Gonzalo Ibáñez Santamaría


Mucho han insistido grupos y partidos de la actual oposición política en que la violencia que se desató en Chile a partir del 18 de octubre pasado no fue parte oficial del gran movimiento que ellos llaman de “estallido social“. Ella le habría sido anexa como compañía no solicitada. Los hechos, por cierto, se encargan de desmentir con mucha claridad esta versión. Desde luego, porque el punto de partida de ese “estallido” fue un hecho de máxima violencia; nada menos que la destrucción del Metro de Santiago. Al cuál de inmediato siguieron los saqueos y los incendios, incluyendo iglesias. Después vinieron las manifestaciones “sociales”. Por eso, la conclusión es la inversa: no fue la violencia la que se infiltró en esas manifestaciones, sino que éstas sirvieron para dar a esa violencia un tinte de respetabilidad y de legitimidad.

En todo caso, nada de lo que sucedió entonces fue espontáneo. Sin duda, detrás hubo una meticulosa planificación y preparación. Y en los hechos de violencia participaron personas especialmente entrenadas para producir esos efectos. De lo contrario, estos hubieran sido imposibles.

Por si alguna duda quedaba, un ex guerrillero salvadoreño, Joaquín Villalobos, se encarga de despejarla según noticia que nos da hoy la prensa•. Él afirma claramente la planificación y la preparación incluso desde el extranjero y la participación de extranjeros en la dirección de los hechos.. Ello es. sin duda, muy cierto. Pero, la responsabilidad principal le incumbe a chilenos. Tanto en la preparación como en la ejecución y, sobre todo, en la siembra de odio y de demagogia que desde largo tiempo atrás venía preparando el terreno a lo que sucedió. Tampoco

puede olvidarse la responsabilidad del mismo gobierno cuya pereza permitió que todo estos hechos se incubaran sin resistencia alguna. Y, después, por su cobardía para hacerles frente, hasta el punto de obstruir seriamente la capacidad de respuesta de nuestra fuerzas de orden.

Me ha parecido conveniente subrayar esta noticia que recibimos hoy, no sea que más adelante tengamos que lamentar que se nos pueda aplicar aquello de que lo que por sabido se calla, por callado se olvida. Y, por olvidado. . . .se repite.

El Mercurio, 14 /08/20, pág C 2 https://digital.elmercurio.com/mobile

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm/

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