Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


La historia es la narración de los sucesos del pasado. La humanidad entera está envuelta en un relato qué transita por los diferentes periodos llenos de epopeyas llenos de descubrimientos llenos de sabiduría también llenos de la maldad del ser humano (homo homini lupus)

Hoy como nunca la naturaleza del hombre está en peligro no por extinción sino por el odio incubado por grupos interesados en un nuevo orden (posmodernismo)

Hoy nos vemos francamente horrorizados de la actitud ideológicamente salvaje de la comisión constituyente al aprobar la devolución de todas las tierras y recursos naturales a los mal llamados pueblos originarios. Es decir nos remontamos al descubrimiento de América, al descubrimiento y luego conquista de Chile y el comienzo de la civilización en los nuevos territorios. Con una visión revisionista de la historia se pone en tela de juicio, con una falacia intelectual, más de 500 años de historia de la humanidad.

Chile es una República monolítica conformada  por más de 18 millones de habitantes,  todos bajo el gentilicio de chilenos con un territorio común, largo y angosto al fin del continente americano entre la cordillera de Los Andes y el Océano Pacífico bañado por 4000 km de costa continental.

No ha existido jamás una estructura federal con autonomía ni menos reconocimientos a estado dentro del propio estado.

Esta iniciativa aprobada por la izquierda y la izquierda extrema sólo pretende destruir la identidad nacional hacer desaparecer el concepto de República y entregar lo que antes fue un país organizado y admirado internacionalmente a  la ruina la pobreza y la venganza de un grupo inacabado que se ha tomado el poder.

Esto sumado a la decisión de terminar con el derecho de propiedad, queda claro que no hay ningún “chileno”, no indio, que hoy se sienta seguro en el territorio nacional llamado Chile, menos en su “propia” casa.

Cuando veo o llego a escuchar a ese simio disfrazado con trapos colorinches hablar con un odio incubado y catalogado de ancestral, e indicar que los que tuvimos mejor suerte que ella incluida la estética, debemos ser despojados de nuestros derechos, no está haciendo otra cosa que decirle a un pueblo digno , orgulloso de sus conquistas con héroes que han traspasados los umbrales de la eternidad  que despierten, tiempos duros se avecinan y tendremos que organizarnos para defender nuestra soberanía y nuestra identidad nacional.

Los pueblos que trajeron la civilización, cuando los ancestros del simio andaban desnudos, saben bien cómo se hace y lo que cuesta. Así también conquistamos el norte cuando ya éramos República.

Cómo se dará vuelta en su tumba el héroe de la guerra de la confederación Peruana /Boliviana contra Chile, Juan Lorenzo Colipi, un indígena mapuche hijo del cacique Lorenzo Colipi, se integró al Ejército Chileno donde por su extrema valentía logra llegar al grado de capitán. La hazaña del Puente Buin es otra de las grandes epopeyas de nuestra historia en que este mapuche su jugo por su patria.

Que infinita diferencia entre la actitud de ese mapuche héroe como la gran mayoría de los actuales mapuches chilenos, con los cultrunes, trutrucas, trariloncos y trapelacucha, que hacen sonar al interior del viejo congreso una minoría enajenada, como credencial de autenticidad ancestral. Penoso, solo han mostrado la cara miserable de la utilización ideológica. Un acento gravísimo que marca el estado esquizofrénico de los miembros de la constituyente, que empujan con toda sus fuerzas al país al abismo y a su propio gobierno al desastre

Como no hay tregua, por ahora, a agacharse y prepararse que vienen los indios como en las películas del Oeste y que esperen el vuelto, así de simple.

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