Por Enrique Subercaseaux.
Director Fundación Voz Nacional


El mundo esta en una encrucijada. Un cruce de caminos muy peligroso, y caso inédito.

Se ha fabricado su propia crisis.

Aun se desconocen los contornos exactos del Covid-19, es decir, como se inició, como se propaga y cuál es su ciclo vital, y los Gobiernos varios siguen pontificando. Los doctores y opinologos también.

Han conseguido agravar los rebrotes. Han conseguido polarizar a los doctores. Han conseguido potenciar los movimientos anti vacunas. Y han salido varios villanos a la palestra.

Aun no existen certezas, pero se legisla, y se roba la libertad de los ciudadanos, con una pasmosa naturalidad.  La zozobra económica está aquí y ahora, aunque sus peores efectos los comenzaremos a sentir cerca de la Navidad. Pueda este hecho forzarnos a la sobriedad.

Ciertamente el mundo encarará una nueva realidad: sobreendeudamiento, tanto de los países como de las empresas y las personas, cesantía y una reducción de la actividad económica.

Son tiempos distintos que requieren reacciones y medidas novedosas.

Pero la clase política, en muchas latitudes, insiste en pontificar, tomar medidas erróneas y limitar las libertades.

El mundo ya esta despertando, lo que es mala noticia para los que hacen como que gobiernan. Manifestaciones cada vez mas concurridas en Europa y las Américas.  Este fenómeno de “emancipación cognitiva” va a caballo de dos hitos anti-establishment.  Uno en España y otro en los Estados Unidos.

Los singularizo porque su significado va mucho más allá de la protesta puntual, o el hecho puntual. Serán ambos un factor multiplicador en un despertar colectivo de grandes proporciones, que será como un tsunami: lo veremos venir, pero no podremos abarcar sus consecuencias, todas nuevas, hasta que las aguas se hayan aquietado.

En España, el manejo de la pandemia, de la economía y de la política en general del actual gobierno de coalición socialista/comunista ha sido el peor de Europa.  Algo en lo que coinciden muchos, tanto dentro como fuera de la península ibérica.  No supieron prevenir a tiempo, a pesar que tuvieron a la vecina Italia como ejemplo trágico, después taparon la inacción con mentiras (se inventaron un comité de expertos) y el manejo de la economía ha sido arbitrario, populista e intervencionista. Se ha seguido descaradamente la agenda chavista de Podemos, con resultados negativos cada vez mas evidentes.  En adición, la población ya sufre la merma en sus libertades y el parón económico que es uno de los mas severos del hemisferio occidental.

A esto se suma nuevas presiones separatistas, solapadas y centradas en torcer reglas con interpretaciones mañosas, y un ataque directo a la Familia Real Española, que es percibida por una mayoría como un factor de estabilidad para la democracia.

Todo esto ha sido el caldo de cultivo para una presión ciudadana para manifestaciones cada vez más grandes, que culminarán la primera quincena de septiembre con el lema de “Gobierno Fuera”.  Resta ver la efectividad de la misma, pero ya se ha instalado la voluntad de movilización para el cambio, y el ímpetu parece imparable.

En Estados Unidos con el año electoral de telón de fondo, se ha iniciado un proceso de rebeldía civil muy fuerte, que ha implicado caos y destrucción. Esto en una sociedad eminentemente anglosajona, que tiene unos valores de sobriedad y orden mas acentuados. Resultado de lo anterior es un estado de movilización y polarización que no culminaran con la elección presidencial de principios de noviembre, sino que empujarán al país a unos cambios en el sistema político de perspectivas impredecibles.

En este caso, el ataque a la propiedad privada, el imperio de la ley y las libertades básicas han sido los elementos que han radicalizado las posiciones.

Veremos cambios paulatinos en diversos ámbitos de libertades, economía y seguridad que redundaran en el mundo entero.

Porque esa gran nación no solo exporta McDonald’s, Amazon y Netflix.

