Por Francisco Bartolucci
Abogado y Profesor Universitario


Consternación ha causado la información aparecida en la edición del día martes recién pasado del Diario El Mercurio, dando cuenta de la desvergonzada toma de una parte del fundo “Santa Rosa” ubicado en la localidad de Colmo, comuna que Quillota. Se trata de una toma a gran escala, en la que ya hay más de cien familias levantando sus casas en los terrenos que adquirieron de quienes organizaron la toma ilegal y les vendieron un lote. No se trata, pues, de personas que espontáneamente fueron llegando a un terreno ajeno para instalarse en él, sino de una maniobra perfectamente planificada y organizada para lucrar con el despojo de terrenos a sus legítimos dueños. La operación ha sido montada “con un modus operandi impecable y más eficiente que el de cualquier inmobiliaria”, relata don Claudio Easton vocero de la familia propietaria del inmueble, para agregar que “a la semana máquinas sin patente estaban preparando los lotes y trazando caminos”.  En el lugar se apostaron guardias para controlar el paso, el acceso fue pavimentado y al interior se inició la distribución de los lotes vendidos, incluso fue habilitada una plaza.

Los cuantiosos recursos comprometidos en esta operación ilegal y la forma resuelta y desembozada en que se ha procedido dan cuenta de una poderosa organización criminal que actúa en la confianza que no habrá autoridad alguna que se atreva a detenerlos, como de hecho ha ocurrido en los ya seis meses que operan su “negocio.”

Bueno, este es el Chile de hoy: sin orden, sin autoridad y sin ley. Mientras tanto, seguimos comprobando como el Gobierno y la dirigencia política se preocupan de iniciar un absurdo e innecesario nuevo proceso constituyente, sin entender que lo que nos está destruyendo es la profunda crisis de autoridad que, por su debilidad e incompetencia, se ha instalado en nuestro país.

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