Gonzalo Rojas Sánchez


¿Dos listas de candidatos al Congreso o una sola? Con independencia de que ya la cuestión esté decidida por la inscripción de una de ellas, llama la atención la persistencia con que algunos han insistido en que debía ser una sola.

En materias electorales, los números que permiten especular son siempre volátiles, especialmente cuando los contextos cambian. Y esos contextos se llaman: candidatos presidenciales asociados a las listas; voluntariedad u obligatoriedad del voto; porcentajes de apoyo al gobierno que respalda la lista contraria, etc.

Una elección anterior sirve para hacer análisis, pero no determina los resultados a futuro. Por eso todos los argumentos basados en que “los números indican que…” son falaces. Esos números varían de elección en elección. Si no fuera así, ¿para qué repetirlas una y otra vez? Tampoco las encuestas permiten tomar siempre las mejores decisiones: fallan muchas veces.

Decidir entonces si era mejor llevar una o dos listas, era cuestión de prudencia, asociada a los números. Y la prudencia, todos lo sabemos, no es ciencia, es ponderación que admite diversas opciones.

Poco se oyó argumentar a favor de las dos listas en estas tres dimensiones.

Por una parte, cuando ya están preseleccionados, dos grupos de 183 candidatos, pedirle a la mitad de ellos que abandonen sus pretensiones con vistas a la lista única, deja efectivamente a 183 personas lesionadas, a sus equipos de precampaña desilusionados, a muchos de sus adherentes, desvinculados. Qué le vamos a hacer, así operan los sentimientos humanos.

En segundo lugar, habría 183 personas menos recorriendo los distritos y pidiendo los votos. Se igualaría el número de postulantes con la supuesta lista única del oficialismo y eso, en campaña, se nota. Los números de votos llegan también por los números de candidatos.

Finalmente, existe un segmento de electores que al ver una lista única en que siete o más partidos confluyen, se restan de apoyarla por el riesgo de que su voto termine eligiendo a un candidato de un partido con el que no tienen la más mínima afinidad. Imaginemos a un elector de Evópoli que termina ayudando a que sea electo un nacional libertario, o un socialcristiano que sospeche que con su apoyo la lista finalmente podría elegir a un RN de talante completamente liberal. 

Por supuesto, la importancia de la cifra repartidora para determinar el número de parlamentarios efectivamente electos es un dato que puede invalidar los tres argumentos anteriores, pero ¿alguien conoce de antemano el resultado, como para exigir una determinada conformación de las candidaturas y así asegurar el Congreso?

Fuente: https://viva-chile.cl/2025/08/una-o-dos-listas/

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