Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


En el fragor de la lucha por la vida en todos los ámbitos del quehacer, sin duda que más allá de las consideraciones personales de cómo enfrentamos el diario vivir, hay elementos que son sustantivos de la vida en comunidad y es aquí donde la política y sus consideraciones juegan un rol capital para el ordenamiento que la sociedad se da para vivir en paz, en tranquilidad, buscando el bienestar y la prosperidad.

Esto no es retórico es la búsqueda que el hombre viene realizando desde que se estructuró hace más de 2.500 años la historia del pensamiento y por tanto estamos íntimamente amarrados al desarrollo de la filosofía, quien nos ha dado la fuerza motora para amalgamar la cultura que nos caracteriza. Occidente es la cultura y su pensamiento es a Aristóteles tan vigente hoy como hace 25 siglos.

Hago estas observaciones ya que el devenir de nuestro acontecer político está fuera de la realidad ontológica por ignorancia o simplemente por incapacidad mental.

He tratado de explicar muchas veces que si se quiere ser útil y serio en la vida política se debe partir por defender la estructura de pensamiento valórico que le da sentido a su causa y no poner dichas convicciones en la feria y transarlas como si vendieran como kilos de papas.

Es lo que ha ocurrido con el inconstitucional proceso constitucional que además de ilegal corrompe el espíritu de nuestra cultura y sus adalides se debaten en una vergonzosa levedad.

Sin embargo dentro de este grupo de fariseos que han hipotecado valores y principios hay un partido y una persona en particular que está dejando  para la historia la peor enseñanza y las más abyectas pasiones para defender su voluntarismo disfrazado de sentido común.

José Antonio Kast y el partido republicano me lleva en viaje directo a la famosa novela de Milán Kundera que demuestra en cada página las ilusiones perdidas.

“La insoportable levedad del ser” explora como las relaciones de pareja y su dimensión psicológica son usualmente fuente y contradicciones para el ser humano, que nos lleva desde la levedad estética a la solidez del compromiso vital.

Esto llevado a la expresión política nos demuestra en estos dirigentes inconsistencia de ánimo y ligereza en las cosas. La más significativa definición de levedad.

Kundera escribió este libro que se asemeja a un ensayo ya que expone más ideas filosóficas y políticas que historia, por eso lo pongo como ejemplo para clarificar lo que significa en estos días la posición política del Partido Republicano.

Por eso he dicho que es un asunto ontológico, es decir la rama metafísica de la filosofía que estudia la naturaleza del ser en cuanto ser y busca determinar las categorías fundamentales de existencia y de la realidad, así como la manera en que se relacionan entre sí.

Kast se ha transformado de un adalid del sentido común sin saber el significado de lo que ello significa filosóficamente. Se ha transformado  en un coach ontológico, una especie de director técnico que acompaña a sus seguidores en el proceso de entrenamiento en el ser. Pero como confunde  sentido común con voluntarismo, los ha empujado a la pérdida de sus talentos y al fracaso y frustración al comprometerlos en la traición a sus concepciones valóricas y de principios y con ello al engaño a sus seguidores, al restarse a defender con fuerza el mandato recibido.

Kast carece de conceptualización, funciona con el impulso de sus propias ideas sean acertadas o falsas. Esto último es lo que salta a la vista de los pensantes de Chile, falsas de principio a fin. Intenta convencer a la ciudadanía de las ventajas de un proyecto mentiroso que encierra todo los elementos de lo que el pueblo de Chile no quiere y no desea. Tanto es así que en su insoportable levedad, como el antiguo faraón de Egipto no puede controlar el éxodo de sus militantes que a raudales arrancan de la traición.

Últimamente ha mandado a una de sus sacerdotisas a decir públicamente que un senador de su partido abandone las filas por no querer obedecer la traición que han estructurado en el consejo constitucional

Así se escribe la historia política de una nación que se debate entre la miserable mentira política y la comodidad de algunos que sin mediar razón alguna dicen desde el sillón de su casa: aprobemos para que se termine esto.

Actitud cobarde y pusilánime, no se han detenido por un minuto a pensar que esta es una guerra cultural y como a la derecha nunca le ha interesado este tema piensa que cultura es solo tener un buen cuadro que haga juego con las cortinas en el living de su casa.

Por eso el pueblo, amante de sus tradiciones y su destino histórico entiende mucho mejor lo que está en juego y votará masivamente en contra. Es el imperio de la razón de Ser.

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