Juan Pablo Zúñiga H.


La filosofía aristotélica nos habla del “justo medio” y la importancia de tender a éste, lo que de ninguna manera nos insta a tener una posición complaciente con ambos lados, llegando a ser, perdonando la expresión, “ni fu ni fa” o “ni chicha, ni limonada”, sino más bien nos llama a la virtud del equilibrio.

La derecha dura”, “la ultraderecha”, “la extrema derecha”, “los extremistas”, “los fascistas”, o simplemente “fachos”. Así nos llaman, así nos increpan y, principalmente, con tales epítetos hacen su juego hermenéutico para distorsionar la realidad y con ello la imagen que pintan de nosotros. Al final de cuentas, siempre habrá mentes débiles que terminan creyendo, haciendo de la fantasía una realidad. Para ello utilizan todos los recursos posibles, el lenguaje, las imágenes, los medios de comunicación, entre tantos otros.

Sin embargo, una de nuestras principales fortalezas, la sensatez, palabra que deriva del latín sensatus, es decir, aquel que goza de buen juicio, es virtud que siempre termina por imponerse. Más aún, la sensatez tiene la capacidad de entrar en sintonía con el buen juicio de otros, revirtiendo así la imagen tergiversada que montan de nuestra realidad permitiendo que otros comprendan lo que tenemos para ofrecerle a nuestro país. Ahora bien, nuestros contrincantes, astutos como la serpiente, saben de esto, razón por la cual abogan por silenciarnos, por imponernos vetos, mentiras, censuras y, si es posible, callarnos para siempre, tal como lo hicieran con el Senador de la República Jaime Guzmán. Que no le quepan dudas, que, si pudiesen hacer lo mismo hoy en día, lo harían.

En definitiva, ¿quiénes son los extremos? Revisemos aquí las actitudes de unos y otros. En el lado de nuestros adversarios, tenemos una amplia gama de actitudes y acciones que incluyen el uso de la violencia, la destrucción de patrimonio público y privado, destrucción de la estructura de la República, el llamado, a través de grafitis y consignas, a asesinar a chilenos de derecha y a las fuerzas armadas, los incesantes llamados al plurinacionalismo, que no es otra cosa que nacionalismo, destrucción de la familia, legislación a favor del aborto “libre” (lo que en sí mismo es una falacia) y la eutanasia e imposición de políticas identitarias a través del feminismo radical e ideologías de género. A esto se agrega la destrucción sistemática de iglesias (más de 100 en los últimos dos años, todas ellas cristianas, Católicas y Evangélicas) y, recientemente, a propósito del 11 de Septiembre, la profanación de la sepultura de Jaime Guzmán, con mujeres semidesnudas, con sus respectivas colas de yeguas, profanando heréticamente una cruz instalada en dicho mausoleo. ¡Pobres almas que no saben lo que hacen! Todas estas acciones, a las cuales se suma el asesinato (le recuerdo las más de 20 personas asesinadas por la CAM, brazo armado del indigenismo militante influenciado por el PC en los últimos años), no pasan de simples daños colaterales para la izquierda chilena, hoy día dominada por la vocación leninista del PC, acciones que han sido hechas en nombre de la dignidad y para construir un Chile mejor y más justo.

En contraste, ¿qué es lo que proponemos los Republicanos? Usted y los chilenos de buen juicio lo saben, pero, para que no queden dudas, y en favor del análisis, nombremos algunas propuestas. Respeto a la propiedad pública y privada, defensa de la dignidad del ser humano, desde su concepción hasta la muerte natural, independientemente de su etnia, color político o condición social; defensa y promoción de los valores y símbolos de la República de Chile, nación que nos acoge a todos como un solo pueblo, y, la protección de la familia, formada por un hombre y una mujer, como el núcleo fundamental de la sociedad. Así mismo, y entendiendo la importancia inmaterial que las creencias espirituales tienen para el ser humano, respetamos la libertad de culto. Creemos y trabajamos para la promoción de un estado pequeño, eficiente y fuerte, que vele por la mantención del estado de derecho, la soberanía, la seguridad y la promoción de la libertad y del desarrollo de las capacidades de todos los ciudadanos.

Así las cosas, y sin querer sesgar al lector, con las evidencias del actuar ya conocido de nuestros contrincantes, por un lado, y nuestras propuestas y principios, por el otro, apelo a su buen juicio y sentido común el próximo 21 de noviembre. Con estos elementos en sus manos, y principalmente en su consciencia, juzgue usted.

Fuente: https://viva-chile.cl/2021/09/quien-es-el-extremo/

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