2 DE OCTUBRE DE 2021 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Sebastián Sichel y Evelyn Matthei declaran, en sendos videos, ser partidarios de retirar el 100% de sus fondos previsionales por temor a ser despojados de ellos. Esto sugiere que, en  opinión de ambos, la extrema izquierda manda en el país y lo seguirá haciendo.

Comparto su pesimismo. A mi juicio, como no aprendemos de la historia, ya estamos viviendo una segunda UP, pero todavía sólo a la altura de 1971, cuando aún no había escasez, no se desataba la inflación y las empresas y fundos seguían en manos de sus dueños particulares, produciendo, aunque muy amenazados, todo lo que se les demandaba, que era mucho. Pues había dinero en abundancia, dado que el gobierno duplicaba la emisión mientras mantenía los precios fijados.

También hoy los consumidores, todavía, como entonces, tienen mucho dinero. Me asombró la coincidencia de que las reservas del país en el Fondo de Estabilización Económico Social y el Fondo de Garantía de Pensiones, que a fines de 2019 ascendían a 23 mil millones de dolares, y que se agotarán hacia fin de año (pues el resto que queda aún, unos 10 mil millones de dólares, ha servido para dar un IFE mensual a quince millones de chilenos, lo que cuesta 3 mil millones de dólares mensuales) con el hecho de que los fondos acumulados en cuentas corrientes y cuentas RUT particulares han llegado a los mismos 23 mil millones de dólares extraídos del fisco. Ante ese poder de compra escasean los automóviles nuevos, suben de precio los usados y otros ítems de consumo y también comienzan a escasear, no obstante que la producción se recupera. Si no hay un "octubre rojo" violento, las ventas aumentarán mucho. Y los precios subirán más.

Debido a la necesidad de hacer frente a tanto gasto extraordinario, el endeudamiento del sector público con el exterior también casi se ha duplicado, desde el 20 % al 38 % del PIB. "Economía y Negocios" de "El Mercurio" informó que el próximo año el servicio de la deuda requerirá 15 mil millones de dólares. ¿De dónde saldrán, si ya no hay reservas fiscales? De más deuda externa. Pero la solvencia del país será entonces menor y, por tanto, el servicio de la nueva deuda le resultará más caro. Eso, che, se ha visto en el vecindario. Mucha gente está previendo ese futuro y comprando dólares. Otros, que ven debilitarse su derecho de propiedad, también lo hacen. A ellos se suman los que temen lo mismo que Sichel y Matthei, y pondrán en resguardo sus fondos recuperados comprando también dólares. Resultado: esa moneda trepó hasta 830 pesos en la semana. Supongo que el Banco Central salió a vender y lo hizo caer a $ 804 pesos el viernes. Pero muchos ya divisan el "dólar a luca" en el horizonte.

Sobre todo si la Convención Constitucional, dominada por la extrema izquierda, declara que el quórum de 2/3 para aprobar artículos del Reglamento y de la nueva Constitución puede ser superado por un "plebiscito dirimente" donde se obtenga simple mayoría. Hasta dice la Convención que tiene atribuciones para suprimir instituciones actuales (por ejemplo, la Presidencia de la República y reemplazarla por un Primer Ministro designado por el Parlamento). ¡Qué poco podría durar el Presidente que elijamos a fin de año!  Y nada de esto sería, en rigor, inconstitucional. Otro "fruto" del "Apruebo". (Un aplauso especial para tanto derechista que quiso verse "popular", se sacó la corbata y votó "Apruebo").

Tal como en 1971, la probabilidad de Chile de convertirse en una nación socialista es alta. Pero al socialismo siempre se le termina "la plata de los demás". Y pronto ingresaremos al período equivalente a 1972, cuando registramos una inflación de tres dígitos, incurrimos en mora de la deuda externa, proliferaron las huelgas y las cosas comenzaron a escasear, generando una masiva "marcha de las cacerolas vacías" de las dueñas de casa. Fue el comienzo del fin de la UP.

Pues las bases democratacristianas se pasaron entonces vehementemente a la derecha. Eso llevó a la mayoría de los representantes del pueblo, de derecha y de centro (y hasta uno de izquierda, el PIR) en la Cámara a pedir a los militares "poner término" a la situación. Éstos accedieron (en buena hora para Chile y mala para ellos, pues "20 años después" fueron traicionados). Pero ésa es otra historia, que también se podría repetir si los ingenuos militares volvieran a hacerles caso a los astutos políticos asustados por la amenaza marxista otra vez.

 Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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