Cristián Labbé Galilea


Todo indica que la tendencia al Rechazo es clara. Tanto así, que ya han aparecido -como es costumbre- los personajes que se quieren subir “a la grupa” de un corcel que ha comenzado a galopar seguro y parejo; también aparecieron los “jinetes inescrupulosos” que creen que, por un par de bonos y algunas migajas económicas, van a conseguir “amansar” a los que se están arrancando de las martingalas del apruebo.

Pareciera estar claro que ni unos ni otros -partidos políticos ni gobierno- tendrán éxito en “esta carrera” donde el país se juega su presente y su futuro. Pareciera también que ninguno de ellos ha asumido que hoy es el tiempo de la Sociedad Civil.

Se habrán preguntado los señores políticos y las actuales autoridades: ¿quiénes conforman la Sociedad Civil y qué piensan sus integrantes? ¿Sabrán que son miles las organizaciones civiles activas?, ¿que ellas son privadas, autónomas, voluntarias y no lucrativas?, ¿que se trata de fundaciones, corporaciones, asociaciones, gremios, clubes deportivos, etcétera…  y que, por lo mismo, son difíciles de “encasillar” y menos “amaestrar”?

En estas circunstancias, es en la Sociedad Civil Activa (SCA) donde radica la principal responsabilidad de convocar a la comunidad y de hacerles ver que el país enfrenta, sin exagerar, una coyuntura histórica.

Los argumentos se derivan, en forma contundente, del análisis del proyecto entregado por la convención, como: el sistema político que se busca implantar, la plurinacionalidad que se quiere imponer, los territorios autónomos con que se quiere dividir al país, el Sistema de Justicia que busca politizar al Poder Judicial, la eliminación del Senado… Sin embargo, lo más claro de argumentar es que se busca refundar el país, desconocer 200 años de vida republicana, y convertirnos en un país donde la libertad, el orden, la seguridad, el progreso y el bienestar no sean mejores que en Cuba, Bolivia, Venezuela…

La tarea no es fácil, pero esta optimista pluma está convencida que, aunque se diga “sotto voce” que los chilenos no tenemos comprensión de lectura, sí tenemos otras virtudes… sabemos leer y comprender muy bien cuando afrontamos momentos decisivos y sabemos responder a ellos… con decisión y coraje.

Así como clara se reconoce la amenaza, debe tenerse claro también que es un error pensar y esperar el surgimiento de alguien que “tome las riendas” de esta histórica causa. Sea quien sea, además de recibir todas las “flechas envenenadas” de odio e intolerancia, lo único que logrará será: generar división, reducir la opción de triunfo del rechazo y alejar la paz social… de nuestra realidad.

Este no es el tiempo de los partidos políticos, de las izquierdas ni las derechas, de los viejos ni de los jóvenes, de los altos ni los bajos, de los gordos ni los flacos… ¡es el tiempo de todos!

Que nadie intente tomar las riendas y menos subirse al anca del “Rechazo”. Es la Sociedad Civil la que tiene que lograr que el Rechazo, que va galopando raudo, gane… holgadamente y no por nariz.

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