Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


De acuerdo a la información que circula en medios y redes sociales, son 499 artículos sancionados por el pleno de la comisión constitucional, cada uno de los cuales tiene sus correspondientes incisos con lo cual se someterá a plebiscito un mamotreto que contiene todas y cuánta cosa ha podido ser capaz de crear la sinrazón del ser humano. Desde el mismo día 18 de octubre de 2021 a las 15:38 minutos en que se dio inicio oficial al debate constitucional, Chile  ha sido testigo de cuanta arrogancia se ha desplegado para imponer el criterio de las minorías ahí representada y como si el tiempo de angustia fuera poco, el 22 de marzo del 2022 el Pleno de la Convención Constitucional informó la prórroga de tres meses para su funcionamiento.

Así entonces hemos llegado a la etapa final y será el 5 de julio del presente año en que dicha entelequia entregue la propuesta de nueva constitución.

Desde ahora a la fecha señalada funcionará la comisión de armonización quien velará por la redacción final del texto si es que ello es posible en un entramado tan dispar como disparatero, donde fueron  plasmando en  10 meses de trabajo cuanta maldita idea producto del revanchismo y resentimiento pudo dar cabida y en 103 sesiones de pleno, aprobadas pasando la aplanadora por el escaso grupo de convencionales que intentaron poner cordura. Con ello se cierra el debate constitucional y comienza la etapa final.

Durante este proceso, económicamente caro para el país con un gasto impagable en la tranquilidad ciudadana y un agotamiento de las esperanzas de un futuro mejor se llega al término de un periodo en el cual la violencia de las mayorías circunstánciales levantando las banderas de las minorías pusieron un manto sobre la verdad, la belleza y el bien, dando lugar a la noche más negra que viviremos de aquí al 4 de septiembre en que obligatoriamente todo ciudadano tendrá que acudir a las urnas a responderle a Chile y su destino.

El destacado abogado constitucionalista Álvaro Tejos comentaba hace unos días lo siguiente: “somos una sociedad de intervinculaciones y en agregados mayores y menores; pero bajo un principio de libertad, que se van ahogando en cada uno de los 499 artículos propuestos. Espero que se tome conciencia de la efectiva y cierta destrucción de nuestra institucionalidad y de los valores perennes de la República”

Cualquiera que sea el resultado en esa decisión del 4 de septiembre, quedará para la historia el fracaso de 155 convencionales “que no cumplieron con el propósito fundamental del cometido y que era renovar las bases de la convivencia a partir de un texto que permitiera a los chilenos volver a sentirse parte de un proyecto común” El país ha sido dramáticamente dividido, su soberanía quebrantada y los derechos esenciales emanados de la naturaleza del hombre conculcados.

Se han debilitado a los miles de agricultores, sobre todo de la Araucanía a quienes se les ha precarizado  sus derechos de agua  y cuestionado sus modelos de producción.

¿Será posible aprobar por constitución el asesinato de miles de niños sin siquiera respetar el legítimo derecho de los médicos a la objeción de conciencia?

¿Será posible que Chile entregue la educación de sus hijos al Estado por sobre el derecho preferente de sus padres?

¿Qué ocurrirá con los chilenos que pedían la protección de sus ahorros y que siendo la demanda ciudadana que más firmas presentó ni siquiera fueron escuchados por las comisiones que redactaban la propuesta?

Para que hablar del plurinacionalismo y pluriculturalismo, un conjunto de ideologías y modas escritas en algo que pretende ser constitución

¿Será posible que alguien que se sienta mesa tenga respaldo constitucional en vez de una cama en el psiquiátrico? Lo mismo ocurre con un hombre o mujer, con todas sus características biológicas  que los distinguen, ¿bastará su sentir de identidad como motivo de la  constitución política de una nación?

En fin, siéntese un rato a cantar y a  bordar que este mamarracho que le quieren imponer con una feroz campaña, tan mentirosa como fraudulenta, nos tendrá atormentados hasta el 4 de septiembre.

Pero todo tiene solución: con un solo  lápiz como la principal arma democrática,  puede defender su dignidad.

Marque Rechazo y adiós al Mamarracho

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