14 enero, 2024 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jaime Jankelevich


Capturar el mercado de capitales es lo que verdaderamente busca el gobierno con su reforma de pensiones. Ceder que el 6% vaya 4/2 o 5/1 a las cuentas individuales no les importa, si logran aprobar la reforma que les abre el camino a los fondos.


Las reformas de pensiones y la tributaria, mal llamada pacto fiscal, son las únicas dos reformas que el Gobierno podría llegar a mostrar como herencia de su mandato. El problema es que las dos son muy malas y particularmente la de pensiones, contiene una amenaza oculta en el texto de la reforma, cual es transformar el Estado en el administrador de los fondos de pensiones y dominador del mercado de capitales.

La ministra Jara pretende terminar con las AFP en dos años y generar un ente llamado Inversor de Pensiones (IP), que serían uno público y varios privados -los que estarían a cargo de la inversión de las cotizaciones de pensiones- y una organización única, monopólica, pagada por el Estado, que se haría cargo de la gestión del soporte operacional.

Adicionalmente a la IP, habría una licitación de stocks de afiliados, con lo cual el Estado podría acceder a millones de dólares desde las cuentas individuales, pues baste decir que, a diciembre de 2023, la cartera de inversiones de las AFP era de US$188.594,34MM, lo que equivale aproximadamente a un 57% del PIB. ¿Se imagina esos fondos en manos del Estado? Es justamente a esto a lo que aspiran, por lo que el 6% repartido 4/2 o 5/1 les da lo mismo, lo importante es el botín financiero.

Si esto se aprueba, le facilitaría al Estado invertir en el mercado de capitales comprando acciones, permitiéndole el acceso a la propiedad de empresas privadas y a sus directorios, pudiendo eventualmente imponer cambios en los objetivos empresariales, políticas sectoriales, etc., con lo cual la pérdida de valor por incertidumbre sería incalculable pues en no más de 10 años, tendrían el control absoluto del sistema.

Pregúntese qué inversionista va a querer invertir en una empresa chilena, teniendo en su directorio a burócratas estatales con poder. Si esto se llegase a aprobar, Chile perdería todo atractivo para los inversionistas y el país sufriría un retroceso que costaría muchos años revertir. Porque, quién administra mejor, ¿el sector privado o el público?

Es cosa de mirar Codelco, que cerró a septiembre de 2023 con una deuda de US$20.000 MM -18% superior respecto de 2022- una baja de producción del 9% y una caída del 65% en sus excedentes; desde US$2.606MM (9/22) a US$917MM (9/23). Un estudio del Centro de Estudios del Cobre y la Minería calculó que la deuda podría alcanzar los US$30.000MM en 2030 e incluso estimó que Codelco podría caer en insolvencia por el aumento de costos y de creciente deuda en proyectos que se han dilatado en concretarse.  

El Estado es una masa gelatinosa de burocracia ineficiente capturada políticamente, de la cual no responde nadie. Las listas de espera en Salud son interminables, provocando muertes inaceptables; el fracaso absoluto de las reformas de educación aumentó la desigualdad en el país y destruyeron la educación pública. Terminaron con el mérito y la selección, lo que aumentó la brecha entre la educación privada y la estatal, lo que quieren ocultar prohibiendo que se publiquen los resultados de la última PAES.

Se gasta indiscriminadamente en proyectos de escasa rentabilidad social, lo cual se sabe, pero se siguen manteniendo. El Ministro de Hacienda quiere más impuestos, pero no existe accountability alguna de como se emplean los dineros de los contribuyentes y por supuesto la evaluación de los empleados fiscales es siempre la mejor, con lo cual acceden a los beneficios por gestión, y todos sabemos que eso está muy lejos de representar la realidad.

Si el Estado es ineficiente, indolente y un muy mal administrador de recursos, el riesgo que capturen el mercado de capitales y tomen posiciones en la propiedad de empresas privadas es gigantesco, por las negativas consecuencias que eso podría generar en la confianza empresarial, en los inversionistas y en el desarrollo del país.

Pero, el gobierno va a repartir caramelos en el Congreso y existen altas probabilidades que el proyecto se apruebe en la Cámara. Se habla de aprobar un auto préstamo limitado; o sea, de un retiro disfrazado y como eso a la gente le va a encantar, los diputados que tienen pronto que reelegirse, no querrán quedar mal con sus electores. Pero si además el gobierno  acepta que un 4/2 o incluso un 5/1 del 6% adicional vaya a las cuentas individuales, será muy difícil que pierda la votación.

La esperanza entonces radica en el Senado, porque ahí es más difícil que logren su aprobación, aunque nada es seguro.

Si el gobierno triunfa en su intento, en pocos años Chile vería desaparecer uno de los pilares más relevantes del desarrollo logrado durante más de 30 años, lo que nos llevó a ser líderes en la región y admirados como un verdadero milagro económico por el resto del mundo.

Fuente: https://ellibero.cl/columnas-de-opinion/a-la-captura-del-mercado-de-capitales/

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