En Chile, por último, toda esta ola mundial de cambios ha ido impactando con una persistencia cada vez mayor.

Aunque muchos crean que aun somos un “lindo país con vista al mar”, o “país esquina”, lo cierto es que las tendencias mundiales impactan, entre otras cosas, porque la creatividad política y de la esfera de humanidades tiende al plagio antes que a la creación propia.

El proceso político del actual gobierno ha sido muy negativo.  Supongo que no hay nadie que ciertamente pueda defender lo obrado. Violencia destructiva con fuerza telúrica, la observada el 18 octubre, que parece que su único propósito ha sido la producción de documentales y murales urbanos (pues nadie de la clase política ha sacado lección alguna de ella, y las llagas de la destrucción aún están a la vista de todos). Una polarización caprichosa, basada no en una realidad sino en una manipulación del lenguaje, y un devenir legislativo que es totalmente contraproducente. Quizás si entrara el Congreso y el Ejecutivo en cuarentena estaríamos bastante mejor.

Hay un dialogo de sordos y la ciudadanía se siente cada vez mas desprotegida y confundida.  El espectro político se fracciona cada vez más. En especial ante el necesario acomodo del mismo ante una Nueva Derecha, de raigambre Patriota, que emerge con fuerza.

Una lucha, en Chile y en el mundo, de la verdad contra la mentira. La primera debería imponerse, pero en el proceso, lamentablemente, fluirá un rio de lágrimas, temores y estrecheces.

Es el nacimiento de un nuevo estado de cosas, cuyos contornos y definiciones se ven aun muy difusos.

Si se distinguen elementos especiales y notorios: un nacionalismo bien entendido, un amor por la cultura propia y una vocación espiritual de sus gentes.  Esto ultimo cobra especial relevancia, pues muchas personas se sienten desorientadas y huérfanos de un socorro espiritual, que en los últimos años se confundió con descarado proselitismo.

Esta espiritualidad tiene que ver con el sentido de la vida de cada persona. El sentido de la familia y el sentido de pertenencia a una tribu determinada. Que no se confunda, como antes, con la membresía a un partido político o a una religión determinada.

De ninguna manera, es algo distinto. Es encontrar el sentido a nuestra libertad. A nuestra manera de relacionarnos. A través de la verdad y sin dobleces.  Todo esto se perdió bajo una lluvia de oro que tapizo sociedades enteras, anulando voluntades y confundiendo horizontes.

El propio proceso de deconstrucción marxista ha sido financiado de manera generosa.  Sin las cuantiosas donaciones de Naciones y Corporaciones del primer mundo, este no existiría. Con platita baila el mono.  Que lejos esta la humanidad de aquellos tiempos en que se buscaba el saber como necesidad de explicarse el sentido de la vida.

Hoy, son los asesores los que definen mucho: sin responsabilidad y sin contexto. Piénselo por un momento.

Y de estas concepciones “light” y con “taxímetro”, salen decisiones irreflexas, como el del “coronel” de la UDI, que quiere volver al ruedo político, apoyando el “apruebo” y, simultáneamente, haciendo gárgaras con la memoria y las enseñanzas de Jaime Guzmán.   ¿Su decisión es producto de alguna asesoría?

Y ya que estamos, al final de este escrito en el tema constitucional: el rechazo es evidente.  Quienes inventaron el apruebo no tienen a su haber ni un solo ejemplo de política publica exitosa. Ni un solo ejemplo de armonía social ni de crecimiento.  Mal que mal Chile esta en crisis y alguno de la clase política, o todos, será(n) los culpables.  Y la cuenta allí no mueve a engaño.    Siete gobiernos, de los cuales solo 2 de centro derecha. Y el actual, intervenido desde el 18. Octubre.

Los vientos de cambio a nivel mundial llegarán a Chile.  Veremos quien los detecta primero y los puede traducir a una realidad política. Esa persona será la que podrá plasmar un cambio de época, que esta largamente esperado.  Lo malo es que puede ser para bien o para mal.

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