Por: Enrique Subercaseaux.
Director Fundación Voz Nacional


Nada de lo que ocurra en el Medio Oriente puede sorprendernos. Porque ocurre de todo. Permanentemente.  Desde decenios.   No solo es un dinámico enclave de la Guerra Fría, sino que sus actores son mas nutridos y confusos que un plato de espaguetis: imposible de separar y desenredar.

Mas aun hoy, con el avance de las telecomunicaciones y de un mundo cada vez mas interconectado, aunque también, cada vez más enfermo.

En el caso del Medio Oriente en general, y de El Líbano en particular, tal parece que un exceso de espiritualidad, llevado en ocasiones al fanatismo preñado de una ignorancia latente, ha causado una mixtura letal, que ha dado a luz a una variedad de movimientos nacionalistas y religiosos que son fronterizos con el terrorismo.

Almas muy mal trabajadas, que responden a impulsos básicos. Prueba de ello es el reguero de destrucción y desolación que han dejado en la región, abrazando también África, Asia e incluso las Americas.

Hezbollah es uno de ellos. Que nació, justamente, en El Líbano, y que ya ha logrado enquistarse en las diversas esferas del Gobierno.

Es el principal sospechoso del que parece un seguro atentado.  Las circunstancias son sugerentes, cuando menos. Una bodega en el puerto, que albergaba por mas de 5 años una cuantiosa cantidad de peligrosos explosivos.

Hay una tecla que me desafina.

Demos un paso atrás y busquemos una perspectiva más amplia.

Los grupos terroristas, incluyendo este en comento, necesitan de permanente financiamiento. Cada vez mas cuantiosos. Al pertenecer al sector “servicios” de la economía, sus tarifas suben mas que el promedio de otras áreas de la “canasta básica”. Viajes, infraestructura cada vez mas sofisticada, pago a cuadros, voluntarios y un largo etcétera.  Ciertamente están los donantes naturales: algunas naciones que prestan respaldo variable, dependiendo del grupo que se trate: China, Rusia, Siria (con finanzas harto menguadas hoy), Arabia Saudita, Irán y otras.

Pero también está la economía informal que es cada vez mas amplia. Recordemos, por ejemplo, que la “mafia italiana” fue la fuerza dominante en ese país por largas décadas gracias a la economía informal.  Los billetes no dejan rastro.  Hoy, los gobiernos buscan girar hacia los pagos electrónicos, pero emerge el “bitcoin” una moneda que nadie controla, y que deja un rastro bastante complicado de seguir.

Sigamos con el análisis, ya que en un mundo vapuleado como el que vivimos hoy, nada es casual y todo puede estar interconectado.

En tiempos de pandemia, en que se ha desmovilizado la economía en muchas partes del globo, ha surgido con fuerza la economía informal, ya que muchas transacciones han continuado, al alero de excepcionalidades y porosidades de una nueva legislación que ha buscado “dotar de mayores poderes” a la clase política global. Pero, y no solo en Chile, hecha la ley, hecha la trampa.

Junto con cerrar la economía, los países mas ricos han inyectado cantidades astronómicas a la economía para que esta continúe operando, donde parte de esta inyección ha ido a parar directamente a la parte “informal” de la estructura: se ha perdido el rastro del dinero.

La explicación es sencilla: sabemos que muchos de los grupos terroristas, y de las ONG´s que se dedican al activismo político (quedaron ambos grupos uno al lado de otro, es casualidad) se financian con dineros opacos, con dadivas gubernamentales y con donaciones privadas, muchas de esta desgravando impuestos (como en Estados Unidos y varias naciones europeas).  Es decir, poseen ya los medios y los sistemas contables para disimular y ocultar. Y esta inyección de efectivo les viene muy bien, ya que estimula aun mas el rango y el alcance de sus actividades.

El Líbano es un estado cuasi-fallido. Esta explosión les daña su principal puerto, y recuperarse tomara años.  En este tipo de países, la informalidad económica, y la falta de controles sobre todo tipo de actividades, licitas o ilícitas, es proverbial.  Un hábitat ideal para el terrorismo.

Anotemos seguidamente que Hezbollah tiene nexos fuertes en las Américas: Venezuela y me imagino Cuba. Además de otras operaciones mas o menos encubiertas.  Quizás estén en Chile también.

Y ellos coadyuvan a una revolución en curso, la que conocemos, donde el ideologismo de izquierda se confunde, camaleónicamente, con el narco-terrorismo.

Años de torcer legislaciones y la judicatura a su favor, implican un hábitat muy favorable para las actividades de excepción. Ilícitas.

La tecnología, siempre dos o tres pasos mas adelante que la legislatura, permite aprovechar de manera mas veloz y mas contundente los resquicios y oportunidades. Ante lo cual, no cabe solo oponer una estrategia de mayor sagacidad.

Este es el contexto de los atentados. Y a quienes benefician los mismos.

Ya se culpa a Israel del mismo, algo poco probable, pero que va en el capitulo de las fake-news. Pues se trata no solo de dividir y subdividir el mundo, sino de tirar los “hunos contra los hotros” (al decir de Miguel de Unamuno).

La meta es la gran batalla de la verdad contra la mentira. Como vemos con este caso en comento, esta se juega a nivel global.

Por último, atención al lenguaje: el verbal, el de las señas, el de la manipulación:   Un atentado que insufla aires de triunfo en una organización terrorista, y que sirve para nuevos llamados a la acción terrorista en el globo.

Así como en la Araucanía, casi listo para convertirse en “territorio sin estado” facilitando operaciones y trasvasijes informales.  Allí, en la noche del fragor de las tres municipalidades tomadas y aterrorizadas, un mensaje hace mención “a la noche de los cristales rotos”, curiosa vuelta de torna lingüística, haciendo referencia a una acción que fue el inicio de la persecución al pueblo judío en Alemania y en Europa.  Quizás sea el inicio de acciones mayores, para apalear aun mas la moral maltrecha del vapuleado pueblo chileno.  Por lo demás, existen indicios de influencia de Hezbollah en acciones en este ámbito geográfico.

Esto es solo un relato. Una interpretación plausible del estado de cosas. Nunca sabremos hacia donde saltara la liebre. Pero diseñar un escenario de este tipo sirve para clarificar las ideas.

“Se non e vero, e ben trovato”.

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