09 de junio, 2020 

 

 

 

Jose Antonio Kast
Presidente Partido Republicano


 Es el Gobierno el que debe proponer soluciones concretas, asumiendo su liderazgo y compromiso fundacional. El resto de las fuerzas políticas debemos sumarnos a ese esfuerzo, sin imponer ni exigir nada, poniendo el país por delante de las aspiraciones de diferenciación individual.

Mucho se ha debatido en las últimas semanas sobre la necesidad de un acuerdo nacional, entre todas las fuerzas políticas y sociales, para enfrentar la pandemia. ¿Quién podría restarse de semejante esfuerzo en medio de la grave crisis que vivimos? ¿Quién podría ir en contra de las aspiraciones de la mayoría de la población?

Por lo pronto, nosotros, desde el Partido Republicano, no lo hacemos porque no queramos contribuir a la búsqueda de soluciones a la crisis ni porque queramos destruir la unidad o boicotear la búsqueda de consensos para enfrentar esta crisis. Lo hacemos porque tenemos la convicción que la mejor respuesta a este crisis sanitaria, económica y social, está en manos del Gobierno, y es deber de todas las fuerzas políticas respaldarla sin condicionamientos ni chantajes. Porque digamos las cosas como son: este supuesto acuerdo no es sino otro esfuerzo más de los sectores políticos por coludirse, y anteponer sus intereses por sobre lo que realmente necesita el país.

Cada vez que se coluden los políticos, los chilenos salen perdiendo. Pasó el 2007, con el llamado acuerdo educacional, que se tradujo en una educación de peor calidad y con menos oportunidades para los chilenos más vulnerables; el 2009, con el pacto que buscaba salvar al Transantiago, que no sirvió para nada y que nos cuesta miles de millones de pesos en un transporte indigno e inútil para la gente; el 2014 y el 2019, con las reformas tributarias que terminaron destruyendo el progreso económico; y el 2015, con el pacto para modificar el Sistema Binominal, que solo sirvió para aumentar el tamaño del Congreso y el monto del millonario gasto político de Chile. Pasó, finalmente, en noviembre pasado, con el acuerdo para la “Paz y la Nueva Constitución”, que no detuvo los saqueos y la violencia, jamás consiguió la paz y abrió una brecha institucional que trae incertidumbre y desconfianza con un plebiscito ilegítimo que sigue dividiendo a los chilenos.

En cada una de estas ocasiones, los políticos de izquierda y derecha se han “unido” para decirle al país que es la hora para dejar atrás las diferencias y nos convocan a un gran acuerdo nacional. Por eso creemos que, en el contexto de esta emergencia, es el Gobierno el que debe proponer soluciones concretas, asumiendo su liderazgo y compromiso fundacional. El resto de las fuerzas políticas debemos sumarnos a ese esfuerzo, sin imponer ni exigir nada, poniendo el país por delante de las aspiraciones de diferenciación individual.

Ya habrá tiempo para evaluar los aciertos y desaciertos; los errores y equivocaciones. Pero en medio de la emergencia, Chile necesita que el mundo político entienda que la prioridad está en la crisis sanitaria que está enfrentando con decisión el ministro de Salud, y no en los pactos ideológicos a los que nos quieren llevar nuevamente los políticos y que amenazan con terminar prolongando de manera indefinida la crisis económica y social que sigue al COVID19.

El Gobierno debe entregar todos los recursos económicos y administrativos posibles para que sigan haciendo su trabajo, junto a los cientos de miles de funcionarios de la salud que a lo largo de todo el país están librando una batalla sin igual. Ningún chileno de bien se podría oponer a estas soluciones ni tiene el derecho a condicionar su apoyo a la firma de un arreglín político para las cámaras. El futuro de Chile está en juego y no necesitamos que los políticos de siempre se sigan tomando las manos y firmen acuerdos que los chilenos no queremos.

Fuente: https://ellibero.cl/opinion/jose-antonio-kast-arreglo-nacional/

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