7 DE JULIO DE 2021 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


En democracia no hay nada que hacer contra la mayoría. El 78% - 22% del último plebiscito fue inapelable. La mayoría de izquierda elegida para la Convención también. Paradójicamente eligió para presidirla a un personaje muy minoritario, Elisa Loncón, de la etnia mapuche, que dijo sus primeras palabras en un idioma que casi ningún chileno entiende, el mapudungún. Pero pertenece a la mayoría de la izquierda revolucionaria.

En mi anterior blog dije que hoy estábamos en el equivalente a 1971 de la UP, cuando todavía los trabajadores eran felices porque el gobierno había aumentado los sueldos y congelado los precios, de modo que podían comprar más cosas que antes. Un empresario muy rico y anciano, que fabricaba muebles metálicos, nos decía ese año: “Vendo todo lo que produzco, aunque a pérdida, pero el banco me presta todo el dinero que necesito. Así es que no sé en qué va a terminar esto.” El clima mayoritario entonces, tal como hoy, era de abundancia, porque todavía había plata. Claro, la bolsa bajaba y el dólar subía, como hoy. Rara vez se equivocan. Pero el pueblo tenía suficiente, al igual que ahora, cuando un empresario de la construcción escribe a “El Mercurio” que no encuentra trabajadores a los niveles normales de salarios pues las leyes les regalan más. Por eso Frei Montalva, presidente saliente en 1971, les dirigía a sus ex ministros del sector económico una carta de reprimenda por no haberle dado al pueblo en su período (1964 -70) la abundancia que les entregaba Allende. Probaba así que sabía tan poco de economía como Allende.

Yo había dado en 1971 unas conferencias sobre Milton Friedman, quien recomendaba hacer todo lo contrario de Allende, y entonces el presidente de la Radio Agricultura, Rolando Molina, me contrató para hablar todos los días de eso, al punto que un tío de mi mujer me preguntó: “¿Tú crees que puede haber economía libre cuando el país y el mundo marchan en sentido contrario?”. Es que yo todavía no había estudiado economía pero sí había leído “David Copperfield” y la ecuación de Mr. Micawber, que decía: “Gastos mayores que Ingresos = Miseria. Gastos menores que Ingresos = Felicidad”, todo eso expresado en libras, chelines y peniques. Y yo creía y creo en eso.

De acuerdo con ello, en 1973 las cosas habían empeorado tanto que había escasez con hiperinflación. Además todo el mundo sabía que la UP se estaba armando para una guerra civil, generando tanto miedo que hasta “el camaleón cambió de color” una vez más y el mismo Frei, que dos años antes fustigaba a sus ex ministros por no hacer lo mismo que la UP, les decía a los empresarios de la SFF (“Acta Rivera”): “Esto se arregla sólo con fusiles”.

El resto es historia. Y como para los pueblos que no aprenden de ella (caso chileno) la misma se repite, el “camaleón” volvió a cambiar de color después de 1990 y se unió a la izquierda, hasta hoy. Entonces, cuando de nuevo se cumpla la ecuación de Mr. Micawber y otra vez se haya acabado la plata (“el socialismo dura hasta que se le termina la plata de los demás”: M. Thatcher), probablemente el camaleón se unirá a la derecha para arreglar la situación. 

Ese camaleón es el que inclina la balanza en Chile en uno u otro sentido: “llamó a los militares para librarse de los comunistas y llamó a los comunistas para librarse de los militares”, como decía su exsenador y ministro, el recordado Juan de Dios Carmona.

Entonces ¿mi pronóstico sobre la Convención? Ella no será capaz de generar una nueva Constitución. Pero aun si inesperadamente la acordara, como se habrá acabado la plata, tal Carta perderá el plebiscito de salida. Entonces Chile, ya sin Piñera, volverá a ser una sociedad libre, como la que estructuró la Constitución actual. Sobre todo si en noviembre elegimos un Presidente capaz de garantizar el orden.

Si, en cambio, la Convención generara una nueva Constitución, el plebiscito la aprobara, el camaleón no hubiera vuelto a cambiar de color y se eligiera un Presidente de izquierda, al fin seremos “Chilezuela”, otro socialismo del siglo XXI e incorporado al interesante grupo de países que apenas tienen qué comer y no tienen con qué pagar, pero fundan otra próspera colonia derechista en Miami, como las actuales cubana, nicaragüense y venezolana.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

.