Discurso de don Osvaldo Rivera Riffo,  Presidente de la Fundación Voz Nacional, en su evento de lanzamiento.



Estimados amigos

Desde hace un tiempo unos pocos, insignificantes pero valientes y decididos chilenos, nos dimos a la tarea de crear y construir espacios de opinión pública y comenzar a influir. Todo ello como respuesta a la acción perversa que a diario nos inocula la prensa y la televisión abierta con esos apóstoles del mal, cargados de ideologismo y pagados por empresarios que sacrifican el bienestar mental de Chile, en pos de una buena campaña de marketing.

A lo que hoy vivimos nos han conducido con su irresponsabilidad y por tanto hemos de responder con acciones concretas fáciles y efectivas; apaguen la TV o no compren los productos que auspician los noticiarios. Les pegaremos donde más les duele, en el bolsillo, recordándoles que en este sistema económico el consumidor es el que manda y no aceptaremos que financien, en curiosa paradoja, a quienes nos quieren destruir.

Recuerden siempre esto: ¡Ellos, los comunicadores del mal, fueron las caras visibles que incitaron a la destrucción de Chile!

Como suele ocurrir cuando se alza la voz para enfrentar en todos los planos de la discusión la lucha política, nos han dicho de todo y otros, cobardemente, nos han ignorado.

¿Pero qué puede importar, si en la lucha por la libertad son miles las voluntades que siguen a quienes decididamente se levantan por ella, como un solo hombre, como una sola mujer, como un solo joven que defiende su futuro?

Hoy nuestra mejor arma han sido las Redes Sociales y en ellas, digámoslo claro, la izquierda y la derecha cobarde están muy por debajo de alcanzarnos, a pesar de todos los recursos públicos y privados con que cuentan para traicionar a Chile.

Amigos, nos hemos levantado de manera independiente, con el único propósito de defender a Chile.

Con el único propósito de defender nuestros derechos atropellados. Reclamando por la vuelta del orden, la tranquilidad y la seguridad, primera obligación constitucional a cumplirse en un Estado de Derecho. Obligación que por cierto, cobardemente ha sido incumplida.

Ahí está el desorden y el caos, ahí están los incendios y la destrucción.

Día a día caen negocios de todo tipo, oficinas públicas, los espacios urbanos, el mobiliario público, Iglesias y nuestro muy respetado recuerdo y homenaje histórico a nuestros próceres y finalmente, ciudades completas destruidas.

Con el propósito de organizarnos de una manera funcional, hemos creado la Fundación Voz Nacional, que aglutinará las fuerzas necesarias para esta batalla:

O un Chile libre y soberano o un Chile secuestrado por el socialismo marxista…No hay más opciones en el tablero político nacional

Voz Nacional, desde hoy llama y lanza un grito fuerte y claro:

  • Un NO rotundo a la violencia y al odio de la izquierda.
  • Un NO rotundo a la destrucción y al saqueo de los delincuentes organizados por la izquierda.
  • Un NO rotundo a los políticos corruptos que no han trepidado en destruir Chile con tal de alcanzar como único propósito las prebendas del poder.
  • Un NO rotundo a todos los que destruyeron nuestras fronteras permitiendo que miles y miles de indocumentados extranjeros llegaran a Chile, generando una de las crisis más feroces en los servicios básicos del país; Salud ,educación, vivienda, empleo, etc. por nombrar solo algunas.
  • Un NO rotundo a la izquierda que con la complicidad y apoyo del actual gobierno introdujeron leyes para cambiar la estructura básica de nuestra Sociedad.

Y ahí las tenemos: ley de género, ley de aborto en tres causales, ley de autonomía progresiva, ley de tenencia de mascotas, ley de pueblos originarios, ley de adopción homoparental, y así podríamos enumerar un sin número de atentados contra la libertad individual y social, disfrazados de clamor ciudadano…

Clamor de minorías organizadas por el partido comunista y a las cuales el Gobierno y todas las organizaciones del Estado han escuchado, generando cambios en las estructuras de la base social, lo que se ha traducido en políticas de acción para las minorías vociferantes en desmedro de las grandes mayorías silenciosas, intentando ganar por cierto, la categoría de políticos “Progres”.

Pero Uds. son testigos presenciales, actores en la primera línea del accionar de estos “Progres”, son ellos los que se han prestado para inocular el virus de la desesperación, de la intranquilidad, de la inseguridad.

Son ellos los responsables del aniquilamiento de cientos de miles de fuentes laborales, de la destrucción de centenares de servicios que llegan, según estimaciones, a pérdidas para el país por más de 7.000 millones de dólares.

Esto amigos, significará años de trabajo para su recuperación y volver a la realidad que teníamos antes del 18 de octubre, si es que es posible y sólo si enfrentamos con valentía la acción que el enemigo político está llevando a cabo.

Sin embargo para justificar este enorme desastre hoy expresan comunicacionalmente que Chile cambió.

No hay duda por cierto que cambio:

Retrocedimos en 40 años: somos más pobres, más vulnerables, muchos menos creíbles y por ciertos mucho más inestables.

Esta es la verdad que el señor ministro de Hacienda debe decirle al país.

Pero hay algo aun peor:

No podemos aceptar ahora ni nunca la supremacía moral que quiere imponer la izquierda a coro con los cobardes de cierta derecha.

Esa supremacía moral que no ha trepidado en tergiversar la historia, que no trepidado en mentir descaradamente. Que no ha trepidado en arrinconar la democracia.

En esta acción no ha quedado ningún político fuera y en forma directa me dirijo a Ud. senadora Van Rysselberghe. Jaime Guzmán no habría estado jamás por este acuerdo claudicando a sus principios. Recuerde que fue víctima del terrorismo, quien le arrebató la vida por defender sus convicciones. Le pido, senadora que respete a los muertos y no cometa el error de exhibirlos como lo hace la izquierda para lucrar políticamente con la muerte.

Señores: no tengan miedo en denunciar sin prejuicios a la izquierda que por años ha incubado el odio a todo aquello que signifique bienestar y progreso y que no ha trepidado también en sembrar ese odio contra abuelos, padres e hijos, por nuestro pasado reciente.

Créanme que sí de algo estamos orgullosas las personas de mi generación, es del Chile que nos legaron nuestros padres y el cual desde muy jóvenes ayudamos a construir.

Este Chile es el que vamos a defender: el que hoy está sumido en una de sus peores crisis políticas y lo haremos con la convicción de la verdad, esa que nos llama a decir NO a una nueva Constitución.

Gracias amigos por aceptar esta convocatoria y acompañarnos en el primer paso a la Victoria de Chile.

Aquí todos Uds. son muy importantes y en esta lucha nadie sobra.

 

Muchas gracias

.