25 DE MARZO DE 2023 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


No estaba tan en desacuerdo con El Mercurio desde que el 1° de julio de 2012, en su primer editorial, acusara al gobierno militar de haber violado los derechos humanos. Ahora, cuando el país se divide en dos bandos, el de los partidarios de la senadora Campillai y el de los de la diputada Cordero, El Mercurio se ha alineado claramente con los primeros y yo con los segundos.

Pues el diario, en su segundo editorial de hoy, califica como "repudiables dichos" los de la diputada, que pusieron en duda la ceguera de la senadora. Esta, supuestamente, perdió la visión cuando se encontraba en los desórdenes octubristas y recibió una bomba lacrimógena en la cara. Un fallo judicial la consideró víctima de un "apremio ilegítimo" por parte del carabinero que la lanzó, a quien  condenó a doce años y medio de presidio. La supuesta víctima fue generosamente indemnizada.

El uniformado niega que la senadora haya sido golpeada por su lacrimógena y sostiene que lo fue por una gran piedra lanzada por manifestantes. Pero el juez no acogió su defensa.

El Mercurio hoy tomó partido: "La situación que afecta a la senadora Campillai --víctima de un proceder policial condenado por los tribunales-- no puede ameritar sino respeto y solidaridad, como bien lo han expresado sus colegas de la Cámara Alta", editorializó.

¿Estar en medio de los desórdenes octubristas y haber llamado, como lo hizo Campillai, a "quemarlo todo y destruirlo todo", merece respeto y solidaridad? No de mi parte, ciertamente.

Sigue El Mercurio: "Trivializar o, peor aún, insinuar sin fundamentos una suerte de engaño de parte suya a la opinión pública no corresponde ya no sólo a lo que debe ser el trato entre representantes populares, sino mínimas normas de convivencia en una sociedad". Es la tesis de la izquierda, que llama a esos requerimientos de pruebas "revictimización" y "violación del deber de no repetición". 

¿Nunca se debió entonces comprobar si Rojas Vade estaba o no enfermo de cáncer?

En el hecho, la diputada Cordero no ha "trivializado" nada. Pues ha planteado una cuestión seria y de interés público. Tampoco es "insinuar sin fundamento", como dice el diario, preguntar si realmente ha perdido la visión una persona que es fotografiada operando un celular. Sobre todo si ha sido generosamente indemnizada por ceguera total. En fin, tampoco es criticable cuestionar un fallo judicial manifiestamente falso, pues afirma que el carabinero hizo objeto de "apremios ilegítimos" a la manifestante, situación que evidentemente no se presentó.

Lo concreto es que ha circulado en las redes una fotografía de la senadora Campillai examinando atentamente su celular. Como la "verdad judicial" afirma que perdió la vista, es legítimo preguntar cómo puede operar un móvil. Ello ha sido planteado por la doctora Cordero y con justo derecho, porque en definitiva hemos sido los contribuyentes los financistas de las indemnizaciones dispensadas a la hoy senadora. Evidentemente, son más altas de lo que lo habrían sido a raíz de una pérdida de visión parcial. ¿Es realmente "repudiable" plantear la duda, o es simplemente razonable?

No menos importante: la hoy senadora Campillai estuvo en medio de desórdenes en que no debió estar. El carabinero condenado, en cambio, estaba allí obligado por su deber, cumpliendo una peligrosa misión que la sociedad le había encomendado.

En uso de su libertad de expresión y derecho a la información la diputada Cordero y cualquier ciudadano tienen facultad de demandar, de alguien que ha recibido una generosa indemnización fiscal por ser ciega, que explique por qué aparece mirando un celular. La solución es sencilla: que un médico imparcial dictamine. Pero ni siquiera si se comprobara su total ceguera habría sido constitutiva de conducta "repudiable" la expresión de una duda suscitada por la imagen la senadora mirando su celular. Salvo que se trate de un debate sometido a una censura previa dictatorial.

Así como discrepé de la doctora cuando criticaba al gobierno que reconstruyó a Chile, concuerdo con ella cuando critica al que lo quiere destruir.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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