6 de julio de 2020 

 

 

 

 

 

Tomas Bradanovic


A estas alturas ya es claro  que las "cuarentenas" como le llamaron a los confinamientos masivos, deben terminar y el país debe volver -lo antes posible- a su actividad económica normal. El costo de los confinamientos ha sido brutal, nunca logró "aplanar la curva" de contagios ni mucho menos y parece que la gente ya se está recuperando de esa especie de borrachera, de histeria colectiva en que entraron, dejándose arrastrar por malas decisiones de los supuestos expertos.

Lo que voy a escribir a continuación es muy impopular, pero es exactamente lo que yo pienso. A Mañalich la gente de derecha lo aclama y le atribuye a baja letalidad que ha tenido la epidemia en el país. Si bien es cierto que impuso el orden y manejó a las basuras del periodismo como se merecen, no hay que equivocarse con eso: él fue el responsable del error gigantesco de los confinamientos masivos, con el tiempo se verá que los mismos resultados se habrían obtenido sin confinamiento de ninguna clase, será cuestión de leer bien los números.

Las "cuarentenas" fueron un error enorme y Mañalich, por su conformación cerebral, es el típico médico prohibicionista. Cuando fue ministro en el gobierno anterior de Piñera quería prohibir la venta de cigarrillos y restringir la venta de alcohol, cuando habla de esas cosas y de otras, como de ecología por ejemplo, tiene ideas que son sumamente bizarras. No digo que sea un tipo con malas intenciones, pero si que detrás de su calmada apariencia es un loco y un fanático. No es el único en todo caso.

Pero todo eso va a quedar atrás, en su favor se puede decir que nadie sabía cómo reaccionar ante la avalancha mediática a nivel mundial y se reaccionó de la manera más brutalmente conservadora, de acuerdo al carácter cobarde de nuestro presidente, que al final es el responsable de cada medida que se toma. Ahora hay que volver a la normalidad y poner al país en marcha nuevamente, es insostenible seguir con estas estúpidas políticas, aunque los efectos de los errores recién están empezando a aparecer, a medida que pase el tiempo se irán notando más y más.

En medio de una crisis lo peor es estar dirigido por un cobarde, como le pasó a Inglaterra antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando Chamberlain era primer ministro. Los cobardes actúan basados en sus miedos y en el corto plazo, buscan evitar el peligro inmediato sin darse cuenta -o sin que les importe- las consecuencias a futuro.

Cuando se decretaron los confinamientos se hizo sin el menor cálculo de los costos, el gobierno lo hizo impulsado por la histeria y las "soluciones" que está planteando ahora para recuperar la economía son del mismo tipo, histéricas, de corto plazo, esquivan los problemas reales y solo buscan la satisfacción y la popularidad inmediata, por lo menos durante el año y tanto que les queda de gobierno: "después de mí, el diluvio".

Cualquiera de las dos "geniales" soluciones que se están considerando tendrá efectos catastróficos de largo plazo: entregar "créditos blandos  con aval del estado", como plantea el pobre diablo que tenemos hoy a cargo de la Hacienda Pública o la posibilidad de retirar el 10% de los ahorros previsionales, como plantean las hienas de la oposición, son ambas falsas soluciones, que no le van a resolver el problema a nadie.

El promedio de los fondos previsionales debe ser -con suerte- alrededor de los 40 millones de pesos, el 10% son 4 millones ¡cinco mil dólares! ¿Alguien puede armar algún negocio o alguna fuente de ingreso sostenible con esa plata? Tal vez Mandrake el Mago, pero la verdad es que no les va a durar seis meses.

Y los préstamos difícilmente podrán ser de más de 5.000 dólares, en seis meses se le harán sal y agua volviendo a estar tan mal, o peor, que al principio. Lo que se necesita con urgencia es la creación de  -a lo menos- un millón de nuevos puestos de trabajo, que se perdieron desde octubre del año pasado hasta hoy, esa es una emergencia nacional que no se soluciona co préstamos ni retiro de fondos, sino con trabajo, trabajo y más trabajo.

Un gobierno con decencia, que no esté dirigido por el actual cobarde -de quien no podemos esperar absolutamente nada, aparte de más violencia y miseria- tiene que ponerse esa meta: un millón de nuevos puestos de trabajo, esa es la única solución y no puestos en la administración pública, como hicieron los desgraciados irresponsables durante el gobierno de Bachelet, sino trabajos reales, que generen riqueza suficiente para pagar los sueldos y dejar beneficios al inversionista.

¿Estoy hablando fantasías? Nada de eso, un millón de nuevos puestos de trabajo es totalmente factible, en 1982 salimos de una crisis mucho peor en menos de un año ¿saben cómo?  Con nuevas inversiones, no hay otra forma. Lo primero obviamente es terminar con las estúpidas e inútiles "cuarentenas", pero no basta con eso.

Debe llegar inversión nueva, de preferencia extranjera. La plata está buscando donde ir, solo hay que pavimentarle el camino. Inversión se traduce en trabajo y riqueza casi de inmediato, desde hace muchos años la inversión se viene deteriorando en Chile, desde 1996 para ser exacto, llevamos 24 años corridos con deterioro de la inversión.

Lagos trajo inversiones, claro, de tercera o cuarta clase, de la mano de las empresas ladronas españolas, sus amiguitas. En fin, de pésima calidad pero esas fueron las últimas inversiones nuevas que llegaron, desde entonces empezamos a caer y caer, ahora estamos tocando fondo y tendremos que rebotar.

Para que llegue inversión nueva hay que bajar impuesto y hacer un programa agresivo de garantías y beneficios para los inversionistas. para bajar impuestos el fisco deberá cortar de golpe sus astronómicos gastos, esta es una emergencia nacional y se necesita un grupo político con mucho valor que se atreva a cortar la teta a los actuales ladrones. En todo el aparato público nadie debería ganar un sueldo superior a los dos millones y medio de pesos, el sueldo promedio debiera ser setecientos mil, ni un peso más.

Luego eliminar los muchos ministerios inútiles, recortar los programas que no hayan probado ser socialmente eficientes y  entrar con manos de tijera a los Ministerios de Educación, salud y de Vivienda, donde se están robando la plata con pala mecánica. ¡Ahí sí que está funcionando bien la retroexcavadora, para robar! Eso es lo primero, que el estado deje de ser un lastre y sus funcionarios sean los primeros en dar el ejemplo de ajustarse el cinturón.

Porque toda esta crisis no los está tocando a todos, hay una minería muy privilegiada, en el congreso, el poder judicial, el ejecutivo y en toda la administración pública que se han convertido en las peores sanguijuelas del país, nos están dejando anémicos.

Esa es la solución, la verdadera, la única que existe. Todo lo demás será hundirnos más y más y más. Creo que José Antonio Kast es el único político en Chile que tiene esto claro y el único que -si hace lo que dice- nos puede sacar del hoyo. Por eso yo firmé por el Partido Republicano y llamo a mis amigos a que hagan lo mismo, necesitamos que gente con esas ideas llegue al congreso y a la presidencia, si no, estamos fritos...

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