BLOG-DE-MAXIMO
24 de agosto de 2020
Comencemos por lo segundo más importante: El Joaco continúa en su afiebrado camino hacia la inmortalidad. Tal vez busca su propia estatua, ubicada entre la de Salvador y la de Sebastián. Ya no se declara bacheletista-aliancista, ni propone un país más pobre y más feliz. Hoy nació socialdemócrata. Mañana no lo sabemos aún, estén pendientes de las noticias. No conozco detalles de su nuevo vuelco doctrinal, vi el titular y arranqué. Preferí no enterarme de la nueva verdad revelada y dedicar mi valioso tiempo a actividades más importantes, como dormir siesta y obedecer a la patrona.
Departamentos populacheros en Vitacura; parrilladas gratuitas y sociales con longanizas de Chillán; alza de impuestos a los ricos; pensiones dignas. En fin, sabemos para dónde va el Joaco. A propósito, ¿está enfermo de Covid 19, o no? Lamentablemente no veo a la Tonka por las mañanas, estoy “out”. Todas estas maravillas maravillosas estarán contenidas en la nueva constitución que el Joaco apoya.
Sigamos con lo más importante de la nación, la estatua de Sebastián. Connotados opinólogos de la plaza, como Peñita y otros, nos informan sorprendidos, que Sebastián es un narcisista que solo busca ser rico, famoso y querido por el populacho, más aun si es de izquierda. Pues bien, al parecer ni Peñita ni los otros generadores de contenidos en diaruchos de la plaza, han leído el Blog de don Hermógenes y el mío durante los últimos diez años. Si lo hubiesen hecho no harían el ridículo. Ya lo sabíamos.
Mientras Sebastián nos divierte recitando a Ercilla y su fértil provincia; el Joaco desempolva antiguos anhelos de justicia social con inusitada gracia, y los camioneros nos muestran sus dientes de leche, lo más réquete importante de todo el mundo mundial y sus galaxias adyacentes sigue en curso de colisión. El plebiscito se acerca. El próximo 25 de octubre tendremos la fiesta de la democracia, y durante la noche, una orgia nacional a sangre y fuego. El desenfreno se desatará a lo largo de toda la fértil provincia del poema de Sebastián, y los atisbos de socialdemocracia lavinista quedarán en el olvido. Nuestros notables representantes de la derecha deberán replantear sus puntos de vista. Tal vez deban considerar seriamente escalar un paradero de micro en Plaza Italia y, descamisados, calzando unas sandalias “Zico” y empuñando una cerveza de litro y medio, entonen el chi-chi-chi, le-le-le, entre la muchedumbre enfervorizada.
Así, en esa indigna postura, me gustaría inmortalizar en una estatua doble a estos desgraciados personajes.
Fuente: https://blog-de-maximo.blogspot.com/
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