30 de enero de 2020

 

 

 

Tomas Bradanovic


Varias veces he escrito sobre las cosas malas que nos han llegado desde Francia, que no son pocas. Como suele ocurrir con estas antipatías genéricas, tengo muy buenos amigos franceses, pero también una profunda antipatía hacia Francia, su cultura en casi todas sus manifestaciones y sobre todo los intelectuales y políticos franceses: pretenciosos y estúpidos es para mi casi sinónimo de intelectual francés.

En fin, ese fue mi minuto de furia contra los de la tierra del gallo pero un momento ¿podrían haber escogido un símbolo más absurdo? Lo dudo. Dicen que los romanos, enemigos de los franceses por siglos, les decían "gallos" para burlarse de ellos, de hecho en latín gallus significa al mismo tiempo "gallo" y "galo" así es que los descendientes de Asterix tomaron a este plumífero como su informal símbolo nacional.

Es curiosa mi antipatía por Francia y su cultura, porque tengo chorros de sangre francesa, al menos en mi familia registrada (bastante más que españoles) pero en fin, no es raro detestar lo que somos nosotros mismos, eso pasa muchas veces

Bueno, esta vez en mi alegato contra Francia quiero agregar un par de chispas de la "antorcha de la civilización" que estos malditos han exportado con tanto éxito al mundo, veamos

La "brutalidad policial"

Este es un concepto muy francés. En la mayoría de los países del mundo, nadie se asombra cuando la policía dispara y mata a los delincuentes, se considera que ese es su trabajo y está dentro de su función mantener el orden, el respeto por la autoridad y defenderse de los ataques usando la fuerza letal de ser necesario, por eso portan amas de fuego. 

Cuando se alega sobre "uso excesivo de la fuerza" en los países normales la carga de la prueba recae en el que la denuncia, quien debe demostrar que el policía tuvo intención o motivos personales para actuar como lo hizo, de otra manera, los costos de la represión siempre deben ser asumidos por los delincuentes, sin chistar. Los errores policiales en casi toda partes se toleran igual que los errores judiciales: si no hay intención no hay delito, especialmente en una profesión tan riesgosa como perseguir delincuentes.

Pero Francia ha sido históricamente un país de bárbaros, aunque disfrazados de "civilizados", y como tales, la violencia callejera ha sido endémica a partir, por lo menos el Siglo 18. Todo partió con la miserable Revolución Francesa, esa vergüenza para la humanidad donde la turba de gañanes, conducidos por oportunistas, ensayaron el primer gobierno "socialista" de la historia, que terminó con que los líderes se cortaron la cabeza entre ellos mismos. Hordas de animales sedientos de sangre, un hecho ruin que hoy ostentan con orgullo como si hubiese sido gran cosa. Es como si el conde Drácula o Hitler presumieran de sus crueldades.

La causa del comportamiento vandálico de las turbas, que es tan característico de Francia, parece ser una simpatía profunda que sienten en ese país hacia el criminal que infringe la ley, junto con la correspondiente antipatía hacia los policías, a quienes nunca han respetado realmente. El "buen salvaje" de Rosseau no es casualidad, los franceses siguen siendo bárbaros disfrazados y en ese país siempre se protege al criminal, al bandido.

Solo lean a Michel Focault, en Vigilar y Castigar o en Yo, Pierre Riviere, donde apenas puede disimular el sesgo de simpatía hacia los criminales, con elaborados argumentos para disfrazar estos sentimientos perversos de racionalidad. No en vano Francia es la cuna y la tierra prometida de la sociología, que con muy pocas excepciones dedica gran parte de sus esfuerzos en disfrazar la ideología de ciencia para adoctrinar. Los malditos franceses también tienen cierta obsesión por dictar cátedra y adoctrinar al resto del mundo-

Todo esto tiene un resultado práctico. Los grandes desbordes de violencia callejera son casi un sello de Paris y otras ciudades francesas, lo han sido así durante siglos. Hasta el Siglo 20 existía la siguiente regla para la policía: "los flics (nombre despectivo de la policía) machacan, pero no perforan", es decir tenían libertad para golpear pero prohibición de disparar bajo cualquier circunstancia en los motines. 

Esto produjo el mismo efecto que vemos hoy en la Plaza Baquedano y las calles de Chile, la impunidad siempre desata la peor violencia y desde hace algunos años los flics ya han tenido que empezar a perforar. Francia es un semillero mundial del anarquismo, de los descontentos por todo que vacían las frustraciones personales de tener una vida miserable -y no hablo de plata- apedreando, armando barricadas, e incendiando. Desde siempre el fuego ha sido el arma favorita de los bárbaros y cobardes, que les gusta pelear de lejos, hacer daño y arrancar.

La miseria moral de Francia se ha expandido, las hipócritas teorías sobre "derechos humanos" -siempre solo para un bando, obviamente- que vienen en gran medida desde Francia, la antinatura idea de "buscar las causas" de los delitos, culpando siempre a una "sociedad injusta" para quedar bien con todos, es otra idea de origen francés. El fondo bárbaro, de patear el tablero cada vez que les conviene también es característico de país del gallo.

Alemania y otros países europeos han sido infiltrados por la hipocresía, el barbarismo y la estupidez de las ideas francesas, los países sajones han sabido mantener distancia, en América latina hemos tenido generaciones completas de chiflados francófilos, creo que sobre eso ya he escrito bastante. Por ahora solo quería destacar este feo aspecto de los franceses con respecto de la justicia y la simpatía hacia el criminal. En los países donde predominan los ladrones la policía nunca es muy popular.

En Chile la maldición francesa nos persigue, son muy pocos, pero gritones. EL pueblo chileno es mayoritariamente portaliano y el Peso de la Noche sigue siendo tan pesado hoy como ayer, a casi todos nos gusta el orden, la tranquilidad, la seguridad, los gritones nos causan repulsión, los revolucionarios nos apestan, así ha sido siempre.

Y me parece que es un efecto que ya estamos viendo,. Yo estoy impresionado con la fuerza del rechazo que ha provocado la estúpida idea -una más- de S.E, sobre cambiar la Constitución, no he conocido a una sola persona que, hablando en confianza, no le repele la idea, causa un rechazo violento y que va creciendo muy bien.

Los disturbios callejeros han mostrado lo peor de Chile, los cerdos, monos, orcos andan sueltos librando sus frustraciones, destrozando, saqueando e incendiando el país impunemente mientras los carabineros están atados de manos por un presidente cobarde. Esto tiene furiosa a la gente, tampoco he visto a nadie que esté de acuerdo con ellos, ni uno solo. 

Ahora que el movimiento ha perdido fuerza y apoyo necesitan víctimas, para ellos las víctimas son más importantes que las molotov y los incendios, porque supuestamente producen "solidaridad" y aumentan el odio hacia Carabineros. Y ayer tuvieron su víctima, un barrabrava borracho que fue atropellado mientras apedreada un camión de carabineros.

Y apareció una jueza de garantía que --de manera muy razonada- justificó el actuar de los carabineros, creo que en el futuro esto se irá multiplicando, al principio porque algunos jueces se sentirán con el deber moral de parar esta locura, pero después, cuando los mismos jueces cobardes y oportunistas que se han vendido a los políticos se den cuenta qe la opinión está cambiando, se darán vuelta la chaqueta con igual rapidez a como hicieron en 1990, acuérdense nomas.

Fuente:  https://bradanovic.blogspot.com/

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