Cristián Labbé Galilea


Habiendo notado en el ambiente, incluso en algunos contertulios, un cierto desánimo después de conocer las últimas encuestas, esta optimista pluma sostuvo, con más convicción que nunca, que había que ser optimistas porque hay mucha gente sensata que impedirá que el país “se vaya a las pailas”.

Al comprobar la cara de dudas de algunos parroquianos, este “augur” les advirtió que no se sorprendieran si esa tendencia en las encuestas se mantenía las próximas semanas; ello por las “increíbles lecturas” que se le ha dado a la Cuenta del Presidente y a su participación en la Cumbre de las Américas, oportunidades en las cuales el mandatario ha asegurado que vamos… “viento en popa”.

Reafirmé mi convicción señalando que todo me hacía pensar que, después de esta “bonanza oficialista”, desde las direcciones más impensadas se vendría una fuerte racha de Rechazo, la que hará zozobrar los anhelos refundacionales de la izquierda radical.

Como siempre sucede, los que siempre están al lado ganador agregaron, además, que era una vergüenza lo que estábamos viviendo… “nosotros, los ingleses de América, gobernados por alguien que se “hurgueteaba las narices” en un punto de prensa y que, al mejor “estilo Tarzán”, presumía de ser un eximio poliglota.

Reflexiva esta pluma, y consciente que las imágenes hablan más que las palabras, fundamentó su optimista proyección en que es poco probable que aspectos de forma y de fondo, como los presenciados en estos días, generen una sensación de confianza entre la gente cuerda a nivel nacional, y menos en los inversionistas internacionales.

Las sombrías proyecciones de la economía dadas a conocer por el Banco Central sobre la inflación que estamos viviendo, y la recesión que se nos viene en el futuro cercano, advierten sobre la imposibilidad que se haga realidad lo anunciado días atrás por el Presidente. 

La cosa viene dura; eso lo perciben los inversionistas, y lo está empezando a vivir la gente en el día a día. Está más que claro que la “estanflación” (alta inflación y nulo crecimiento) que se avecina echará por tierra todas “las loas” que hemos escuchado de los magos de las comunicaciones.

Por lo mismo, a muchos les resulta difícil entender la actitud de algunos políticos de oposición (léase de derecha, centroderecha y afines) que promueven posiciones poco claras y, más que nada, condescendientes con un proyecto que echa por tierra todo nuestro pasado republicano, en circunstancias que “la Sociedad Civil” ha asumido una posición clara y directa.

Además, en estos días conocidos personajes tradicionalmente cercanos a la izquierda han dado muestra de su sensatez anunciando que votaran Rechazo, porque les resulta imposible apoyar un proyecto “sin pies ni cabeza” que, por donde se le mire, genera un sistema político donde lo menos que ofrece es una peligrosa inestabilidad futura.

Nuestra tertulia, iniciada con ciertas dudas, terminó optimista y positiva: “hay que rechazar… sin dudar”… porque “por la escalera del éxito no se puede subir con las manos en el bolsillo”.

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