Osvaldo Rivera Riffo


"Los sabios que hablan tienen algo que decir. Los tontos que hablan es porque tienen que decir algo"
Platón




 ¿Será este año que comienza dos veces 20, el año de la esclavitud o el año de la libertad?

Es la angustiosa duda que invade a una inmensa mayoría de chilenos.

Pero yo soy optimista, la historia por mucho que se quiera tergiversar se impone en su grandiosa verdad.

Las declaraciones de miembros destacados de la izquierda dan señales claras de sus intenciones. Las acciones de sus compañeros de estrategia lo demuestran a diario. Y para nadie es un misterio la destrucción de los hitos históricos más relevantes de nuestro país.

Un país caracterizado por poco o casi nada de patrimonio, producto de muchas razones ajenas al terrorismo de los últimos meses: terremotos que han azotado con violencia ciudades completas destruyendo su casco histórico; falta de interés de las autoridades por desarrollar políticas de patrimonio que ayudaran a refirmar nuestra identidad y otras  catástrofes, han sido factores que han contribuido notoriamente a la perdida de nuestro valor cultural. Y si añadimos las actuales políticas culturales, empeñadas en convertir el arte y la cultura en la manifestación grotesca de usos, costumbres y expresiones del odio, el resentimiento y la frustración, contrarias a la noble búsqueda de la belleza a través de las Bellas Artes, tenemos un panorama cultural y patrimonial deplorable.

Han quedado pocos lugares emblemáticos de homenaje a los héroes nuestras grandes guerras. Una de ellas la Plaza Baquedano, donde se erige la estatua ecuestre al General Manuel Baquedano y el homenaje al Soldado Desconocido, se ha convertido en un símbolo vivo de la destrucción irracional y del desprecio atávico por la cultura y por nuestro patrimonio histórico. Está constituida por una gran explanada donde se sitúa el monumento donado por la colonia italiana al cumplirse 100 años de nuestra independencia nacional. Es una obra escultórica en bronce que consta de dos figuras: un hombre joven alado con una antorcha en la mano derecha y que con su izquierda rodea el lomo de un majestuoso león.

Representan al Genio de la Libertad y la Majestad de la República…el Genio de la libertad y la Majestad de la Republica convertidos en símbolos del caos, la destrucción y la muerte, justamente de la Libertad y de la República.

El héroe máximo de la Gran Guerra del Pacífico humillado, pintarrajeado obscenamente, vilipendiado es la muestra palpable del odio a nuestra historia. Es la hoja en blanco con la que quieren refundar un Chile nuevo. Un otro Chile sin raíces, sin valores, sin héroes, sin padres, sin fe, sin esperanza… sin sueños.

La Plaza Baquedano o Plaza Italia representa lo más sagrado de nuestros símbolos: Patriotismo, Generosidad y Entrega al servicio de nuestra Nación, como a su vez el símbolo de la Libertad y la grandeza de la Republica

Ambos destruidos por la acción de grupos ideológicos perfectamente coordinados, quienes mediante estas acciones han pretendido coartar los derechos de miles de chilenos arrinconando a la autoridad, la cual no ha defendido a los ciudadanos de bien sino que al terrorista irracional. Una autoridad a la que no le preocupa el caos y a la destrucción de Chile, sino que sólo se mueve por un temor desmedido al juicio arbitrario de organismos internacionales que protegen al "progresismo" y sus convicciones “deconstructivas”.

En el año 1955 se inaugura el monumento a Baquedano y a esa ceremonia concurrieron ancianos soldados sobrevivientes de la guerra que nos legaron Arica Iquique y Antofagasta. No puedo siquiera imaginar el dolor que sus descendientes deben sentir al ver ultrajado el recuerdo que una Patria agradecida les rindiera junto al monumento que se inauguraba.

Cuesta comprender que existan individuos de tan baja calaña moral y humana, que pretendan cambiarle el nombre y tirar al tarro basurero esa historia plagada de sacrificios, valentía y heroísmo, sellada con la sangre de millares de compatriotas.

Hace poco vi la película Winter on Fire, que relata los sucesos acontecidos en la plaza Maiden de Kiev capital de Ucrania .Si algún “avispado” quiere comparar esa revolución con la violencia desatada en Chile va por mal camino ya que los propósitos van por derroteros totalmente opuestos. Mientras en Maidan se lucha por conseguir el modelo de desarrollo de la libertad, hablar ucraniano y no ruso, pertenecer a la Comunidad Económica Europea, respetar a sus héroes y olvidarse de su pasado de colonia soviética, aquí en Chile se lucha en la Plaza Baquedano por construir un socialismo totalitario, pertenecer a la órbita cubano/venezolana y destruir la historia, el lenguaje y la raíces de nuestra nacionalidad.

Pues bien la lucha desatada en Ucrania por terminar con las amarras socialistas terminó en una sangrienta guerra, Rusia invadió y se anexó Crimea y hasta el día de hoy según informes del Fondo Monetario Internacional es el país más pobre de Europa. Lograron derrocar al Presidente pero la guerra frustró sus esperanzas. Y a Yanukovich lo asiló Rusia, como era de esperarse con un lacayo que les sirvió denodadamente.

Suele suceder así cuando se es tan condescendiente con los organismos internacionales y/o, también, con los países poderosos y se habla y miente sistemáticamente.

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