Por: Enrique Subercaseaux
Director Fundación Voz Nacional


No fue este primer debate una ocasión de retorica elegante. Tampoco fue una ocasión de conceptos profundos e intelectuales. Las frases para el bronce, en el mejor de los casos, sirven para alimentar las redes sociales: la concisión de Twitter, lo ilustrativo de Instagram.

Es que estamos en otra época. Ya se evaporo en el pasado la política de los grandes ideales, de las visiones compartidas.  Hoy, es una lucha entre la verdad y la mentira.

El neo-lenguaje ha sido desarrollado, e impuesto, para acomodar la neo-mentira.

Esta realidad es la que enmarca la acción política, y su debida comunicación, en el día de hoy.

Se derrumba un modelo basado en lo políticamente correcto y se abre paso al pragmatismo tosco, estilo boy-scout. La batalla por la supervivencia.

Así las cosas, Donald Trump pudo desplegar sus armas discursivas. Frases cortas. Respuestas punzantes, rapidez en el contraataque. Joe Biden, un político chapado a la antigua, lucio muy incómodo, y se ciñó a un libreto preestablecido por el área mas progresista del Partido Demócrata. Se le vio incomodo defendiendo algunas ideas y conceptos que se reducen poco más que a slogans.

En las áreas fundamentales, más allá del espectáculo de dos septuagenarios batallando por su futuro político, Trump logro imponer sus puntos de vista.

El derecho de su país le asiste en el nombramiento del nuevo miembro de la Corte Suprema, por mucho que ello moleste a los Demócratas. Y en este ámbito, la verdad terminara imponiéndose.

La economía del país del norte se ha ido recuperando en los últimos cuatro meses, lo que es un hecho meritorio considerando que aun el país se encuentra en medio de la pandemia.

El tema de seguridad y convivencia social se ha ido encrespando por la seguidilla de actos de violencia, contra personas, bienes públicos y privados. Un hecho objetivo, que esta avalado por miles de registros gráficos. No es posible alegar la razón de “protestas pacíficas” en este caso.  Gran parte de la población ha sufrido directamente las consecuencias de los actos vandálicos, o bien conoce a alguien que las ha sufrido.

Y, por último, el gran tema del COVID.  Culpar a Trump de los (malos) resultados no es solo antojadizo, sino que también, mañosamente, no reconoce una gran realidad: del virus aun no conocemos gran cosa: solo conjeturas. Nadie sabe como se inició, como se contagia y cual es su ciclo vital.  Por último, y esto es un elemento de sentido común, las personas, en el ejercicio de su seguridad individual, son los principales responsables por su propia salud, y la de sus familias. Los Gobiernos son solo responsables de proveer un marco administrativo y reglamentario lo mas amplio y flexible posible. Mientras mas interviene el Estado, mas se enredan las cosas. Véase España y Argentina, como ejemplos al respecto.

La utilización ideológica de la pandemia ha sido un arma de la izquierda en el mundo. Bien lo sabemos en Chile.  El gobierno de Trump no se ha escapado de la sentencia inquisidora, pero, al mismo tiempo, ha hecho algo mucho mas importante y constructivo: intento cerrar lo menos posible la economía. Y de allí el éxito en el proceso de reactivación.

Estados Unidos es una sociedad donde la libertad individual, la libre empresa y el mérito, son cualidades muy valoradas por la población. Ellos no se llaman al engaño, y de seguro sabrán defender los frutos de sus esfuerzos: familia, bienes, empresas, educación y cultura.

Una de las razones de la creciente contestación a la mentira ideológica que nos invade, bajo múltiples disfraces, es que hay una verdad subyacente que, si bien no todos conocen, al menos la intuyen.

En épocas de zozobras y de estrecheces, la verdad siempre aflora como un faro que alumbra nuestro camino.   Así ha sido desde tiempos muy antiguos.

El debate servirá para proveer cuñas arrojadizas contra uno u otro candidato, pero lo cierto es que Biden en este sentido lleva las de perder.

Simultáneamente, los Tribunales de ese país están dando a conocer una cantidad de documentación que muestran, probadamente, las maquinaciones políticas contra Trump, incluso antes que este asumiera.  La sociedad las ira reconociendo, una a una en su justo valor. Porque la verdad es que, históricamente, los Estados Unidos han tenido una economía mas vigorosa durante los gobiernos republicanos.

Y esto es lo que realmente cuenta hoy día, en un escenario de recuperación post-pandemia, donde el mundo va transitando por una verdadera y seria recesión.   ¡It is the economy stupid!.

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