Cristián Labbé Galilea


En la adversidad, momentos difíciles y desgracias, es cuando los seres humanos mostramos nuestras grandezas y bajezas. La lamentable tragedia ocurrida en el norte, que costó la vida de un militar, no hace sino confirmar esta verdad. Poco se demoraron las mentes ideologizadas de la izquierda en sacarse la careta y convertir este infortunio en un festín contra del Ejército.

Sin que se supiera realmente lo que había ocurrido, en un santiamén, y aprovechándose del dolor de las familias afectadas por la tragedia, se montó una morbosa campaña comunicacional que golpeó a la opinión pública. Cómo no, si esta era la oportunidad ideal para hacer del Ejército el “pato de la boda”, concentrando en él toda suerte de injurias, las que -por supuesto- han dado pábulo a que cualquier cortesano del gobierno pida la “guillotina” para los mandos institucionales.

Antes, lo habían intentado con el General Director de Carabineros y, como se les anduvo “resbalando”, ahora había llegado el momento de concentrase en la Jefatura del Ejército. La izquierda refundacional (léase PC y FA), no podían perder la oportunidad para intentar descabezar y, de paso, intervenir dos importantes instituciones de nuestra seguridad nacional.

Si alguno de mis ingenuos contertulios todavía piensa que las volteretas del Presidente, y las cabriolas de sus declaraciones, marcan un antes y un después, se equivocan. Esta suspicaz pluma les recuerda que el Ministerio de Defensa es una de las madrigueras importantes del Partido Comunista; allí han creado -para sus aviesos propósitos- el refugio perfecto que les proporciona invisibilidad y protección de las inclemencias políticas contingentes.

Por lo visto, da la impresión que éstos señores no han aprendido la lección que la historia les ha enseñado… se siguen equivocando con el Ejército.

Se equivocan también quienes creen que basta tomar un micrófono y pedir la cabeza de un General. En este caso, da la impresión que se van a quedar con las ganas de “guillotinar” al Ejército.

En el campo hay un dicho muy asertivo… “no es lo mismo la gordura que la hinchazón”; en esta oportunidad, es importante advertir a la izquierda que la prudencia y la debilidad no son lo mismo, y confundirlas puede llevarlos a situaciones muy complicadas.

La prudencia y la honestidad con que ha reaccionado el alto mando del Ejército, son condiciones básicas del actuar histórico de la institución, las que vienen -en este caso- a acentuar ante el país, la sociedad civil y la sociedad política, que las acciones y decisiones institucionales... siempre van a responder al interés superior de la nación y al bienestar de sus compatriotas.

Que en el caso de Putre pudo haber errores, equivocaciones y descoordinación, es muy probable, y de hecho -por lo mismo- se dispusieron los sumarios y las investigaciones que correspondían. Sin embargo, esto no debiera dar pábulo para que unos “rojizos roedores de cola pelada” quieran morderle la cola a un león más que centenario, que ha sido… “siempre vencedor y jamás vencido”.

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