Gonzalo Ibáñez Santamaría


Conociendo la historia de la mentirosamente llamada “Democracia Cristiana”, no puede extrañarnos el apoyo que ha acordado dar a la candidatura de Gabriel Boric para la segunda vuelta de la elección presidencial que tendrá lugar el próximo 19 de diciembre. Gabriel Boric es el candidato del partido comunista, con el cual esa DC tiene una larga lista de colaboraciones. De hecho, ella se creó en 1957 para hacer realidad la idea de que “el comunismo es el deber no cumplido por los cristianos”. Por lo que, para ella, si se quería ser cristiano, se debía llevar adelante el programa comunista comenzando por la lucha de clases y siguiendo por la abolición de la propiedad privada.

Es decir, este partido se creó para utilizar el cristianismo como un disfraz que permitiera validar una doctrina que el mismo magisterio pontificio se había encargado de condenar una y otra vez. De esta manera, y desde su mismo origen, este partido buscó estar bien con Dios y con el diablo, y así conquistar votos y hacerse del poder. El programa de Eduardo Frei Montalva durante la década de 1960 hasta 1970 constituyó el primer intento en provocar los cambios comunistas bajo una fraseología pseudo cristiana: la reforma agraria fue su principal expresión con el resultado de arruinar la agricultura nacional. En definitiva, el país terminó cayendo en un régimen declaradamente comunista del cual sólo pudo salir por la intervención de las Fuerzas Armadas y Carabineros.

Cuando ésta cesó en 1990, la D.C. volvió a las andadas y, aunque dejó tranquilo el flanco de la propiedad privada, entró de lleno en la destrucción de la familia. Ya la había comenzado cuando a partir de 1968 llevó adelante una campaña antinatalista que hizo de Chile un país de viejos que hoy, 50 años más tarde, carecen de los jóvenes en los cuales ellos puedan apoyarse. En estos últimos años, la D.C. destruyó el matrimonio terminando con su carácter de por vida y, después, aprobó el crimen de los que están por nacer, a través de la legalización del aborto. Y, ahora continua con la aprobación de un proyecto aberrante como es el del denominado “matrimonio igualitario”.

Fiel a este pasado, hoy anuncia el apoyo al candidato comunista. Así, ha quedado confirmado que la D.C es un partido que ha hecho de la traición al país y a la Iglesia la piedra angular de su existencia. Por unos votos más, no vacila en entregar a Chile al comunismo que es, sin duda, la doctrina más inhumana y retrograda entre las que se disputan el poder. Con seguridad, para tranquilizar su conciencia, terminará pidiendo a Boric, como a Allende en su momento, un “estatuto de garantías”. Comenzaremos así a repetir una historia conocida, de la cual quien va a pagar la cuenta, hoy como ayer, es todo el país. Salvo que los chilenos despertemos y ese 19 de diciembre concurramos todos a las urnas para evitar tan nefasto desenlace.

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm

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