24 DE MAYO DE 2020 

 

 

 

 


Si yo no estuviera en Chile opinaría igual que esa diputada alemana o ese diputado austriaco que nos llegan por videos y que protestan porque el confinamiento en sus países provoca más daños que el coronavirus. Si miramos lo que sucede en Suecia y Uruguay, donde no hay cuarentenas obligatorias y no han sufrido crisis económicas, no cabe duda de que el confinamiento tiene más costos que beneficios, desde luego en términos de vidas humanas. Pues ambos países están igual o mejor que los demás en ese aspecto, sin sufrir el enorme perjuicio económico y social de la paralización de actividades, el aumento de la pobreza y hasta el hambre en sectores desvalidos de la población. 

Hoy viene una carta de Axel Kaiser en "El Mercurio" donde cita fuentes fidedignas para afirmar que, frente a las 330 mil muertes por Covid 19, habrá 1,2 millones de niños adicionales que morirán en el mundo como derivación del desastre económico provocado por el confinamiento. El aumento del desempleo en 1 % en EE. UU. genera un 3,6 % de alza en las muertes por sobredosis. El rebrote de otras enfermedades derivará de que ha caído en 42 % la vacunación de los niños por el confinamiento. 

El problema es que en Chile, si no fuera por el estado de excepción y el toque de queda, estaríamos peor de lo que estamos. Como no hay gobierno, sin excepcionalidad la violencia habría provocado más daños que el coronavirus. El último trimestre del año pasado fue tan ruinoso para la economía, el empleo y el bienestar como lo está siendo la paralización obligada actual.

Entonces, gracias a la izquierda violenta que manda, Chile está entre el fuego y las brasas. Ahora tenemos ruina económica, pero casi no hay violencia generalizada, no están destruyendo semáforos, quemando iglesias, atacando comisarías ni "el que baila pasa" ni hiriendo carabineros a diario. Si terminara el peligro del contagio se pondría fin al estado de excepción y al toque de queda y el país volvería a ser arrasado por las hordas de izquierda, pues para efectos del principio de autoridad no hay gobierno y eso lo saben los revolucionarios.

Por eso yo he escrito en un blog anterior que éste es un país de mal pronóstico, en el sentido de que con el virus estamos obviamente mal, pero sin él estaríamos peor. Entonces, el remedio del confinamiento puede ser peor que la enfermedad en el resto del mundo, pero no en Chile.

El problema acá se llama Piñera. Este es un país que sin autoridad firme no funciona y vuelve a la barbarie. Piñera jamás va a ser capaz de ejercer el mando como es debido. Luego, ya sin el virus volverá el caos. Nuestra única esperanza reside en "hacer tiempo" y llegar a la próxima elección presidencial con la esperanza de elegir otro gobernante que mande y vuelva a poner orden en el país, o si no Chile va a la debacle.

Así es que el confinamiento en otras partes podrá ser peor que el Covid19, pero no acá. Lamentablemente, con la izquierda revolucionaria que hay, vivimos bajo una amenaza peor tanto que el remedio y que la enfermedad.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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