10 de octubre de 2024
Hermógenes Pérez de Arce
Si Luis Cordero, quien fuera controlador de la Universidad San Sebastián, estuviera vivo, yo le habría preguntado por qué contrató a la abogada y ex ministra de Educación Marcela Cubillos como docente y con un sueldo de $17 millones mensuales, lo que ha sido considerado un escándalo por variados opinólogos y medios. Creo que me habría contestado algo así como lo siguiente:
"Porque es una mujer definidamente de derecha, con mucho carácter, que tiene un potencial futuro político de la más alta proyección --en lo cual me gustaría ayudarla-- y contribuye a darle buena imagen a la universidad, justamente la impronta que yo desearía imprimirle".
Nunca conversé con Luis Cordero, pero cada vez que nos encontrábamos me abrazaba. Me decía que me leía y que el abrazo era por la firmeza de mis convicciones. Era de bajo perfil. Tenía éxito en sus emprendimientos educacionales. Jaime Guzmán lo tenía en alta estima. Contrató lícitamente a Marcela Cubillos cuando dejó de ser ministra. Ésta aceptó la totalmente lícita y atractiva oferta de empleo pedagógico que él le formuló.
Pero parece que el país entero, de izquierda a derecha, encuentra que eso fue escandaloso. Chile baila al son que le pone la izquierda. Marcela ha sido figuradamente quemada en la pira de la opinión pública y en la Plaza de Arnas. Es que fueron $17 millones. Demasiado. Pero no en otros casos. Se ha publicado la lista de otros sueldos de $17 millones a personas inobjetables y a objetables amigos de Boric. El Congreso ha descubierto que paga a varios funcionarios esa suma mensual. Un gerente de Codelco, se revela, gana $49 millones. Pero no es maldito, no es de derecha, no es sospechoso de pinochetismo. Nadie le dedicará un video lapidario. Está a salvo. Goza de fuero político.
Algunos arguyen que Marcela, como ministra, le asignó fondos a la universidad de Cordero y éste le pagó el servicio. Pero nadie objetó esa asignación de fondos en su momento. Y también se los asignó a otras universidades.
Este escándalo artificial no es sólo chileno. Es mundial. Un policía italiano hace años le dijo a otro "¡Pinochet!", el segundo se querelló por injurias, el "ofendido" ganó el juicio y la noticia dio la vuelta al mundo. El "asesinato de imagen" del KGB había resultado exitoso.
Al mismo tiempo Gonzalo Vial, en su biografía contra Pinochet, reconoce que en los países en crisis terminales el uomo qualunque suele exclamar: "¡Necesitamos un Pinochet!" Cada vez más chilenos repiten eso hoy. Michelle Bachelet dice en El Mercurio de hoy que eso es "un retroceso democrático". Curiosamente, la razón surgió de su segundo gobierno.
Bueno, quería comunicar todo lo anterior y anticipar que este escándalo artificial ha reforzado mi decisión de votar por Marcela Cubillos para alcaldesa y Macarena Santelices para gobernadora en la elección de los próximos días 26 y 27.
Y, last but not least, comunico que yo mismo aceptaría, y sin el menor escrúpulo de conciencia ni duda moral, una oferta de hacer clases universitarias sobre historia del Chile reciente por unos malditos $17 millones mensuales y en la certeza de que los valdría.
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
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