23 DE JUNIO DE 2021 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Esta semana debatieron por televisión todos los que fueron o devinieron candidatos del “No” y del “Apruebo”, que es lo mismo. El lunes los de Chile Vamos y el martes los de extrema izquierda. Rating de nueve o diez puntos, igual que otros programas políticos. Para describir las cosas en lenguaje de los ’90, el debate de Chile Vamos fue una primaria de la Concertación (pues Piñera ha hecho dos gobiernos como los de la Concertación). El segundo debate, el izquierdista, fue equivalente a lo que habría sido el de una primaria del PAIS (Partido Amplio de Izquierda Socialista), como se llamaba el conglomerado comunista en 1990. A él pertenecía entonces una joven Michelle Bachelet, cuya candidatura a concejal no tuvo suerte en la primera elección municipal por Las Condes.

El único candidato presidencial que sigue siendo del “Sí”, votó “Rechazo” y permanece de derecha, José Antonio Kast, no necesita primarias e irá a primera vuelta. Su Partido Republicano, que lo proclamó, ya se constituyó en todo el país. Los demás califican de “extrema derecha” a ese partido y a su abanderado, pero la verdad es que no lo son, pues habemos otros más extremos: Fuerza Nacional, que está en formación y es el único declarada y confesamente continuador del legado de Pinochet. Es decir, categóricamente jugado por la libertad personal y enérgico defensor del orden público. Yo he firmado sus registros para que exista y constituya la verdadera extrema derecha, a mucha honra. Si llegáramos al gobierno aspiraríamos a derrotar la violencia y el terrorismo, liberar e indultar a los presos políticos militares y procesar a los jueces prevaricadores que los han condenado; volver a pacificar la Araucanía y ser de nuevo el país de mayor crecimiento en América Latina, como el que legara Pinochet a los civiles en 1990 y que los políticos se han farreado.

Dadas las realidades actuales, José Antonio Kast sin duda va a pasar a segunda vuelta, pues tendrá todos los votos del “Sí” y del “Rechazo”, luego vencerá: 1) al triunfador de la primaria de Chile Vamos, dado que éste va a tener que dividirse los votos del “No” y del “Apruebo” con (2) el triunfador de la primaria marxista, seguramente Jadue; (3) Yasna Provoste, inevitable candidata de la exConcertación; (4) el Doctor File, que es del Centro Unido y tiene las firmas para presentarse; (5) Eduardo Artés, que es marxista ultra extremo y nuevamente ha anunciado que repostulará; y (6) Tomás Jocelyn-Holt, DC díscolo pero del “No” y del “Apruebo”, que ya compitió una vez y probablemente logre volverlo a hacer.

Por disminuida que esté la derecha, ¿cómo no va a vencer al menos a cinco de los del otro bando dividido por seis?

Entre los del “No” y del “Apruebo”, lo probable es que disputen el paso a segunda vuelta Daniel Jadue con Yasna Provoste, porque Lavín tiene buena figuración en las encuestas por el apoyo que obtiene de la izquierda y la DC. Ya no de la derecha, a la cual no pertenece. Hasta ha dicho que no sería conveniente un gobierno de derecha, lo que implícitamente revela que él, que quiere gobernar, ya la dejó. En consecuencia, es obvio que todo votante de derecha preferirá a Kast. Además, tanto la izquierda como la DC votarán por sus propios candidatos y entonces Lavín se desinflará adicionalmente.

En segunda vuelta, entre Kast y Jadue, gana Kast, porque hasta los millenials, con todo lo perdidos que están en política, rechazarán elegir un gobierno comunista. Hasta ellos se han enterado de los cien millones de muertos (más los 30 millones por hambruna bajo Lenin) y de la caída del Muro.

Pero entre Kast y Provoste no sé quién ganaría, porque ella es DC y, aunque el país sabe que los DC terminan poniendo la alfombra al comunismo, muchos no creen que lo hagan por segunda vez. Por otro lado, ella es tan de la onda marxista que presentó un proyecto en conjunto con el chavista Alejandro Navarro para estatizar los fondos previsionales que hoy son de los trabajadores. Pero Yasna, teniendo a Kast al frente, se va a preocupar de poner hasta cara de neoliberal, sabiendo que tendrá a la izquierda tras de sí de todas maneras. Y es mujer, lo que le confiere una ventaja adicional. 

Con ella en La Moneda no me quedaría otra que repetir lo que un respetable caballero boliviano siempre nos decía a los del grupo de invitados junto a él a Alemania Occidental en 1968, cuando enfrentábamos algún percance: “Todo pudo ser mejor, pero también todo pudo ser peor”.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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