Osvaldo Rivera Riffo


 


 "Yo creo que sí, pero son decisiones de la comisión asesora. Ya se están coleccionando objetos, registros visuales, pancartas, rayados; esos ya son documentos. Han pasado a formar parte de la historia del país"

Esta es la respuesta que la Ministro de Cultura Consuelo Valdés dio a un matutino en una reciente entrevista, cuando se le preguntó si la ampliación del Museo Histórico contemplaría "el estallido social".

No me cansaré nunca de denunciar los efectos perversos del marxismo en todas sus manifestaciones y expresiones: Es sabido que toda revolución comienza por la destrucción de sus instituciones.

Por ello, el fuerte ascendiente histórico de nuestros héroes patrios y la enseñanza de su historia ha sido capital para conservar nuestra dignidad y perpetuar su ejemplo y es una obligación de la autoridad y de todos los chilenos el enaltecerlos…pero ahora parece ser lo primero que hay que destruir.

Para la Ministro y otros miembros del complejo quehacer de la gestión cultural, como museógrafos e historiadores que han cantado la misma monserga, de que el “estallido social”, con todas sus consecuencias de violencia destrucción y muerte, es un fenómeno "Cultural "que debe ser estudiado y preservado. Por ahí hay un museógrafo de una institución privada, financiada por un municipio y por la herencia de algún mecenas, que se permitió al igual que la ministro darle aval al odio y salir a fotografiarlo para guardarlo como pieza histórica y así poder "crear" una colección que, seguramente de triunfar, será la pieza clave del Museo de la Democracia ideado por Piñera y su régimen.

Estos iluminados del mundo cultural se olvidan, con minucioso cuidado, que muchas, por no decir todas estas acciones están al margen del orden establecido y lo que es peor, tratan de atribuirles un cierto valor estético. Un ejemplo lamentable son “Las Tetis”, exponentes grotescas de la decadencia social y moral del país.

Y a propósito de estas "endiabladas mujeres piluchas": Unos pocos recordatorios les vendrían bien:

El voto femenino fue legislado por hombres.

El fin de la segregación racial fue abogado también por blancos.

Los derechos laborales fueron aceptados por la burguesía.

Las principales reformas sociales contaron con el apoyo de conservadores ilustrados.

No hubo ninguna necesidad de mostrar los genitales para lograr las verdaderas conquistas sociales o de género. El punto está en la conformación psicológica e ideológica de sus promotoras y, por supuesto, en su nivel intelectual.

" 'El estado opresor es un macho violador', dice la canción. El Estado allí tiene género. El razonamiento, de inspiración anarquista, es consonante con el del marxismo, para quien el capitalismo también tiene género. Por ello anarquía y marxismo responden a un solo fin, la destrucción del sistema a pesar que en aquellos países donde se vivió el estado proletario el resultado fue diametralmente opuesto.
El 'socialismo' dejó en claro que la supuesta emancipación proletaria no significó la automática emancipación de la mujer. Ni mucho menos, apenas emparejó aunque no igualó el ingreso entre mujeres y hombres. En las demás áreas de reivindicación -derechos civiles, representación política, autonomía, derechos culturales e identidad- la mujer permaneció tanto o más subyugada que bajo el capitalismo. Sin voz ni voto y más oprimida aún, bajo la bota de un Estado que efectivamente las violó en todos sus derechos".  (Sic... Héctor Schamis)

Pero ellas demandan ese totalitarismo ejercido por la manada... por cierto, inculta, grosera y miserable.

Ante ello les recomiendo un pensamiento de Helen Keller:

"La ceguera nos separa de las cosas que nos rodean, pero la sordera nos separa de las personas.” 

U otro de Indira Ghandi:

"Para liberarse la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad.”

Y a la ministro, sólo un consejo:

¡Ubíquese!!! No recuerde tanto el afiche del Che Guevara que tenía en su habitación de joven...

 

 

 

 

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