(Oh Señor del Alto Cielo)

 

 

 

 

 

 

 

Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Giuseppe Verdi escribió cuatro importantes óperas referidas al sentido patrio: Nabucco, Macbeth Atila y I Lombardi alla prima crociata.

De esta última ópera es el título de este artículo y con el cual comienza el coro cantándole a Dios por la Patria perdida.

Recuerdo necesario de hacer en esto tiempos, ya que a través de la música este importante compositor impulsó la unificación y liberación de Italia de todo dominio extranjero.

Los hombres con visión de futuro plantean siempre no sólo el significado de su pensamiento, sino que advierten los peligros que encierra el poderoso enemigo de la verdad. Esto ha sido así en todos los tiempos y en cada uno de ellos es la fuerza de la fe lo que ha salvado al mundo de mayores desgracias. Recuerden el llamado de Churchill cuando se temía la invasión alemana a Gran Bretaña: “Horas aciagas nos golpean, recen por la salvación de Inglaterra” ¿y qué ocurrió? la Marina alemana después de varios intentos, durante varios meses no pudo avanzar al objetivo del León marino, como Hitler llamó a la idea de invadir el reino de Inglaterra. Interminables discusiones entre los distintos mandos hicieron imposible concretar el plan. Gracias a esta circunstancia Inglaterra pudo tener más tiempo para organizar su defensa y finalmente salvarse de una invasión.

La fe de un pueblo, el amor a su Patria y la profunda voluntad de luchar por la libertad ha sido siempre el marcador de la victoria.

Por eso en estas horas difíciles no sólo pido oración para tranquilizar los espíritus y tomar decisiones acertadas, sino optimismo para no desesperar a quienes los acoge el temor o el miedo. Hay que tener la confianza suficiente ya que el gran sentido patrio del chileno despertará de las profundidades al que lo han sumergido y con fuerza derrotará a los enemigos que pretenden bajo ideologías foráneas conculcar nuestro derecho a vivir y gozar de una patria libre y soberana.

Hemos sido testigos de un espectáculo dantesco de odio y maldad, donde solo se ha destacado la templanza de un solo hombre con espíritu patrio, con profundo sentido de la responsabilidad política, con visión de futuro que garantiza la unión de un pueblo en la verdad, el bien y la belleza; trilogía de valores que son los pilares de nuestra identidad occidental. Hoy Kast es la esperanza de un pueblo unido en la certeza de volver a creer en las instituciones Republicanas.

A ellas les ha cantado Verdi y nosotros como un sólo coro entonamos esperanzados el canto de los lombardos en la primera cruzada, para no lamentar más tarde una Patria perdida.

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