13 DE MAYO DE 2023 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Primer acto: Es 2012 y los comunistas no soportan que los mejores 30 años de la historia de Chile los esté presidiendo la Constitución de Pinochet. Proponen que haya otra. Piden "Asamblea Constituyente" para hacerla. Aylwin, interrogado por la periodista de izquierda Marcia Scantlebury, entusiasmada con la idea, la desencanta y le declara que no, que la actual no es la Constitución de "la dictadura", pues fue ratificada tras un acuerdo entre la Concertación y el gobierno de Pinochet en 1989, por el 91 % del pueblo. Totalmente legitimada. Desencanto de la periodista y del comunismo. Pero éste sigue insistiendo.

Segundo acto: Llega 2019 y los comunistas no han logrado su propósito. Por eso hacen su acostumbrada revolución violenta, aprovechando el desorden que promueven nuevos "compañeros de ruta" que le han aparecido, como Boric y Jackson. Los comunistas se han alzado desde siempre en Chile cada cierto tiempo, como en 1934, 1949, 1957 y en sus 17 intentonas entre 1983 y 1987.  Pero los respectivos  presidentes, Arturo Alessandri, Gabriel González, Carlos Ibáñez y Augusto Pinochet, siempre habían "tenido pantalones" y derrotado sus asonadas. En cambio el de ahora, Sebastián Piñera, se prosterna ante el comunismo y carece de pantalones. Se rinde y les entrega la Constitución. Ni cortos ni perezosos, los comunistas hacen una nueva Carta (de paso, han llegado al gobierno en 2022). Pero ¡sorpresa! ella es rechazada por el pueblo en el plebiscito del 04.09.22 y sigue vigente la de Pinochet. Pero Piñera, más entreguista que nunca, y Boric, todo un revolucionario, acuerdan de consuno hacer otro intento. Es inconstitucional y nulo por falta de plebiscito de entrada y no ser consultado al poder constituyente originario, la ciudadanía. No importa, tienen los votos parlamentarios para cocinar cualquier cosa y violar la Constitución. Hasta El Mercurio, con el rector Peña a la cabeza, les asegura a los facciosos que todo es completamente legal. Y entonces éstos elaboran astutamente doce "bordes" o bases fundamentales de una nueva Carta, que también existen dentro de la de Pinochet. Para asegurarse, qué mejor que una "Constitución de Pinochet sin Pinochet". 

Tercer acto: Pero el 07.05.23, al elegirse el Consejo Constitucional contemplado por este segundo proceso inconstitucional y nulo ¡nueva sorpresa!: gana lejos el único partido, el Republicano, que es contrario al mismo y defensor de la constitucionalidad. ¡En la puerta del horno se quema la "Constitución de Pinochet sin Pinochet", llamada a ser en lo sucesivo "la de Boric"! El piñerismo entreguista está desesperado. Tiene que conseguir que los Republicanos también se le plieguen y se entreguen. Squella, su presidente, vacila. "Puede ser", dice. Pero su diputado Johannes Kaiser no vacila: "Vamos a imponer nuestra mayoría en el Consejo", anuncia. Quieren crucificarlo. ¡No se entrega! ¡Qué violento! Macaya (UDI), entreguista por excelencia junto a Chahuán y Schalper (RN), afirma sin que se le mueva un músculo de la cara: "Los 12 bordes son ley, hay que obedecerlos".  No lo son, por supuesto, pues les falta que el Consejo Constitucional los apruebe y un plebiscito los confirme..

El país, entretanto, sigue siendo metódicamente desmantelado. Campean la inconstitucionalidad y el delito en todas partes, muestra de lo cual es este segundo proceso constituyente. Por su parte la Corte Suprema ¡dicta una ley! para liquidar a las isapres. Lo que aprendimos en la Escuela de Derecho ("las sentencias judiciales sólo tienen fuerza obligatoria en las causas en que actualmente se pronunciaren") ya no vale nada. Hasta Ignacio Walker, DC, se da cuenta: "La Corte ha invadido un terreno de políticas públicas que es privativo y excluyente de los poderes colegisladores" (El Mercurio, 13.05.23).

Es que el país ya abandonó el "estado de derecho". ¿Y la "doctrina Schneider"? Nadie se acuerda de ella. Nadie la teme.

Si el pueblo no salva a Chile votando "En Contra" el 17 de diciembre, nadie lo va a salvar. Excepto que, en una de ésas, como lo hizo la Cámara en 1973, el Senado diga otra cosa. Puede hacerlo (art. 53 N°7 CPE). Porque si no, así, por un tobogán de anarquía e ilegalidad, el país no puede seguir. Y si sigue, el pueblo lo denunciará votando sin vacilar y mayoritariamente "En Contra" el 17 de diciembre de 2023.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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