13 DE MAYO DE 2022 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Iba a escribir acerca de cómo miente la Corte Suprema, cómo atropella las leyes y condena a inocentes, pero leí "El Mercurio" y resolví cambiar de tema.

Hernán Büchi ha hecho enormes contribuciones al país y de alguna manera comparte con Augusto Pinochet, la Junta y Sergio de Castro la honra de ser padres de nuestra actual (todavía) sociedad libre. Pero también ha hecho contribuciones al idioma: hace muchos años (1989) incorporó el concepto de "contradicción vital", representado por la incompatibilidad de personalidades como la suya con la de Sebastián Piñera; y el año pasado incorporó el término "incerteza" al dar las razones por las cuales se iba a vivir a su ancestral Suiza. Todos los que habíamos dicho siempre "incertidumbre" fuimos inmediatamente al diccionario a ver si "incerteza" estaba dentro del idioma y comprobamos que sí, que está aceptada por la Academia. Y la innovación de Büchi prendió tanto que hoy el primer editorial de "El Mercurio" dice dos veces "incerteza" y una sola "incertidumbre", para describir lo que sucede en Chile.

Si ustedes retroceden una página desde el primer editorial de hoy se encontrarán con un artículo del gerente de la Clínica Alemana, Cristián Piera, donde dice que las listas de espera en la salud pública son las más largas de la historia, "según reconoce la autoridad." Y añade que en EE. UU. el gasto por persona en salud es de 9 mil dólares al año, mientras en Chile es de mil 402 dólares, es decir, menos de la sexta parte. Pero allá el promedio de vida ha retrocedido a 77 años y acá ha aumentado a 80 años. Entonces, ¡tres hurras por el sistema privado chileno de salud, que no tiene listas de espera y aumenta la expectativa de vida! Pero no, la nueva Constitución va a suprimir el sistema privado y todos sa van a tener que ir al público para alargar más sus listas de espera ya más largas de la historia. ¿Están locos los chilenos? La mayoría sí, pero están cambiando, volviendo en sí, según veremos.

Precisamente el Rechazo a la nueva Constitución y su estatización de la salud, entre otras razones, se explica porque la mayoría está volviendo en sí.

No obstante, hasta la UDI, como señala el primer editorial citado, dice que la actual Constitución "está muerta". Pero ¿qué le pasa a la UDI? Que desde el asesinato de Jaime Guzmán ya nunca volvió a ser la misma. Ahora es entreguista.

Anoche vi en el canal nacional a Matías del Río entrevistando a un economista de izquierda, Sebastián Edwards, que también vive fuera, en los EE. UU., diciendo también que la Constitución y el sistema neoliberal, que nos da más años de vida que allá y todo, "están muertos". Pero ¡cómo lo mata también, si gastamos un sexto que los norteamericanos en salud y vivimos más! 

¿Esta entregada la UDI? ¿Está perdido Edwards? Both. A lo primero sí y a lo segundo también. Es que la UDI perdió su temple, es decir, se rinde ante un adversario al que va a ganar. Y Edwards es de izquierda, usted sabe, esa receta que no ha funcionado en ninguna parte.

Lo peor es que en la derecha hoy casi todos son entreguistas, porque creen que hay que cambiar el país más exitoso de América Latina y uno de los más exitosos del mundo porque la izquierda, y en particular los comunistas, que mataron a Guzmán, lo piden. ¿O será que "better red than dead"? 

En todo caso, "Imbéciles", como titulé un blog muy leído del 28 de abril de 2020, que les recomiendo consultar o volver a leer.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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