disminución del desempleo, pero esta vía no será existosa si continúa la incertidumbre derivada de la violencia y amedrentamiento.
La novela de Ernest Hemingway con la que titulo esta columna la trajo a mi mente el famoso libro de Paul Samuelson, leído por generaciones de estudiantes de economía. Como sabemos, fue escrita cuando terminó la Guerra Civil en España para subrayar a los caídos durante ese conflicto. He recordado ese libro en estos días, haciendo un resumen de la amenaza de violencia y el amedrantamiento de grupos minoritarios que buscan implantar sus ideas por la fuerza.
Era un niño todavía cuando me tocó vivir el periodo de la Unidad Popular. Entonces, la violencia fue rápidamente extendiéndose, así como el enfrentamiento entre ciudadanos, hasta que el 11 de septiembre de 1973 un golpe de Estado terminó abruptamente con el conflicto, que iba a desembocar en una guerra civil, como el que cuenta Hemingway en su obra.
La situación política del país sigue marcando el accionar tanto del gobierno, la coalición que lo apoya y la heterogénea oposición que enfrenta, la que, sin embargo, es manipulada con extraordinaria agudeza por sus componentes de extrema izquierda. Pese a que el nuevo gabinete se ha esforzado por marcar diferencias, aún no logra establecer lo más importante para Chile: estabilidad política y estado de derecho.
Tímidas acciones en la Araucanía, como allanamientos y mayor vigilancia de las fuerzas del orden, que se ha convertido en un test de la oposición violenta para medir la debilidad de La Moneda, no han detenido a los grupos violentos que han pugnado por la libertad de Celestino Córdova, quien había establecido como condición mínima para abandonar la huelga de hambre una permanencia de 6 meses para la renovación de sus votos religiosos. El gobierno había cedido la visita de un día y finalmente llegó a un acuerdo con el machi por un periodo de 30 horas para que visite su rehue.
Por otra parte, la Corte Suprema rechazó el recurso de amparo que pretendía el machi, ratificando que debe cumplir en la cárcel el periodo de 18 años dictaminado por los tribunales de la república y no bajo arresto domiciliario como pretendía, por la condena derivada del involucramiento en el asesinato de dos ancianos, que fueron asaltados en su propia casa. Celestino fue encontrado a un kilómetro de la casa asaltada y quemada de los Luchsinger-Mackay, pocas horas después y con una bala disparada desde un arma de Werner Luchsinger. La justicia determinó que fue en defensa de su propiedad y Córdova claramente no pudo explicar que hacía una bala del arma de Werner en su estómago.
Este tipo de dualidades las observamos en otras partes de la confrontación política. Por ejemplo, durante la pandemia la oposición extrema ha sido crítica del manejo sanitario, pero ahora no dice nada, no porque acepte el buen manejo de la autoridad, el cual ha mejorado estadística y notoriamente, sino porque pretende que el plebiscito de octubre se lleve a cabo y no le conviene que dudas sobre el impacto de la enfermedad vuelva a complicar la realización de este acto. El plebiscito que conduzca a una nueva constitucion no es la construcción de una casa para todos los chilenos; es más bien para ellos, una carta fundamental que destruya el actual modelo económico y político y lo sustituya por uno que represente las ideas de grupos políticos extremos, que les gustaría un tipo de sociedad que elimine la libertad y el capitalismo.
Así, la inversión privada se encuentra en una encrucijada asociada al proceso constituyente y en cálculos que he realizado para determinar el producto tendencial, una medida del PIB para el mediano plazo muestra una trayectoria muy baja para los próximos dos años, al menos. Como el principal problema que enfrentará la sociedad en los próximos meses y años será la creación de empleos, la incertidumbre política proyecta serias dudas sobre la recuperación del mismo en nuestra economía, puesto que la demanda de trabajo de calidad solo ocurrirá con más inversión.
Las cifras anunciadas recientemente por varios institutos universitarios que gozan de prestigio deben ser ajustadas por la caída de la fuerza de trabajo, no solo por la recesión, sino también por la imposibilidad de buscar trabajo a causa de la cuarentena. Entonces, la tasa de desempleo subirá en los próximos meses a la vecindad del 30%, por la mayor oferta de trabajo que traerá la disminución del impacto de la pandemia y porque los subsidios de cesantía no podrán ser mantenidos en forma permanente. La conclusión es evidente: la mayor prioridad de la sociedad chilena es la reactivación y el empleo, no el proceso constituyente, que incluso puede operar en contra de ese objetivo. Más de 3 millones de ciudadanos no tendrán pega entonces.
El Presidente de la República se dirigió al país recientemente para anunciar medidas de reactivación. Estas incluyen inversión pública, incentivos a la inversión privada y extensión de los subsidios de cesantía para los próximos meses. Creemos que este es el camino correcto para promover la reactivación de la economía y la disminución del desempleo, pero esta vía no será existosa si continúa la incertidumbre derivada de la violencia y amedrentamiento.
Fuente: https://ellibero.cl/opinion/alejandro-alarcon-por-quien-doblan-las-campanas/
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