1 DE MAYO DE 2021 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


No puede dar su nombre porque, como toda persona honesta en el Chile actual, tiene miedo. Si ya no se puede andar por la calle por temor a un abordazo ni se puede ir en auto por miedo a una "encerrona" ni estar tranquilo en casa por la amenaza de asalto, es que en este país de izquierda el delito está tan favorecido que se generaliza, manda y prevalece. Y un(a) poeta o poetisa de derecha ni siquiera se atreve a publicar su nombre. 

La izquierda siempre ha prohijado el delito y la violencia que le es consustancial. "Primero el pan y luego la moral", predicaba el dramaturgo rojo Bertolt Brecht. Y por eso en el Chile rojo de hoy (sin perjuicio de que llegue a serlo mucho más) no se puede decir o escribir la verdad: ello desencadena injurias atroces contra quien lo haga. Al pie de este blog hay numerosos comentarios, pero se puede advertir que ninguno es de mujeres, porque cuando ellas los han hecho los violentos y groseros izquierdistas han desencadenado en su contra invectivas atroces y denigrantes, aprovechándose de que aquí no hay censura. Como ellas son más vulnerables que los hombres, se abstienen.

Entonces, cuando un gran poeta o poetisa anónimo(a) ha escrito su ¿soneto? (pues tiene 22 versos y, según Lope, "catorce versos dicen que es soneto"), "¿Qué Has Hecho, Ejército?", éste ha circulado por los whatsapps, pero aparentemente nada ha sucedido. Quedó ahí, sin comentarios. Lo leí la primera vez y, como buen chileno, no lo entendí. No tuve tiempo, probablemente, ¡llegan tantas cosas! Pero me volvió a llegar y entonces leí con más atención y me di cuenta de que estaba ante un(a) gran vate chileno(a) anónimo(a). Lo repasé y cada vez lo admiré más. Hasta que ya casi lo he memorizado. Comienza así:

¿Qué has hecho Ejército, que ahora
quienes ayer mandaste a luchar
están muriendo en esas sombras
en que los dejaste encarcelar? 

Pregunta que envuelve tres verdades aplastantes y dramáticas: ayer los mandó a luchar, verdad indiscutible; y fueron mandados con indudable respaldo mayoritario. Otra verdad. Y también que hoy están muriendo en las sombras, Y, en fin, que en ellas el Ejército los dejó encarcelar. Pues nada hizo. Al menos cuando Pinochet todavía era Comandante en Jefe, sí hizo algo y advirtió: "si tocan a uno solo de mis hombres, se acaba el estado de derecho". Y nadie tocó a ninguno. Pero, ya sin Pinochet, todo cambió. Los chilenos y su Ejército padecieron de amnesia, y el poeta o poetisa no lo deja pasar:

¿Qué has hecho, por Dios, con tus hombres
que fueron ayer tus combatientes
salvando a la Patria del horror
de aquellos verdaderos delincuentes?

Clama al cielo. Los del Plan Z para la degollina de altos mandos en el almuerzo ceremonial del 19 de septiembre, es decir, los verdaderos delincuentes, hoy mandan, medran, se enriquecen y persiguen a quienes nos salvaron de incrementar los 150 millones de muertos que sumaron Mao, Stalin, Castro et al. Y el poeta o poetisa no olvida tampoco a los 84 soldados caídos en la gesta entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973 (Memorial del Ejército a la Comisión Rettig), amén de tantos otros después, hasta completar 423:

¿Qué has hecho con quienes por la Patria
en horas tan comprometidas
combatieron con tal entrega
resignando por ello hasta sus vidas?

Nada. Dieron sus vidas, pero ello no impidió que sus camaradas sobrevivientes hoy estén muriendo en las sombras de un encarcelamiento ilegal e injusto. ¡Qué vergüenza nacional! Y el Ejército, como institución, no queda ajeno a ella. Es peor:

¡Ocultaron en sombras tu linaje,
tus héroes, tu verdad, también tu gloria!

Inevitable recordar 2004, cuando un Comandante en Jefe se permitió arriar la bandera ante "aquellos verdaderos delincuentes", se rindió incondicionalmente e imputó ¡a su propia y gloriosa institución! "todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado" ("El Mercurio", 10.12.04, CG). Así concedió la victoria a los indeseables que mandan hoy en el país. Pero el poeta o poetisa no se queda ahí y sigue preguntando:

¿¡Qué has hecho, en qué te transformaron,
bastión del honor que siempre fuiste!?
¡De afuera y de adentro te coparon
y en temor tus guerreros escondiste!

Terrible acusación, "De afuera y de adentro te coparon". "Tus guerreros escondiste". ¿No lo vemos hoy en la plebe enardecida insultando uniformados impunemente, destruyendo sus vehículos e instalaciones? ¿Y en la justicia roja desatada, contraviniendo textos expresos de la Constitución y las leyes y en sus jueces prevaricando "como verdaderos delincuentes", mientras mandan inocentes a presidio y sustraen al fisco miles de millones de dólares para indemnizar a los violentos? ¿Y cómo olvidar a Baquedano escondido de ellos, donde el bravo general nunca se habría permitido estar en vida? Pues: 

Ocultaron en sombras tu linaje, 
tus héroes, tu verdad, también tu gloria.

Y la terrible pregunta final, que permanece sin respuesta, porque no hay nadie digno de darla:

¿¡Qué has hecho permitiendo al enemigo
negociar tu sangre derramada,
dejando que te arrasen la traición
y una falaz historia adulterada!?

Chilenos: lean y, por una vez, entiendan. Y, si bien orgullosos de tener un(a) gran poeta o poetisa anónimo(a) y de derecha, avergoncémonos todos.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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